La nueva variante B.1.1.529 de COVID-19, mejor conocida como Ómicron, ha alarmado a las autoridades sanitarias alrededor del mundo. Incluso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la nueva mutación es una variante de alta preocupación.
Sin embargo, para el subsecretario de salud, el Dr. Hugo López-Gatell, aún no hay evidencia de que sea más virulenta que Delta. Así lo escribió en su cuenta de Twitter:
“Ómicron es la más reciente variante de preocupación del SARS-CoV-2; algunos datos sugieren que tiene mayor transmisibilidad que las previas. No se ha demostrado que sea más virulenta ni que evada la respuesta inmune inducida por las vacunas”
El 24 de noviembre, la variante fue reportada desde Sudáfrica. La OMS argumentó que el riesgo de reinfección es alto, de ahí que las alertas se hayan encendido en la organización sanitaria. Del mismo modo, las infecciones en territorio sudafricano han aumentado con el paso de los días, por lo que los reflectores han sido dirigidos hacia el continente africano. Otras naciones donde se ha detectado la mutación son Botswana, Bélgica, Hong Kong e Israel.
“Esta variante tiene una gran cantidad de mutaciones, algunas de las cuales son preocupantes”, dijeron autoridades de la OMS. Quienes ya han tomado medidas han sido miembros de la Unión Europea y los Estados Unidos, ya que han recomendado y han implementado restricciones para viajar al sur de dicho país y también hacia ese continente.
Los norteamericanos han dejado en claro que, a partir del lunes 29 de noviembre, los viajes provenientes de: Sudáfrica, Botsuana, Zimbabue, Namibia, Lesoto, Suazilandia, Mozambique y Malaui, serán suspendidos.
Al respecto, Gatell opinó y dejó en claro que las medidas para el intercambio de vuelos entre Sudáfrica y México parece ser de poca utilidad:
“Las restricciones de viajes o cierres de fronteras son medidas poco útiles; afectan la economía y el bienestar de los pueblos. La información difundida sobre los riesgos de la nueva variante es desproporcionada respecto a lo que muestra la evidencia científica existente”
El polémico subsecretario de salud comenzó a ser figura nacional a principios del año pasado, ya que día con día daba el diagnóstico a los medios de comunicación sobre la situación que afrontaba el país ante la pandemia. En el mes de febrero del 2020, el especialista en epidemiología aseguró que “no era una enfermedad que se debía tomar en cuenta”
“Lo que se sabe es que no es una enfermedad grave. El 90% de los casos han sido casos leves, eso quiere decir que los síntomas de un catarro son indistinguibles. En la gran mayoría la mortalidad es sumamente baja, si lo comparamos con el enorme volumen de personas infectadas. No va a estar en el contexto de una emergencia nacional, ni tampoco el contexto de una emergencia de salud”
El presidente, Andrés Manuel López Obrador también dio su punto de vista previo a la llamada de emergencia sanitaria y confinamiento, donde aseveró que no se comparaba a la influenza: “Estamos preparados para enfrentar esta situación del coronavirus. Entonces tenemos que decirle a la gente que deben ser ser serenos, estar tranquilos y que tenemos la capacidad para enfrentar esta situación. Porque no es, según la información que se tiene, algo terrible o fatal. Ni siquiera es equivalente a la influenza”.
La secretaria de Salud Local, Oliva López Arellano, hizo un llamado a no “bajar la guardia”. De esa manera, añadió que la vigilancia sanitaria internacional se mantiene permanente. Asimismo, comentó que la Secretaría Federal de Salud está tomando las medidas de protocolos de vigilancia para la búsqueda de casos en México. Hasta el momento no existen ni se han encontrado infectados.
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