La violencia se dispara en la frontera norte tras la captura del “Jaguar” del Cártel de Sinaloa: auguran reacomodos de cárteles

Francisco Javier Arvizu Márquez, el Jaguar, fue detenido a finales de octubre, lo que supone el avance del grupo criminal La Línea

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Andres (c) y Bryan (d)
Andres (c) y Bryan (d) familiares de la familia Lebaron, acudieron al lugar de la masacre a dejar flores, en el estado de Sonora (México). EFE/Luis Torrres/Archivo

La frontera norte de México vive uno de sus momentos más violentos después de la captura de Francisco Javier Arvizu Márquez, alias el Jaguar, líder de una escisión del Cártel de Sinaloa. A finales de octubre, las autoridades de Chihuahua anunciaron la aprehensión del criminal, presuntamente vinculado a la masacre de la familia LeBaron que dejó 9 muertos, en 2019.

La situación de violencia, de por sí crítica, aumentara por dicha detención, ya que deja vacante el liderazgo en el territorio, asegura el periodista Héctor de Mauelón.

Según documentos de inteligencia, la misión del Jaguar dentro del Cártel de Sinaloa consistía en frenar el avance de los sicarios de La Linea y/o Nuevo Cártel de Juárez, en el territorio limítrofe entre Sonora y Chihuahua, sin él al frente, la La Línea podría incursionar y apoderarse de la zona de actividad de este sujeto, como lo son los municipios de Madera, Zaragoza y Cuauhtémoc, en Chihuahua y la región de Aguaprieta y Bavispe, en Sonora.

En este último estado, la violencia se intensificó el fin de semana por enfrentamientos entre sicarios y elementos de seguridad. El sábado, un hombre identificado como Aarón Francisco Carrillo Arreola, de 23 años, perdió la vida, víctima colateral de un tiroteo, así como él, al menos nueve personas fueron asesinadas por el crimen organizado.

El pasado 23 de octubre, el Jaguar fue detenido al lado de tres personas durante un enfrentamiento, en Chihuahua.

En julio pasado, las autoridades reportaron que el Jaguar escapó por cuarta ocasión en este 2021. Luego de horas de búsqueda en el Largo Maderal, los halcones a su mando lograron alertar a la organización criminal y todos huyeron por brechas y caminos de difícil acceso hasta la frontera con Sonora, donde bloquearon el paso con vehículos.

De acuerdo con las investigaciones, Francisco Javier Arvizu disputó el territorio en que sucedió la masacre de Bavispe en noviembre de 2019, mientras que sus enemigos de La Línea, del Cártel de Juárez, participaron en el enfrentamiento en aras de calentar la plaza y asesinar a personas inocentes de una familia mormona.

Los Jaguares, grupo dirigido por Francisco Javier Arvizu,  pertenecieron hace cinco años a la Línea, pues se les identifica como sucesores de Luis Barragán, el 20. Pero disputas internas los llevaron a alinearse con el Cártel de Sinaloa. El Jaguar respondería a los intereses de la facción sinaloense que opera en Aguaprieta, Sonora. La disputa por Chihuahua radica en rutas de trasiego de drogas por Casas Grandes.

A su arribo a la narcoguerra, Francisco Javier Arvizu Márquez comenzó un proceso de exterminio de rivales en que incluyó asesinatos de policías afines a la Línea. Su hermano, Jorge Arvizu Márquez, el Lobo, fue detenido en febrero del año pasado en Madera y actualmente está bajo procesos judiciales.

Previamente, medios locales informaron que el Jaguar había sido rescatado luego de que las autoridades lograron arrestarlo el 13 de enero de 2020 en Aguaprieta. Los oficiales se vieron obligados a liberarlo en una gasolinera de la carretera que va de Cananea hacia Hermosillo. Presuntamente, el convoy de seguridad fue interceptado por 20 camionetas y gran cantidad de sicarios, quienes se llevaron a su jefe.

Francisco Javier Arvizu Márquez ronda los 40 años de edad y es originario de Ignacio Zaragoza, municipio de Chihuahua. Ascendió en el Cártel de Sinaloa desde 2016. Los Paredes, una célula que opera en los límites de Sonora, es ubicada como quien presta ayuda financiera, estratégica y operativa a los Jaguares. Al menos, hasta el arresto del capo

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