Durante los primeros minutos de este lunes 15 de noviembre, un grupo de sujetos desconocidos asesinaron a un policía en la ciudad de San Luis Potosí, capital del estado.
La Dirección General de Seguridad Pública Municipal (DGSPM), a través de un comunicado, condenó el ataque y confirmó que la víctima pertenecía a la corporación y quien acababa de terminar su jornada laboral.
El policía municipal fue asesinado después de haber concluido su turno de trabajo y cuando se dirigía hacia su hogar a bordo de un vehículo particular color blanco. El ataque con armas de fuego se registró en la calle 34 de la colonia Prados de San Vicente.
“La corporación capitalina lamenta los hechos e informa que la investigación está en proceso por parte de la Fiscalía General del Estado, autoridad con la que se colabora para esclarecer los hechos”, afirmó el comunicado, reportaron medios locales.
El homicidio fue reportado a las autoridades a través del número telefónico 911 de los servicios de emergencia. Elementos de la Policía de Investigación (PDI) acudieron al lugar para iniciar las indagatorias correspondientes y confirmar la muerte del hombre de 39 años de edad.
El cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Legista (Semele) para realizar la necropsia de ley: registraba heridas de balas en el hombro, cuello y tórax.
La dependencia también remarcó que iniciaron los trámites legales correspondientes para brindar apoyo a la familia del agente de seguridad municipal de San Luis Potosí.
Hasta el momento se desconoce la identidad de la víctima y la de los presuntos agresores y su paradero. El cuerpo del policía quedó a bordo de su propia camioneta. Además, peritos de Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado (FGESLP) que arribaron a la escena del crimen encontraron, por lo menos, una decena de casquillos percutidos.
Los policías mexicanos viven un clima de violencia sin precedentes tras la toma de protesta de los gobernadores de Zacatecas, San Luis Potosí y Michoacán. El responsable: el crimen organizado.
De acuerdo con la organización Causa en Común, en los tres estados —incluyendo Guanajuato donde se renovaron alcaldías— concentran la mayoría de homicidios a elementos cometidos en septiembre y octubre.
En Zacatecas, gobernado por el morenista David Monreal, hasta el 21 de octubre, fueron asesinados nueve policías, todos ellos cometidos en Pinos, Zacatecas capital y Fresnillo. Esta última ciudad —con casi 250,000 habitantes— volvió a posicionarse en lo alto de la lista de las seis ciudades más inseguras del país realizada por la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU). El 94.3% de los pobladores de Fresnillo consideró que vivir en la región no es seguro.
La entidad, al centro norte de México, es enclave de la guerra entre los cárteles más poderosos del país, el CJNG y Cártel de Sinaloa.
El peor de los crímenes contra uniformados en Zacatecas ocurrió el pasado mes de junio, cuando fueron encontrados dos policías colgados en un puente vehicular. Se trataba de elementos originiarios de San Luis Potosí. Junto con los cuerpos se dejó una manta con un mensaje firmado por un cártel de las drogas.
En septiembre del 2020, el miedo al crimen organizado dejó sin policías al municipio de Juan Aldama.
El posible detonante del temor de los policías se originó el 19 de septiembre de ese año, cuando un comando irrumpió en la comandancia de Seguridad Pública del municipio para asesinar al director de la corporación, Ricardo Barrón Guzmán, y a uno de sus subalternos. Los crímenes contra los uniformados han provocado una ola de fuertes críticas hacia el gobierno, que está desbordado ante el desafío del crimen organizado.
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