Para el partido del Presidente Andrés Manuel López Obrador, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), la carrera rumbo al 2024 ya empezó, y aunque ya hay una indiscutible precandidata favorita, las pugnas internas se han incrementado.
Aunque López Obrador ha asegurado que el candidato presidencial de su partido será elegido a través de una encuesta, la realidad es que mandatario se ha decantado de una manera clara por la actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, a quien el político tabasqueño ve como una hija, según distintos analistas.
Sin embargo, otros políticos de gran peso en el partido como el canciller Marcelo Ebrard y el líder de los morenistas en el Senado, Ricardo Monreal, han expresado su intención de contender por la candidatura del partido, aunque por otra parte, aseguran que aún faltan dos años para que se defina a los aspirantes presidenciales.
Pese a que Claudia Sheinbaum no ha manifestado abiertamente su intención de buscar la Presidencia en 2024, sí se ha pronunciado a favor de que el próximo candidato de Morena se defina a través de una encuesta, al tiempo que ha insistido en que aún faltan dos años para que eso ocurra.
En tanto que Marcelo Ebrard, quien ya confirmó su intención de buscar la candidatura presidencial de Morena, ha asegurado que participará en el proceso interno del partido, pero ha insistido en que debe ser un proceso creíble, confiable y que se garantice el “piso parejo” entre los contendientes.
Mientras que Ricardo Monreal no está del todo de acuerdo con el método de elección propuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador, para definir al candidato presidencial de 2024. Y es que, para él, la realización de elecciones primarias, sería lo más adecuado.
Es por eso que el pasado 16 de noviembre, Monreal Ávila aseveró que buscará la candidatura presidencial por Morena, no sin antes insistir en que promocionarse en estos momentos es muy apresurado.
“Sí está apresurada la sucesión. Y el que se meta a promocionarse en este momento está muy apresurado”, señaló.
Sin embargo, resaltó que no es necesario el uso de pactos para evitar confrontaciones con Ebrard Casaubón y con Sheinbaum Pardo, ya que su principal objetivo es darle continuidad a la Cuarta Transformación.
“No tenemos diferencias entre nosotros y hay una relación de respeto tanto con Marcelo Ebrard, con Claudia Sheinbaum y, queremos lo mejor para el país”, insistió.
Monreal, el más fuerte políticamente
Ante este panorama y en entrevista con Infobae México, el politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Mario Alberto Huaracha Alarcón, consideró que entre los tres aspirantes, Ricardo Monreal es el más fuerte políticamente.
“Entre los tres posibles aspirantes a la candidatura presidencial por el partido Morena en 2024, considero que Monreal es el más fuerte políticamente, no mediáticamente como sucede con Ebrard y Sheinbaum. Creo que ha desempeñado un papel crucial en el Senado liderando consensos, negociaciones con la oposición y con (los inconformes de) su propio partido, al mismo tiempo legislando una agenda de izquierda que le reporta gobernabilidad al Presidente, también fortalece el liderazgo de Monreal como importante líder legislativo de izquierda con temas que Andrés Manuel López Obrador evade, como la prohibición del matrimonio infantil (práctica común en muchas comunidades indígenas y que el Presidente calificó de “normal”)”, destacó.
El profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, destacó que debido a esta fortaleza política, es que Monreal Ávila se aventura a hacer fuertes críticas.
“Monreal se sabe fuerte políticamente… Por eso reconoce al Presidente como punta de lanza de la 4T, pero igual critica el adelanto de los tiempos electorales (al mencionar AMLO nombres de funcionarios “presidenciables”, incluida la jefa de gobierno) y su propuesta de elegir al futuro candidato mediante encuestas. De la misma forma asegura que sólo él (Monreal) representaría la consolidación de la 4T y que su aspiración debería ir abanderada por Morena, pero también le dice a la dirigencia del partido (y al presidente) que “se ponga orden”, que la opción democrática para decidir candidatos es la elección primaria y que esta vez (Monreal) no aceptaría un cargo de consolación (en alusión a la senaduría plurinominal que actualmente ocupa y el liderazgo de la bancada morenista que le fue otorgada a cambio de la candidatura por la jefatura de gobierno de la CDMX en 2018)”, apuntó.
“Si atendemos las declaraciones mediáticas de Monreal, claramente se deduce que, a menos que la elección del candidato presidencial en Morena sea por la vía procedimental y normativa (la elección interna) que implicaría transparentar los mecanismos de afiliación y probar que la institucionalidad partidista funciona sin línea del Presidente (que dudo suceda)… O a menos que gane la candidatura a través de la encuesta (que tampoco sucederá), el aspirante Monreal, amenaza con la escisión”, aseguró.
El también docente de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) consideró que en caso de rompimiento, el dirigente de la bancada morenista en el Senado podría llevarse a un sector importante de liderazgos y bases sociales.
“En ese escenario, calcula que podría llevarse a un sector importante de liderazgos partidistas y bases sociales de Morena (inconformes con las prácticas neopriístas de su partido). Salirse de su partido también le abre la posibilidad de acordar una alianza con partidos opositores para abanderar su candidatura. En concreto, a Monreal lo veo fuera de Morena como un candidato presidencial opositor competitivo. Algo que pegaría fuerte en la intención de voto del oficialismo”, destacó el politólogo.
Marcelo Ebrard y su fidelidad a AMLO
El Doctor en Ciencias Políticas por la UNAM resaltó que entre los tres aspirantes, el menos fuerte -electoralmente hablando- es Marcelo Ebrard.
“Ebrard es el menos fuerte electoralmente hablando de los aspirantes. Al hablar del Canciller Ebrard es necesario destacar su fidelidad al Presidente. A pesar que es un político con trayectoria desde los gobiernos del PRI, sus cargos de relevancia los alcanzó bajo la égida de López Obrador cuando éste se convirtió en jefe de gobierno de la CDMX en el año 2000. En el gabinete de la Ciudad fue Secretario de Seguridad Pública y de su cercanía con AMLO logró la candidatura a la jefatura de gobierno y ganó el cargo. Como jefe de gobierno se mostró fiel a la causa obradorista desconociendo el triunfo electoral de Felipe Calderón en la Presidencia, pero también logró notoriedad internacional por sus acciones dirigidas a problemáticas urbanas (seguridad, ambiente, movilidad, ordenamiento)”, destacó.
“El capital político que Ebrard desarrolló como alcalde de la Ciudad lo canalizó en su aspiración a la candidatura presidencial para la elección de 2012, para finalmente cederlo a un AMLO que venía desarrollando una campaña desde finales del 2006 (cuando perdió la elección presidencial) a través de un aparato de movilización electoral (llamado Movimiento) en favor de la causa Obradorista (y que en 2014 se convirtió en el partido Morena). Para mí, esa fue la muestra más clara de fidelidad a su jefe político, accedió al recurso de la encuesta para nominar al candidato presidencial por la coalición Movimiento Progresista y no disputar el cargo. A cambio, AMLO lo propondría como secretario de gobernación si ganaba la elección. Algo que no sucedió” enfatizó el politólogo.
Pero como canciller, Ebrard Casaubón atrajo una visibilidad mediática, lo que lo ha reposicionado en la imagen pública.
“(...) La gestión de acuerdos entre los gobiernos mexicano y estadounidense sobre los asuntos migratorios le dio empuje para perfilarse como un diplomático que gestiona la adquisición de vacunas Covid-19, posiciona regionalmente la agenda internacional de la 4T y el liderazgo de AMLO, establece alianzas con países con afinidad ideológica al gobierno y se desmarca de temas que vayan en contra de la línea del Presidente. Aquí es importante separar su desempeño como Canciller de su fidelidad a AMLO. Ya los expertos valorarán su desempeño en la política exterior, (pero) respecto a su cercanía con el Presidente, hemos visto que Ebrard sigue teniendo el bono de protección de AMLO como premio de fidelidad. El Presidente funciona así, valora más las lealtades que la eficiencia en los cargos y en Ebrard, hay ejemplos de esto: como secretario de seguridad (fue removido por Fox por la turba que mató a tres de sus agentes de Seguridad Pública de Tláhuac), como jefe de gobierno (fue cuestionado por el caso News Divine e irregularidades en la construcción de la línea 12 del Metro)”, señaló.
