Francisco Villa, quien también fue conocido como Pancho Villa, o simplemente Villa, fue uno de los caudillos revolucionarios más destacados de inicios del siglo XX, pues fue una pieza clave en el norte del país para que el dictador Porfirio Díaz renunciara a la presidencia y decidiera exiliarse en París, Francia, ciudad en la que moriría el 2 de julio de 1915.
Villa, quien originalmente se llamaba José Doroteo Arango Arámbula, se unió al movimiento armado conocido como Revolución Mexicana, el cual era encabezado por Francisco Ignacio Madero González, en 1910. En 1912 combatió la rebelión de Pascual Orozco y en 1913 se unió a las fuerzas constitucionalistas, en donde comandó a la célebre y afamada División del Norte.
Con ella protagonizó la Batalla de Zacatecas, hecho de armas clave para para lograr la derrota del Ejército Federal que sostenía el régimen de Victoriano Huerta.
Posteriormente, en las Batallas de Celaya, que ocurrieron el mes de abril de 1915, fue duramente derrotado él y sus tropas, por lo que, desde ese momento, sus fuerzas disminuyeron y decidió internarse en las serranías de Chihuahua, en donde continuó su lucha contra el gobierno de Carranza por medio de la guerra irregular.
Para el 9 de marzo de 1916, atacó el poblado de Columbus, Nuevo México, en los Estados Unidos, lo que originó que entraran a territorio nacional tropas estadounidenses en una Expedición Punitiva al mando del General John J. Pershing, cuyo fin era capturarlo. Sin embargo, no tuvieron éxito alguno, por lo que las tropas norteamericanas dejaron territorio nacional en 1917.
Durante el gobierno de Adolfo de la Huerta, en 1923, se firmaron los Tratados de Sabina, con lo que Villa se separó de manera definitiva de las armas. A partir de ahí, se dedicó a los negocios y a la agricultura, retirándose a su Hacienda de Canutillo, ubicada en los límites de Durango y Chihuahua. Sin embargo, tantos años de lucha y tantos enemigos ganados, provocaron que se preparara un complot contra el Centauro del Norte, como también era conocido, dirigido por Jesús Salas Barraza y Melitón Lozoya.
Por esto, el 20 de julio de 1923, en el poblado del Parral, en Chihuahua, cuando se dirigía a la celebración de un bautizo, a bordo de un vehículo Dodge, que él conducía, y acompañado por su secretario particular, el Coronel Miguel Trillo y una escolta de Dorados, nueve hombres dispararon al automóvil que conducía, sin que su escolta lograra repeler la agresión. Villa murió en ese momento. Se dice que el cuerpo de Villa recibió nueve balazos, y más de 40 alcanzaron el automóvil. Las balas eran expansivas, lo que resultó devastador.
Actualmente, existe un recinto dedicado a la memoria de Pancho Villa, un museo en el que se albergan importantes objetos que pertenecieron al líder revolucionario. Sin embargo, no solo se trata de un museo, pues en aquel inmueble, ubicado en la capital de Chihuahua, vivió el Centauro del Norte.
El inmueble que alberga el recinto fue construido entre 1905 y 1907, y perteneció a una mujer de nombre Corina Coupulande, quien posteriormente la vendió a un hombre llamado Nicolás Saldivar, quien utilizó el hogar como rastro. Al llegar Villa a la capital de Chihuahua, rentó la casa y edificó las bardas del corralón, caballerizas, abrevadero y pesebre. En 1911, la propiedad fue comprada por el líder revolucionario, quien en ese entonces ya era Coronel. Villa pagó 6,000 pesos por la casa.
Siendo gobernador de Chihuahua, en 1914, Villa mandó a remodelar y ampliar la casa, a la que denominó La Quinta Luz, en honor a su esposa Luz Corral. Aunque Villa se casó más de 20 veces, solamente con Luz Corral lo hizo tanto por el Civil como por la Iglesia, por lo que se dice que fue su esposa oficial.
De 1920 a 1923, La Quinta Luz fue ocupada en su totalidad por Luz Corral, pero cuando Villa fue asesinado, solo ocupó la parte izquierda de la casa, y el resto la cerró, para posteriormente destinar el despacho y la sala de música a la exposición de objetos personales de su difunto esposo, mientras que el resto del inmueble lo rentaba.
La parte en la que exponía el acervo la llamó Museo División del Norte. Sin embargo, en 1981, ya con una avanzada edad, Corral donó el inmueble, que ya estaba en lamentables condiciones, a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), con la condición de que siguiera funcionando como museo.
Las instalaciones fueron recibidas prácticamente en ruinas, por lo que fue necesario remodelarlas con la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y después de más de un año de trabajos, se inauguró el Museo Histórico de la Revolución, el 17 de noviembre de 1982, convirtiéndose en uno de los recintos culturales más importantes del estado y del país.
Actualmente, el recinto sigue funcionando como museo, y en él se pueden admirar muebles, imágenes, armas y demás objetos que pertenecieron a Francisco Villa, cuando fue Gobernador de Chihuahua y sirve como ejemplo para darse una idea de como eran las casas de esa época. El inmueble se encuentra en la Calle Décima, No. 3010, Colonia Santa Rosa, Chihuahua, Chihuahua.
SEGUIR LEYENDO: