La agencia de medición de riesgos Moody’s publicó su reporte 2022 Outlook for Latin American Banks is Stable, en el cual estimó que los bancos de México y en general toda América Latina podrán resistir los embates de la inflación y el débil mercado laboral durante el próximo año.
Asimismo, señaló una probable mejora en el crecimiento económico en la región para el 2022, esto como consecuencia de la normalización de diversos factores en un año, pues se espera que los efectos de la pandemia de COVID-19 se hayan reducido considerablemente.
“Las condiciones se normalizarán en América Latina con el soporte de la recuperación económica global y conforme aminoren los efectos de la pandemia y se adapten negocios y consumidores”
A efectos argumentativos de esto, el informe expuso que la tasa de vacunación contra el SARS-CoV-2 han avanzado en América Latina y han superado 60% de la población en la mayoría de los países, lo cual debería de inferir positivamente en la pronta reactivación de actividades productivas y de consumo a partir de la remuneración de éstas.
“Esta situación ha ayudado a relajar las políticas restrictivas de salud y a generar un apoyo para el entorno operativo y las perspectivas de negocio”
De acuerdo con el informe suscrito por el analista Rodrigo Marimón, “la fuerte liquidez, adecuados niveles de capitalización y sólidas reservas para pérdidas crediticias, ayudarán a mitigar los riesgos de corto plazo que surgen del incremento en las tasas de inflación y de interés”.
Asimismo, reconoció que la inflación afectará los indicadores de calidad de activos de los bancos más grandes, a partir de los bajos niveles actuales, “mientras que los bancos de nicho más pequeños continuarán vulnerables a un mayor deterioro por motivo de su menor diversificación y alta exposición a deudores más débiles”.
Otro aspecto que se consideró en el reporte publicado por Moody’s es la juventud de las poblaciones presente en los países de América Latina, pues la tendencia demográfica y la “baja inclusión financiera presentan oportunidades para los acreedores en general”.
Sin embargo, el informe refirió que “la perniciosa desigualdad de ingresos que existe en la región continúa afectando la recuperación económica y las demandas sociales incrementan los riesgos políticos”.
A nivel gubernamental, cabe recordar que México decidió no contratar deuda para hacerle frente a la pandemia de COVID-19, esto en virtud de no tener que estar en una dinámica poco ventajosa respecto al pago de intereses en un periodo de reactivación económica que ha afectado a casi todos los países en el mundo.
De acuerdo con Arturo Herrera, ex titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la administración federal optó por no recurrir a la solicitud de préstamos a organismos internacionales debido a la tasa de interés que se maneja para el Estado mexicano.
Las principales potencias se dieron el lujo de poder contratar deuda, dijo el ex secretario, porque las tasas de interés que manejan son muy bajas, incluso hasta negativas, lo cual quiere decir que el manejo post COVID sería mucho más fácil que en México.
“Mientras que Alemania, Italia y España manejan tasas de -0.5%, México tiene una del 4.25%, lo cual proyecta cualquier tipo de endeudamiento al otro lado del espectro: uno más difícil de pagar”
“Esto quiere decir que cuando son países que se están endeudando les están pagando intereses, es una situación muy distinta en países como nosotros”, explicó en un video publicado en enero de este año.
Para ponderar cifras concretas, el ex miembro del Banco Mundial (BM) explicó que un endeudamiento similar al que accedieron en Europa le hubiera costado a México 400,000 millones de pesos adicionales. Esto equivale al gasto total de la educación media superior y básica en la república.
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