“Marcelo Ebrard justificó su aspiración presidencial como un derecho ciudadano legítimo en el contexto de la investigación por el accidente de la línea 12 del Metro, que apuntó la responsabilidad a la etapa constructiva de la obra durante la gestión de Ebrard, pero el Presidente contrapesó la conclusión de la investigación asumiendo en su figura, “su palabra” y gobierno la responsabilidad del daño y de la reparación. Ebrard ha dicho que quiere ser candidato pero sólo abanderado por Morena, sin el partido no va. Esto significa que aceptará (otra vez) el método que probó su fidelidad política hacia AMLO en 2012 (la encuesta para nominar al candidato presidencial) consciente de que las preguntas para valorar la popularidad de los presidenciables, no favorecen su aspiración, (y que) tampoco es el favorito de su jefe”, dijo.
“Pero mientras esos tiempos llegan, Ebrard sostiene que su aspiración no invade su desempeño como funcionario de la 4T. Para mí, todo esto es una expresión de alienación hacia el jefe. Como buen fiel, Ebrard esperó a que AMLO abriera el juego de la sucesión para precisar que su interés por la candidatura depende de la conveniencia, preferencias y formas de su jefe”, aseveró.
Sin embargo- destacó Huaracha Alarcón- “a diferencia de Monreal, no veo a Ebrard buscando la candidatura fuera de Morena ni del gobierno. Al contrario, lo veo consolidando sus vínculos diplomáticos para perfilarse en un cargo relevante en el próximo gobierno federal, por medio del cual AMLO asegurará su influencia”, apuntó.
Los tiempos políticos apuntan a una candidata mujer
El experto destacó que los actuales tiempos políticos en México están propiciando que haya una mujer como candidata presidencial.
“(...) Porque los tiempos, la misma tendencia de la política, las mismas condiciones del gobierno apuntan a que número uno: sea una mujer (candidata), número dos: sea un perfil tipo Claudia Sheinbaum o la esposa de Andrés, Beatriz (Gutiérrez Müller); se van configurando. Yo a veces digo que es como tendencias que se van perfilando, oportunidades que se van abriendo, escenarios propicios.. Entonces, todo está para el perfil de una mujer como Claudia Sheinbaum, y bajo ese sentido, yo no veo realmente a nadie que le pueda quitar (la candidatura)”, señaló Mario Alberto Huaracha.
Destacó que el perfil de Claudia Sheinbaum, quien cuenta con altos grados académicos importantes, también tiene la posibilidad de tener la plataforma del ejercicio de gobierno, lo cual es un dato muy importante.
“Para aspirar a la grande hay dos vías: o estar en una campaña permanente como lo hizo López Obrador e irte construyendo afinidades, pero cuánto le costó y cuántos años… o la otra es haber sido un político popular. Lo vimos en el caso de Peña Nieto (...) no es el mismo caso el de Peña Nieto que el de Sheinbaum, solo los comparo en el sentido de la plataforma del ejercicio de gobierno. Entonces bueno, y la manera en la que ha ido perfilando (Sheinbaum), la construcción de la identidades de la Ciudad de México, de derechos; o sea, cómo va incorporando toda esta nueva forma de identidad que es lo que quieren transmitir de cómo se consolida una forma de gobierno. Eso es lo que le va a dar todas las posibilidades de triunfo, además de sus cualidades personales, y además en esos términos a partir de los cuales ella se conduce”, finalizó.
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