Rodrigo Herrera Aspra es un famoso y exitoso empresario mexicano, dueño de los laboratorios Genomma Lab, los cuales se encargan de producir diversos productos para el cuidado personal y la salud.
El empresario es considerado uno de los más exitosos del país, y según algunos medios, su fortuna está valuada en USD 600 millones. Herrera Aspra cobró popularidad a partir de su participación en el programa Shark Tank, en el cual un grupo de empresarios escuchan algunos proyectos de nuevos emprendedores, y si les agrada alguno, pueden convertirse en inversionistas del proyecto.
En el programa también participan y han participado otros famosos empresarios, como Carlos Bremer, Patricia Armendáriz, Arturo Elías Ayub y Marcus Dantus.
Antes de que la empresa Genomma Lab tuviera el éxito con el que cuenta ahora, y que lograra que Herrera Aspra acumulara una jugosa cantidad de dinero, él empresario estuvo a punto de abandonarla para tener un empleo que le ofrecieron. Y es que en el podcast Cracks, el cual es conducido por Oswaldo Trava, también conocido como Oso Trava, este último le hace el cuestionamiento sobre si la historia es verdad. “Escuché una historia que, no se si sea verdad, pero que en los primeros meses o primeros años de lo que fue el precursor de Genomma, tuviste una oportunidad de dejar ese proyecto, por un trabajo que parecía muy jugoso, que incluso hasta ya te habían organizado una fiesta, me puedes platicar un poco de eso”, menciona el podcaster.
Ante esto, Rodrigo Herrera responde que la historia es verdadera. “Yo estaba empezando la empresa, fui con un grupo de inversionistas y les hice una presentación, con mucha pasión y todo, y me empezaron a hacer preguntas un poco diferentes, como para ver mi habilidad financiera, para ver si entendía de temas de comunicación, de mercadotecnia, etcétera, y yo las respondía, pero siempre tratando de regresar a mis mensajes clave, que era conseguir recursos para la empresa”, explica.
Continúa narrando que luego de esto, los empresarios le hicieron una muy buena oferta de trabajo, que terminó por no aceptar. “Al momento me quedé muy emocionado, pensé en aceptarla, ya me habían hecho, efectivamente, una fiesta, cuando llegué dije: no es lo mío, no me voy a sentir pleno y realizado con eso, prefiero correr el riesgo que tener la seguridad”, menciona.
Herrera dice que tal vez fue el momento, pues puede que en cualquier otro momento lo hubiera aceptado y hubiera sido diferente, “no necesariamente peor, puede ser que mejor, lo que sí es un hecho es que en ese momento le hice mucho caso a la parte del corazón, a la parte del instinto y no a la parte del cerebro, que muchas veces nos juega muy chueco y nos traiciona, porque buscamos la seguridad y el confort, y entre más seguridad busques, menos vas a tener”.
Posteriormente, Oso Trava le pregunta que cuál era el diálogo en su cabeza en ese momento, en el que, por un lado tenía una muy buena oferta de trabajo, y por el otro, a una empresa que ni siquiera fondeada estaba, o al menos no como Rodrigo esperaba fondear.
“Cuando empecé, todo nace de un sueño, de un sueño auténtico, y es muy difícil que cuando tú tienes un sueño que no está realizado, que te quiten de tu sueño y te pongan en un lugar diferente, la frustración es enorme, sobre todo cuando estás convencido que tienes un modelo de negocio auténtico que le hace bien a la gente, que le hace bien a la industria, que es bueno para la salud, etcétera, y decirte: no mira, salte de todo esto y haz esto, dices: ay, es que quién más lo va a hacer, yo sé exactamente cómo, como tengo el sueño de hacerlo, y seguir ese sueño”, explica.
También dice que “no hay nada más poderoso que el sueño de algo, y constantemente, estar viendo, estar visualizándote en el futuro con ese sueño ya realizado”.
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