La Conquista de México está marcada por diferentes etapas, desde la llegada de los españoles liderados por Hernán Cortés al caribe mexicano, hasta la caída del imperio azteca, el 13 de agosto de 1521.
Con la llegada de Cortés al territorio que ahora conocemos como México, el español fue luchando contra indígenas nativos, a quienes iba derrotando, y posteriormente, les pedía que se aliaran para llegar a Tenochtitlan, y entre todos, vencer al imperio más poderoso de ellos. Los indígenas aceptaron, pues los aztecas los tenían sometidos y les cobraban grandes tributos, por lo que buscaban su liberad.
Cuando Cortés llegó a Tenochtitlan, que era gobernado por el tlatoani Moctezuma II, se encontró por primera vez con el gobernante indígena el 8 de noviembre de 1519, en donde ahora está la esquina de las calles República del Salvador y Pino Suárez, en el Centro Histórico.
Por algunos acontecimientos que provocaron la ira del pueblo azteca, Moctezuma murió a causa de pedradas que le lanzaron sus mismos súbditos, una ocasión que Cortés le pidió tranquilizarlos. Tras la muerte de Moctezuma, subió como gobernante su hermano, Cuitláhuac.
Este era hijo de Axayácatl y tío de quien posteriormente se convertiría en tlatoani, Cuauhtémoc. Antes de ser el penúltimo tlatoani de Tenochtitlan, Cuitláhuac era señor de Iztapalapa. De acuerdo a las crónicas novohispanas, un hombre de raza negra que venía en la expedición de Pánfilo de Narváes, quien buscaba retener a Cortés y llevarlo ante el gobernador de Cuba, Diego Velásquez, traía viruela, lo que diezmó a la población indígena.
Esta enfermedad se hizo presente en el caribe mexicano, desde marzo de 1520, y en el centro de México, en septiembre del mismo año. La epidemia no tuvo una duración de más de 60 días, terminando a finales de noviembre, sin embargo afectó a muchos de los pobladores indígenas, incluyendo al tlatoani Cuitláhuac.
Entre las primeras menciones que se tienen de Cuitláhuac, se encuentra cuando recibe a Cortés en Iztapalapa, antes de su llegada a Tenochtitlan. Francisco Cervantes de Salazar señala que el señor de Iztapalapa es uno de los presos de Cortés, junto con Moctezuma. Cuitláhuac es liberado en junio de 1520, por sugerencia de su hermano, señalando que al presentarse ante la población, esta se calmaría y el mercado de Tlatelolco volvería a sus actividades y de este modo, las tropas ibéricas podrían adquirir alimentos.
Sin embargo, este plan no fue concretado, según el mismo autor. En lugar de interceder, Cuitláhuac orquestó una rebelión de la población mexica para liberar a Moctezuma, y matar a los españoles. El punto más importante de la estrategia de Cuitláhuac, se reflejó la noche del 30 de junio de 1520, cuando se dio la conocida Noche Triste.
Cuando Cuitláhuac es ascendido a tlatoani, se encargó de desarrollar un arsenal que repeliera y aniquilara a los españoles. Además, concertó estrategias políticas, económicas y sociales con las ciudades tributarias. Pese a las diplomacias, su actuar se vio truncado debido a la viruela, enfermedad que lo llevaría a la muerte el 3 de diciembre de 1520. Su reinado duró, por esto, menos de 60 días, pero ya que se considera que comenzó a regir desde junio, en total tuvo una duración de 80 días.
A Cuitláhuac se le menciona en muy pocas fuentes de la época, y en otras, se le señala únicamente como el sucesor de Moctezuma y su repentina muerte.
Mientras los españoles se refugiaban en Tlaxcala luego de salir de Tenochtitlan, en la Noche Triste, el guerrero que los había repelido se vio atormentado por la viruela. Los glifos de los códices en Cruz y Aubin, representan la enfermedad y muerte de Cuitláhuac.
Los síntomas que presentaban las personas que adquirían la enfermedad, la cual era totalmente nueva para los indígenas, eran tos, fiebre ardiente, y erupción en todo el cuerpo y la cara de granos dolorosos al tacto.
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