El martes, una obra de la artista mexicana Frida Kahlo, rompió récord al subastarse en USD 34.9 millones. Se trata del cuadro “Diego y yo”, el cual se vendió en la casa de subastas Sotheby’s de Nueva York. Esto es relevante, pues representa el precio más alto alcanzado en una subasta por una obra de arte latinoamericana.
El récord anterior lo tenía Diego Rivera, quien mantuvo una tormentosa relación con Kahlo durante décadas, pues en 2018 había sido vendida su obra Los Rivales en USD 9,76 millones. La obra de Frida, Diego y yo, fue una de las últimas pinturas creadas por la artista mexicana, y en ella se ve a la pintora llorando, con el rostro de Rivera en su frente, quien a su vez, luce sus dos ojos, y un tercero en la frente. La pintura fue creada en 1949.
Esta fue descrita por Sotheby’s como“una de las obras más importantes de Kahlo que jamás haya salido a subasta”. La pintura fue adquirida por Eduardo Costantini, un empresario argentino y fundador del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), ubicado en Argentina.
En 1990, el cuadro había sido subastado por un precio de USD 1,4 millones.
Esta noticia fue de gran relevancia, pues Frida Kahlo es una de las máximas representantes del arte en México. La artista, que murió en 1954, fue esposa de Diego Rivera, también uno de los máximos representantes del arte, y uno de los mayores expositores del movimiento muralista en México, junto con otros artistas como David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.
En ese sentido, es bien sabido que Frida, a lo largo de su vida, pintó una gran cantidad de cuadros, en los cuales representaba varias cosas, entre ellas, el dolor que sentía en su cuerpo a causa de un accidente de tranvía cuando tenía 18 años.
Uno de los cuadros más destacados de la artista, es el titulado “Unos cuántos piquetitos”. En este, se observa a una mujer totalmente desnuda y ensangrentada acostada en una cama, herida y moribunda, mientras a su lado hay un hombre sonriendo de pie, con un cuchillo en la una mano y un pañuelo en la otra.
La pintura está firmada por ella, y tiene el año de 1935, además del lugar en el que se pintó: Coyoacán. Una hipótesis del origen del cuadro, es que está relacionado con la relación que mantuvo Diego Rivera con su hermana Cristina Kahlo, pues hay quienes consideran que la obra tiene que ver con este hecho, sin embargo, la realidad es que la pintura de Frida se centra en la desgracia de otra mujer.
Y es que Kahlo leyó una noticia en el periódico, en donde se informó que un hombre en estado de ebriedad había asesinado a su amante, apuñalándola varias veces, 20 según la policía, tras haber descubierto una infidelidad. Cuando el hombre fue llevado ante el juez, exclamó: “¡Pero si sólo le di unos cuantos piquetitos!”.
Justamente, esa frase es la que da nombre a la pintura, y en ella se ve a una paloma blanca y una golondrina negra sosteniendo un listón con la frase “Unos cuantos piquetitos”.
Para dar un tono un poco más dramático, la pintora solicitó que el marco fuera totalmente liso, y ella se encargó de apuñalarlo y colocarle pequeñas gotas de pintura roja como si fueran salpicaduras de sangre saliendo de los límites del marco y se desbordaran hacia el espectador, convirtiéndolo en un testigo del horroroso suceso.
Actualmente, la obra se encuentra en el museo Dolores Olmedo, ubicado al sur de la Ciudad de México. En el mismo museo se encuentran otras importantes obras de Kahlo, como La columna rota (1944), Sin Esperanza (1945), Hospital Henry Ford (1932), Autorretrato con changuito (1945), entre otras.
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