Las autoridades de Estados Unidos identificaron y detuvieron a supuestos integrantes de dos redes de traficantes de niñas y jóvenes mexicanas, quienes fueron obligadas a prostituirse luego de haber sido engañadas con la promesa de una vida mejor para que viajaran de México a Nueva York.
De acuerdo con la oficina de la Corte del Distrito Este de Nueva York, los presuntos criminales operaron desde mayo de 2002 y también fueron auxiliados por un agente de la policía de Village of Brewster, quien recibía pagos sexuales con las víctimas. Todos ellos enfrentan hasta 14 cargos por la explotación sexual de las menores.
Los acusados son Luz Elvira Cardona, Roberto Cesar Cid Domínguez, Cristian Noe Godínez, Blanca Hernández Morales, José Facundo Zárate Morales y Wayne Peiffer, este último, el oficial neoyorkino que recibió sobornos para facilitar las actividades ilegales de los presuntos traficantes.
Cardona, Cid Domínguez, Hernández Morales y Zárate Morales fueron arrestados este martes en Queens, Nueva York. Peiffer quedó detenido por la mañana en Highland. Mientras que Godínez se encuentra prófugo de la justicia.
Conspiraron para atraer a mujeres jóvenes y niñas menores de edad a viajar a los Estados Unidos basándose en falsas promesas de una vida mejor y las obligaron a prostituirse una vez que llegaron
“Los acusados supuestamente recibieron asistencia para llevar a cabo esta conspiración de un oficial de policía corrupto que intercambió el honor de su placa y juró por servicios sexuales gratuitos “, declaró el fiscal general del Distrito de Nueva York, Breon Peace.
Según el informe del Departamento de Justicia, está programado que los acusados comparezcan por la tarde de este 14 de diciembre para su audiencia de presentación ante el juez de instrucción de los Estados Unidos James R. Cho.
En las acusaciones consultadas por este medio se mencionan al menos dos víctimas de identidad reservada, pero quienes han sido ubicadas por un Gran Jurado. Ellas fueron explotadas sexualmente a partir de 2004 y 2007 desde Queens.
Christian Noe Godínez, el Chaparro y/o Alex, dirigía una de las organizaciones, mientras que los otros acusados de la banda Cid-Hernández, conformaron el segundo grupo. Pero ambos fueron ayudados por el oficial Peiffer.
La segunda célula que incorporaba a dos mujeres y dos hombres obligaban a las menores a prostituirse en Nueva York, Brewster, New Jersey y Connecticut. Mientras que el Chaparro actuaba en el ámbito local y movilizaba a las víctimas en inmediaciones de Queens y Brewster.
Ambas organizaciones usaban el mismo modus operandi: tenían rutas controladas compuestas por una lista de contactos y clientes potenciales en áreas específicas. Para ello empleaban a conductores, quienes se encargaban de transportar a las mujeres hasta los domicilios donde se había pactado el encuentro. Los choferes fueron contratados desde 2004.
Ya con el negocio en marcha, los traficantes sexuales tomaron medidas para protegerse y fue así como dieron con Peiffer, quien había ingresado a la Policía de Brewster desde 2006. El agente les proporcionaba información para evitar que las actividades fueran detectadas, además daba aviso sobre posibles operativos en contra de la trata y prostitución.
Dermot F. Shea, comisionado del Departamento de Policía de Nueva York, calificó las acciones del oficial como uno de los crímenes más atroces que se han presentado. Añadió que se ayuda a las víctimas para superar el trauma que experimentaron y obtienen todo el apoyo necesario para afrontar las violaciones sufridas.
Nuestro arresto de un oficial de policía no es la faceta más atroz de esta investigación. Alegamos que el Sr. Peiffer tuvo relaciones sexuales con las niñas traficadas como pago por su protección a los traficantes
Ambos grupos de traficantes promovieron acciones de prostitución y usaron la fuerza, amenazas, fraudes y coacciones para cometer los hechos delictivos en contra de mujeres y niñas de México. Les engañaron con promesas de empleo y una vida más digna, pero al llegar se vieron forzadas a sobrevivir en un ambiente miserable.
Al menos desde 2010, Peiffer negoció que le pagaran sus servicios corruptos con relaciones sexuales. La acusación lo señala en diversas ocasiones, incluso, al preguntar si una noche le llevarían alguna de las mujeres. Más que eso, ordenó que las víctimas fueran transportadas hasta su trabajo, la estación de policía de Brewster.
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