El pasado lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció la comitiva que lo acompañará a la Cumbre de Líderes de América del Norte el próximo 18 de noviembre, en Washington, donde sostendrá reuniones con su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Durante su conferencia de prensa, reveló que viajará junto al canciller, Marcelo Ebrard; el secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O; la de Economía, Tatiana Clouthier Carrillo, el director del Instituto Nacional de Migración (INM), Francisco Garduño, y el Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.
Cinco funcionarios; cinco expertos que constituyen la delegación participante que, a pesar de ser robusta, responde a la agenda del evento, en la cual se buscará introducir discreta, pero no aisladamente los intereses nacionales, estipuló Raymundo Riva Palacio, en su columna Estrictamente personal.
“Dependerá de la habilidad política que apliquen para colocar un tema en específico de interés nacional que no quede como una mera ocurrencia coyuntural (...) Esperemos, pues, que el Presidente deje negociar a los profesionales”.
No obstante, aún con los protocolos que retratan (al ojo público) el encuentro como cordial y ameno, la realidad es que la misión de los funcionarios mexicanos será más complicada de lo previsto.
Esto, explicó el columnista, a raíz de “los agravios de fondo” entre las tres naciones que, afirmó, se encuadran en los intereses primarios y prioridades enlistados por la Casa Blanca, siendo uno de ellos, la colaboración trinacional para la pandemia del COVID-19
En este punto, intercederá López-Gatell: la única, más no la mejor ficha de México - dijo Raymundo - para la propuesta de crear un cordón sanitario contra la nueva enfermedad, de tal manera que se permita el libre intercambio comercial en la región.
Un objetivo sencillo para los intereses México-EEUU, pero con un guijarro por el bando mexicano, que figura la negativa de vacunar a menores de edad fuera de riesgo; factor contrario a su vecino que encabeza la inoculación en infantes.
La cooperación para el cambio climático, es otro de los pesos pesados de Estados Unidos y Canadá, pero no así para México que demostró su “poco interés” en la ausencia de López Obrador al COP26 y su negativa para los proyectos renovables, apuntó Riva Palacio.
“La molestia, más que preocupación, es que este tema sea contencioso con el gobierno y el sector privado estadounidense. Lo que piensen los canadienses no le importa en lo absoluto”.
En tanto, la migración, otro factor prioritario del encuentro trilateral, será la arena donde Ebrard y Garduño encabezarán las discusiones y negociaciones finales.
Aunque, por la participación de este último, el columnista proyectó que la conversación dejará a un lado a Centroamérica - que AMLO reiteradamente ha promovido - para voltear la mirada a Suchiate (frontera sur) y el Bravo (frontera norte).
Respecto al cuarto punto, sobre el fortalecimiento de la alianza norteamericana, Raymundo explica que el “tras bambalinas” del asunto constituye un interés de EEUU por dar preferencia a proyectos internos - lo cual afecta la iniciativa de ley entre los países para otorgar créditos fiscales a fabricantes de vehículos en EEUU.
De ahí que entra la participación de Clouthier como convincente para que Andrés Manuel se alíe con Canadá en el planteamiento del tema: “Es fundamental que no le dé la espalda a Trudeau, porque la gran maquinaria de exportación mexicana es la automotriz”, advirtió.
Finalmente, la última ficha (comodín) de México, Ramírez de la O., quedaría para el tema de la Reforma Eléctrica; esto, aún cuando el mismo tabasqueño previó poca probabilidad de abarcar el tema “por respeto a las otras partes”.
A pesar de ello, concluyó Riva Palacio, el secretario funge como la pieza clave que podrá fortalecer la construcción de Norteamérica o tumbarla con un acto egoísta que excluya a uno de los pilares; todo recae en las órdenes de Andrés Manuel López Obrador.
“Haría bien en sumarse y sumar a Trudeau y no pensar que Canadá es inexistente porque si juega egoístamente (...) perderá un aliado táctico y la visión de Biden de tener ‘la región más competitiva y dinámica en el mundo’, será una realidad sólo para Estados Unidos”.
SEGUIR LEYENDO: