Las autoridades de Rioverde, en San Luis Potosí, dieron de baja elementos de la policía local que no fueron considerados aptos para el cargo, pues desde pasadas administraciones incurrieron en corruptelas y malos tratos a la ciudadanía.
Arnulfo Urbiola Román, alcalde del lugar, instruyó el proceso de depuración a todos los elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, de ahí que fueron aplicados exámenes de control de confianza.
Consultada al respecto, la Secretaría de Seguridad Pública de San Luis Potosí no ofreció una respuesta oportuna sobre el número de agentes suspendidos. Versiones extraoficiales señalaron que siete reprobaron las pruebas y nueve más habrían presentado su renuncia por temores al crimen organizado.
Javier Martín Ortega Maya, inspector general en Rioverde, lamentó que algunos policías incurrían en vicios, cobros indebidos, corrupción y maltrato a la población. Algo que, aseguró, no será tolerado en las gestiones de Urbiola Román.
“Son varios los elementos que fueron cesados por no aprobar los exámenes de control y confianza los cuales son aplicados de forma permanente para ‘limpiar’, transparentar y erradicar malos vicios de los guardianes del orden”, reportó el Ayuntamiento.
El director de Seguridad Municipal agregó que todos deben entender que nadie puede trasgredir la ley, principalmente los agentes que están encargados de prevenir actos delincuenciales al servir con honestidad, lealtad y respeto hacia la sociedad.
Los filtros de control, indicaron las autoridades locales, son permanente para que sigan en funciones aquellos capaces y que cumplan con la normatividad, pero sobre todo, quienes se rijan por el orden, disciplina y observancia del marco legal.
Rioverde se localiza al sur de San Luis Potosí y colinda con municipios que han destacado en las últimas semanas por constantes hechos de violencia.
Apenas este 8 de diciembre, 70 kilómetros al norte y aproximadamente una hora y 20 minutos en auto, un policía estatal perdió la vida y otros más resultaron heridos tras una balacera en Cerritos, donde cayeron abatidos tres integrantes de una célula delictiva. Mientras que en la demarcación aledaña de Villa Juárez otro agresor también murió en un enfrentamiento.
El grupo de Fuerzas Especiales implementó un operativo luego de obtener datos de inteligencia sobre la ubicación del domicilio utilizado por supuestos miembros de una célula delincuencial.
A su arribo, los oficiales fueron recibidos a balazos y enseguida se desató una persecución que culminó con tres de los presuntos criminales muertos, además del hallazgo de armas, droga y dinero en efectivo.
También fueron detenidos otros agresores. Mientras que los heridos, tres elementos estatales y uno más de la Policía de Investigación, fueron enviados a un hospital de la región para su intervención médica. El oficial caído se llamaba Aran Jazel Delgado Velázquez y fungía como comandante de la Secretaría de Seguridad Pública.
Ricardo Gallardo Cardona, gobernador de la entidad, ordenó que fueran atendidas todas las necesidades de los policías lesionados.
“Se les trasladó en helicóptero para su atención en el Hospital Central, los cuales ya estaban siendo esperados por el equipo médico especializado para las atenciones necesarias”, destacaron las autoridades estatales.
El fin de semana previo, supuestos enemigos del Cártel del Golfo se atribuyeron los cuerpos descuartizados y decapitados de cuatro hombres en un poblado de Tamasopo, entre Ciudad Valles y Rioverde.
Miguel Gallegos Cepeda, vocero de Seguridad del estado, confirmó que los cadáveres fueron hallados en inmediaciones de la carretera libre Valles-Ríoverde, en el Ejido Rancho Nuevo, durante la mañana del 4 de diciembre.
Los cadáveres desmembrados fueron abandonados en una especie de camino de terracería junto a un narcomensaje escrito sobre un pedazo de cartón, donde se amenaza a supuestos extorsionadores, secuestradores y ladrones del grupo criminal que tiene su bastión histórico en Tamaulipas.
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