Qué banquete ofreció Porfirio Díaz durante la celebración del centenario de la Independencia de México

Antes de la caída de su presidencia, Díaz organizó algunos eventos importantes, entre ellos, un gran banquete por la celebración del primer Centenario de la Independencia de México

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Poco después de la celebración del Centenario de la Independencia de México, estallaría la Revolución Mexicana.  (Foto: INAH)
Poco después de la celebración del Centenario de la Independencia de México, estallaría la Revolución Mexicana. (Foto: INAH)

Porfirio Díaz fue uno de los personajes más polémicos que ha habido en la historia de México. El expresidente de México, fue muy controversial, pues sumó más de 30 años en el poder. A pesar de ello, durante su mandato ocurrieron hechos muy importantes, que tal vez se recuerden por el resto de la historia del país.

Uno de estos hechos, fue el inicio de la Revolución Mexicana, la cual comenzó buscando su renuncia, algo que se logró, además de su exilio en Francia, a donde partió en 1911 y en donde moriría en 1915.

Otro acontecimiento que marcó la presidencia de Díaz, fue sin duda alguna, el Centenario del inicio de la Independencia de México, el movimiento con el cual se logró que el país dejara de pertenecer a España. Para celebrar esto, Díaz invitó a los personajes más importantes de la alta sociedad mexicana a la celebración.

“El Presidente de la República tiene el gusto de invitar a Ud. para el Baile, que en celebración del primer Centenario de la Independencia ofrecerá a la Sociedad Mexicana en el Palacio Nacional, el 23 de septiembre próximo”, se leía en la invitación que llegó a manos de las personas más importantes del poder en México, que incluía terratenientes, altos mandos castrenses, empresarios e invitados diplomáticos, de todo el mundo. La invitación se envió los primeros días de agosto.

En la invitación se invitaba a las élites de la sociedad mexicana al baile de la celebración de los 100 años del inicio de la Independencia de México.
En la invitación se invitaba a las élites de la sociedad mexicana al baile de la celebración de los 100 años del inicio de la Independencia de México.

Con la popularidad del régimen de Díaz en picada, algunas huelgas que explotaron en el norte y este del país, como reflejo del movimiento obrero impulsado por los hermanos Flores Magón, además de la consolidación del maderismo como facción política indispuesta a aceptar la derrota durante las elecciones de 1910, el gobierno de Díaz dio sus últimos signos de vida con ostentosos actos oficiales, poco antes del estallido de la Revolución Mexicana.

El Centenario de la Independencia no podía ser un evento que pasara desapercibido para la administración de Díaz, que se había encargado de imprimir un halo de progreso y modernidad como su sello particular, rescatando raíces históricas que forjaron las primeras señas de identidad nacional, mientras se reprimían manifestaciones obreras y focos de resistencia indígenas que daban cuenta de la decadencia del Porfiriato.

Fue la conmemoración del Grito de Dolores el pretexto perfecto para mostrar, tanto al país, como al extranjero, la máscara del ascenso positivista que el régimen pretendió dar a México como un país en vías de desarrollo, en donde las comunicaciones, la inversión extranjera, la modernidad y las buenas costumbres europeas, eran parte de la sociedad condenada al progreso.

Durante todo septiembre de 1910, Díaz puso un sinfín de acciones protocolarias de inauguración o restauración de edificios públicos, monumentos y calzadas de toda la capital. Cada día del mes era una nueva oportunidad para presumir el nuevo nivel cosmopolita de la sociedad mexicana. Algunos de estos eventos fueron la develación del Monumento a la Independencia, conocido también como el Ángel de la Independencia; la llegada de las reliquias de José María Morelos y Pavón y la inauguración de la Universidad Nacional de México, ahora la UNAM, entre muchos otros.

El Banquete se llevó a cabo en Palacio Nacional.
El Banquete se llevó a cabo en Palacio Nacional.

Sin embargo, entre todos estos, hubo dos eventos que llamaron la atención internacional: el multitudinario desfile del 15 de septiembre, que dio un repaso por la historia de México, desde la fundación de Tenochtitlan hasta la consecución de la Independencia y el gran baile del Centenario para conmemorar al México independiente.

Durante el banquete asistieron unos 10,000 invitados, los cuales se reunieron en diversos salones de Palacio Nacional, en el que se instalaron 30,000 lámparas eléctricas, esculturas, gobelinos y espejos por orden de Porfirio Díaz. La ambientación del evento estuvo a cargo de más de 150 músicos que interpretaron valses austriacos y otros temas de la vanguardia europea.

Fue en punto de las 9:30 de la noche que apareció la esposa de Díaz, Carmen Romero, de la mano del presidente, agradeciendo la asistencia de todos los invitados y dando inicio al banquete. Posteriormente, apareció un ejército de meseros con cada uno de los 12 tiempos del menú oficial, totalmente escrito en francés.

Silvain Dumont fue el chef encargado de los banquetes oficiales, y preparó platillos como el Saumon du Rhin grillé à la St. Malo, salmón fresco pescado en el Rhin con salsa de vino blanco, mostaza y anchoas, además del poularde à l’écarlate, pollo marinado en leche con salsa de frambuesa.

Mientras que la entrada consistió en Melon glacé au Clicquot rosé, perlas de melón servidas en champaña rosada, mientras que el postre predilecto de la noche fue la Dame Blanche, helado de vainilla con chocolate fundido. Las bebidas incluyeron la champaña G.H. Mumm & Co. Cordon Rouge, el vino de Burdeos Mouton Rothschild 1889 y el chardonnay Chablis Moutonne para los pescados.

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