Francisco I. Madero: así era la voz del presidente que logró derrocar del poder a Porfirio Díaz

El expresidente de México proclamó un discurso el 18 de julio de 1911, en el Palacio Municipal de la Ciudad de Puebla, en donde hace una declaratoria de triunfo sobre el régimen de Díaz

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Francisco I. Madero fue uno de los personajes más destacados durante el proceso de la Revolución Mexicana. (Foto: Wikipedia)

La Revolución Mexicana fue uno de los hechos históricos más importantes que se han desarrollado en el país. Durante el proceso de esta, se dieron a conocer importantes personajes que sobresalieron y hoy se pueden encontrar en los libros de historia.

Sin duda alguna, uno de estos personajes fue Francisco I. Madero, quien proclamó el Plan de San Luis, con el que convocaba al pueblo de México a levantarse en armas en contra de la dictadura de Porfirio Díaz el 20 de noviembre de 1910, quien estuvo más de 30 años en el poder. Fue esta acción la que prácticamente hizo que Díaz renunciara a la presidencia y más tarde se exiliara en París, Francia, en donde moriría en 1915.

Madero dejo un registro de su voz, pues en la plataforma de videos YouTube puede encontrarse un discurso emitido el 18 de julio de 1911 en el Palacio Municipal de la Ciudad de Puebla, en donde hace una declaratoria de triunfo sobre el régimen de Díaz, así como un homenaje a los mexicanos que participaron durante el levantamiento armado.

“Soldados de la República, me dirijo a todos, a los que formaron parte del Ejército Federal, y a los que formaron parte del Ejército Insurgente. La guerra ha terminado, todos los mexicanos debemos celebrar el hermoso triunfo que se ha obtenido. Ese triunfo ha sido obtenido por el pueblo, que fue el único que luchó contra el único enemigo que era el dictador”, se escucha en voz del expresidente.

YouTube: placerculposo

Continúa diciendo que “el Ejército Federal no ha sido vencido, fue vencido el dictador que era contra quien se luchaba, el Ejército cuya tropa está integrada por hijos de este pueblo mexicano, tan sufrido y abnegado, cuya sangre ha conquistado nuestra independencia, nuestra reforma”, dice el presidente.

Habla sobre la Escuela Militar de Chapultepec, de la cual, menciona, es el orgullo de los mexicanos, “y cuyos alumnos, salen con un alto conocimiento de honor militar y de amor a su patria. El hecho de que la pasada campaña haya estado del lado del gobierno, es una garantía de la solidez del gobierno de México, porque un gobierno que cuenta con un Ejército que es tan leal, a pesar de que reconoce que es déspota, con un Ejército que va a la lucha únicamente por el sentimiento de tener un gobierno aquí, está seguro de su estabilidad, y podemos estar seguros de que la paz es un hecho, de que el orden no será alterado, puesto que ese mismo Ejército en lo sucesivo no solo luchará ya por el cumplimiento de un deber, sino sabrá perfectamente que al cumplir con su deber, sirve a los falsos sentimientos de la patria”, menciona.

En una última parte del audio, que tiene una duración de poco más de 3 minutos, Madero menciona que “quiero, pues, que se borre la impresión que ha quedado, después de la lucha, una parte del Ejército los que se enardecieron más en el combate se han sentido humillados, porque se ven derrotados, por eso quiero dirigirme a vosotros, oh valientes soldados, para deciros que no tenéis por qué sentiros humillados, que no habéis sido derrotados, y si lo ha sido fue el dictador, la dictadura, la tiranía, y quien ha vencido no son los Insurgentes, hay que confesarlo, nuestro triunfo no lo debemos al triunfo de las armas, sino al de la opinión pública, que es irresistible, a la opinión se hubiera arrojado al General Díaz de la capital de la República sin dar un solo combate.

“Los que llegaron a asumir tales proporciones, las masas enfurecidas de la capital, de que el General Díaz no renuncia, le hubiera costado la vida, los soldados no hubieran ido a su defensa, y por eso salió huyendo de México vergonzosamente mientras los soldados permanecían firmes en sus puestos y con la frente muy alta”, concluye el discurso.

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