El Centro Histórico de la Ciudad de México tiene lugares que han visto recorrer la historia del país desde tiempos muy remotos. Hay construcciones que datan de hace siglos, y que siguen de pie. Además, son recintos que prácticamente forman parte de la historia de la capital mexicana.
Uno de estos edificios se encuentra a un costado de la Catedral Metropolitana, uno de los edificios más antiguos y con más historia de la capital. En la esquina que forman las calles Moneda y Seminario está un edificio que perteneció a la Real y Pontificia Universidad de México, la cual fue la primera universidad fundada en América e inaugurada por el Virrey Luis de Velasco, en enero de 1553. La universidad comenzó a impartir clases en junio de ese año.
En ese mismo edificio, que hoy se puede encontrar pintado de amarillo, y que ya pertenece a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), considerada la sucesora de la Real y Pontificia Universidad de México, estuvo instalada la cantina El Nivel, en la planta baja. Esta cantina adquirió la primera licencia emitida por las autoridades para el funcionamiento como expendio de bebidas alcohólicas de la capital mexicana, firmado por el presidente Sebastián Lerdo de Tejada en 1872, año en que fue inaugurada, según información del portal Misión Política.
Dicha cantina, durante sus años de funcionamiento, fue visitada por importantes personajes de la vida pública en México, desde presidentes, políticos, artistas, actores, y un sinfín más. Algunos de estos importantes personajes, que alguna vez visitaron lo que fue la primer cantina del país, fueron Benito Juárez, Antonio López de Santa Anna, José López Portillo, Miguel de la Mdrid Hurtado, Ernesto Zedillo, Luis Donaldo Colosio, Jacobo Zabludovsky y Carlos Monsiváis.
El lugar llevaba el nombre de El Nivel, debido a un monumento hipsográfico ubicado a un costado de la Catedral, puesto en honor a Enrico Martínez, quien solucionó el problema de las inundaciones en la capital, dado que Martínez, quien también fue conocido como el Cosmógrafo Real, en 1607 propuso un plan que solucionaría el problema: aislar el Lago de Texcoco.
En la base de dicho monumento, hay rayas que señalaban el nivel del agua, por lo que se le dejó el nombre de El Nivel a la cantina.
Este edificio, como muchos otros que se encuentran de pie en el Centro Histórico, fue testigo de innumerables sucesos políticos y sociales, ocurridos en el corazón del país. Algunos de ellos fueron la llegada de Madero, la entrada de las huestes revolucionarias de Zapata y Villa, la decena trágica, los acontecimientos de las marchas estudiantiles de 1968 y un sinnúmero de plantones y manifestaciones.
Durante sus años de existencia, que fueron más de 150, sufrió diversas modificaciones y adecuaciones. Su fama era tal que era un punto de referencia para muchos capitalinos que ahí se citaban. A finales de la década de los 80, el edificio en donde se encontraba fue ocupado por el restaurante El Cardenal, una tienda de jugos, un laboratorio dental, un expendio de cigarros, y hasta oficinas de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología.
Para 1994, el edificio pasó a formar parte del patrimonio de la UNAM, no sin antes desatar controversia de los dueños de la cantina. Tal fue el grado de desacuerdo que acabó en un pleito legal, el cual ganó la Máxima Casa de Estudios, pues reclamó como suyo el predio por lo que en 2008 pasó completamente a manos de la universidad.
Lo que era parte del mobiliario de la cantina, entre ellos cuadros realizados en la Academia de San Carlos, la barra, las botellas, y aquel ambiente bohemio dejaron de existir, y pasó a ser como lo que hoy se conoce como el Museo UNAM hoy. Actualmente, quien ocupa el honor de ser la cantina más antigua, es la llamada El Gallo de Oro, ubicada en la calle de Venustiano Carranza #35, en el Centro Histórico de la capital mexicana.
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