Una punta de lanza Clovis, artefacto lítico asociado al periodo Paleoamericano, es decir a los primeros grupos humanos que transitaron el norte del continente hace 11,000 años aproximadamente, fue descubierta por un equipo de especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) durante una prospección arqueológica en La Salada, al norte del municipio de Fresnillo, en Zacatecas, donde se planea la instalación de una planta fotovoltaica.
Fue el pasado 7 de agosto, durante un recorrido de superficie en las faldas de una loma cercana a la paleolaguna La Salada, que el arqueólogo Vladimir Huerta Arellano se percató de una pequeña punta de sílex (una calcedonia endémica), de apenas 4.8 cm de largo por 2.6 cm de ancho y 0.76 cm de espesor, que yacía en el suelo como material de arrastre, producto de la dinámica fluvial.
El coordinador del salvamento arqueológico e investigador del Centro INAH Zacatecas, Carlos A. Torreblanca Padilla, comenta que se tenían reportes sobre restos de mamuts en comunidades cercanas, algunos incluso con huellas de corte (analizados en la década de 1980 por el biólogo Óscar Polaco), pero no se habían registrado artefactos que aludieran a antiguos cazadores que aprovecharon el arribo de megafauna a este reservorio.
Destaca que el descubrimiento de la punta Clovis se diera como parte de un salvamento arqueológico, supervisión que por normatividad atiende el Centro INAH Zacatecas en seguimiento a obras de infraestructura que se realizan en el estado. En la supervisión colaboraron, entre junio y octubre de 2021, los arqueólogos Vladimir Huerta Arellano, Felipe Castañeda Romero y Raquel L. Hernández Estrada.
El hallazgo, que puede calificarse de “encontrar una aguja en un pajar”, toda vez que la prospección cubrió un polígono de 242 hectáreas, confirma que el actual Zacatecas formó parte de la ruta continental que siguieron los primeros pobladores americanos entre 12,000 y 11,000 años antes del presente, a finales del Pleistoceno y principios del Holoceno.
“A raíz de este elemento aislado, pero muy significativo, se puede afirmar la presencia de grupos de cazadores–recolectores en la parte media de Zacatecas, en su tránsito del norte al centro del continente americano alrededor de 11,000 a.C.
De esta manera, el territorio zacatecano se inserta ahora en los estudios sobre los movimientos poblacionales tempranos”, sostiene Carlos Torreblanca.
Refiere que la conocedora del Centro INAH Sonora, Guadalupe Sánchez Miranda, quien ha trabajado la zona arqueológica Fin del Mundo, en Sonora, colaboró en determinar las características que hacen de esta, una punta de lanza Clovis: el adelgazamiento bifacial, el retoque bifacial marginal y la acanaladura que cubre dos terceras partes en ambas caras, la cual servía para insertarla en un mango de madera o hueso.
Considerando que estas puntas pueden rebasar los 15 cm de largo, otro aspecto que hace peculiar la punta Clovis hallada en La Salada, es su desgaste, evidencia de que fue afilada en repetidas ocasiones. Asimismo, se observan alteraciones producto del rodamiento y exposición a diversos agentes naturales: concreciones calcáreas, redondeamiento de las aristas del filo, obliteramiento parcial en las nervaduras de las huellas de los lascados y agrietamiento.
Carlos Torreblanca Padilla opina que lo anterior permite deducir que La Salada fue un lugar donde estos antiguos pobladores avistaban la fauna mayor y menor que quedaba empantanada en sus orillas, para cazarla. No obstante, en el sitio no se encontraron otros testimonios de actividad humana temprana como concentraciones de talla lítica, ni de estructuras de combustión que pudieran referir a hogueras.
Explica que esta área semidesértica de Zacatecas contó con grandes humedales en el Pleistoceno, concurridos por mamuts, mastodontes, gonfoterios, camélidos, equinos, bisontes y grandes aves, entre otras especies animales. Estos lechos marinos emergidos miles de años atrás, entre las sierras Madre Occidental y Madre Oriental, propiciarían mucho más adelante, entre los siglos XVIII y XIX, una gran producción salina en la zona, de ahí su nombre.
La punta Clovis recién descubierta, inscribe a Zacatecas en el devenir de los primeros pobladores de América, y de México. Cabe citar que estas puntas lanceoladas reciben su nombre de la localidad Clovis, en Nuevo México, Estados Unidos, donde se encontraron por vez primera hace 90 años y desde entonces se les considera indicativas de estos grupos tempranos.
En nuestro país sobresale el sitio Fin del Mundo, en Sonora, donde se ha registrado un número importante de ellas, así como La Monita II, en Nuevo León. Más próximos al lugar del hallazgo, se puede mencionar la punta Clovis localizada en el Rancho Weicker, en Durango, una de las piezas de mayor antigüedad expuestas en el Museo Nacional de Antropología.
Torreblanca Padilla considera que la probabilidad de recuperar artefactos tempranos en La Salada puede ser muy alta, debido a que en otras paleolagunas se han obtenido hallazgos culturales semejantes. Tal es el caso de Concepción del Oro, Zacatecas; Teuchitlán, Jalisco, y La Ventosa, Oaxaca, donde se han recuperado algunos ejemplares de puntas Plainview, Folsom y Clovis, respectivamente.
SEGUIR LEYENDO: