Hernán Cortés: a 474 años de la muerte del conquistador español, cuáles fueron las causas de su deceso

El conquistador español, luego de la gran hazaña que hizo al conquistar México, vivió con poco reconocimiento de la corona española y murió solo y sin dinero

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Hernán Cortés llegó a México en 1519. (Ilustración: Steve Allen)
Hernán Cortés llegó a México en 1519. (Ilustración: Steve Allen)

La historia de México es bastante extensa, pues se divide en diversas etapas en las que ocurrieron importantes sucesos. Tal vez una de estas etapas fue la de la Conquista, la cual fue encabezada por el español Hernán Cortés, quien fue el encargado de que tropas españolas tomaran diversas ciudades indígenas para finalmente tomar, el 13 de agosto de 1521, Tenochtitlan.

A pesar de ello, y de que se convirtió en una importante figura de la época, Cortés llegó al final de su vida de una manera que pocos se hubieran imaginado que llegaría: solo, olvidado y en pobreza.

Luego de conquistar La Nueva España, y tras pasar unos años en las tierras que conquistó, ya fuese como soldado y conquistador o encabezando el virreinato, Cortés volvió a España y pasó sus últimos años reuniéndose con personajes selectos de la nobleza e intentando afianzar el futuro de sus descendientes a través de matrimonios. En su testamento, el conquistador destinaba una considerable fortuna a Tenochtitlan, ciudad que había tomado y que pretendía convertir en capital de su soñada nación, al otro lado del océano, para que se construyeran hospitales, universidades y conventos.

La decadencia del español comenzó poco antes de volver a Europa. Luego de haber sido nombrado gobernador y capitán general de la Nueva España, decidió iniciar una expedición a las Hibueras, para buscar a Cristóbal de Olid, quien lo había traicionado al intentar conquistar Honduras a sus espaldas.

El español se encargó de la Conquista de México. Foto: Dominio público.
El español se encargó de la Conquista de México. Foto: Dominio público.

Al volver a la Nueva España, se encontró con un juicio de residencia, el cual consistía en someterse a una revisión de sus actuaciones como gobernantes y escuchar los cargos que pudieran presentarse en su contra. La conclusión fue destituirlo como dirigente de la región.

Esta decisión ofendió al español, quien decidió viajar a España para buscar al rey y hablar con él sobre la situación. Cortés pensó que volvería a España como todo un héroe por las hazañas que había logrado en América, y que le sería delegado el gobierno de la tierra que había colonizado. Sin embargo, sus expectativas no se cumplieron por completo, pues en recibió los honores del rey Carlos V, quien lo había enviado a la expedición en Cuba, pero no le ofreció ningún cargo en la Nueva España.

Lo que recibió, fue como un “premio de consolación”, que consistió en nombrarlo marqués de Oaxaca y el cargo honorífico de capitán general, pero sin funciones para gobernar.

Un año después, la familia de quien fuera su primera esposa, Catalina Suárez, quien había fallecido de manera extraña en su casa de Coyoacán, lo acusó de haberla asesinado. Y es que el 1 de noviembre de 1522 la familia Cortés organizó una fiesta en su casa. Al final de la celebración, Cortés y Catalina discutieron. Ella se fue a acostar y horas después fue encontrada muerta. Cortés le atribuyó el fallecimiento a los diversos problemas de salud con los que contaba Catalina, sin embargo, las especulaciones no tardaron en aparecer.

Hernán Cortés murió a los 62 años. Foto: Museo Nacional del Prado
Hernán Cortés murió a los 62 años. Foto: Museo Nacional del Prado

Algunas camareras de Suárez declararon haber visto moretones en el cuello de la mujer, además de que fue enterrada con prisa, sin permitir a su familia ver el cuerpo. Sin embargo, el gobierno español disolvió los cargos y Cortés solo tuvo que pagar una indemnización, pero los señalamientos lo siguieron por el resto de su vida.

En 1530 regresó a México y realizó algunas expediciones, principalmente al norte, en la península de Baja California. Posterior mente regresó a España para que le fueran retribuidos sus beneficios, sin embargo, la respuesta que obtuvo tampoco fue la esperada. En intentos desesperados por recuperar el reconocimiento de la corona realizó varios viajes al Argel para arrebatar el poder otomano a Barbarroja, pero fue cruelmente derrotado y humillado.

Siempre soñó con volver a la Nueva España, la ciudad que había edificado y logrado, sin embargo, los problemas con su residencia nunca fueron arreglados, por lo que tuvo prohibido volver al continente americano.

En Europa se alejó de las personas con las que había conquistado Tenochtitlan, y enfrentó serios problemas económicos que incluso lo llevaron a pedir asilo a un amigo en Castilleja de la Cuesta, sin la atención de la corona española. Falleció el 2 de diciembre de 1547 a los 62 años, una edad muy avanzada en la época, a causa de una pleuresía, que es la inflamación del tejido que recubre el aparato respiratorio.

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