La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento de Tesoro de Estados Unidos, borró de su lista negra este viernes 12 de noviembre al narcotraficante y líder de la organización de los Beltrán Leyva (OBL), Sergio Villarreal, el Grande, testigo clave en la acusación contra el ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
El narcotraficante, originario de Coahuila (al norte de México), fue detenido en 2010 y extraditado a Estados Unidos dos años después. En el país norteamericano se convirtió en testigo protegido, y encabezó diversas acusaciones contra funcionarios mexicanos, entre ellos el ex mando de la Policía Federal, Luis Cárdenas Palomino —preso en una cárcel mexicana por tortura.
Con la misma suerte, el narco colombiano, Jorge Cifuentes Villa también fue eliminado de la lista de la OFAC. Este capo, testigo protegido de Estados Unidos, testificó en el juicio del siglo contra Joaquín el Chapo Guzmán. Las cuentas y empresas de Cifuentes fueron desbloqueadas.
Hace una década, Sergio Enrique Villarreal Barragán, alias el Grande, fue detenido en Puebla. Él mismo admitió que durante sus años al servicio del narcotráfico, había secuestrado, torturado y descuartizado a más de 90 personas. Hoy, gracias a un acuerdo de cooperación con las autoridades estadounidenses, se encuentra libre otra vez.
“El Grande”, apodado así por su fisonomía -1.98 metros y 115 kilos-, inició su carrera en las filas de la policía ministerial de Coahuila, cuando tenía 20 años de edad. En 1993 ingresó a la Policía Judicial Federal y fue asignado en Torreón, donde tejió alianzas con miembros del Cártel de Juárez.
Cuatro años después murió Amado Carrillo Fuentes, el Señor de los Cielos, y el Grande se volvió el representante del Cártel de Juárez en Coahuila, Durango y Chihuahua. La Procuraduría General de la República (PGR) lo consideró “el principal abastecedor de droga en la región”.
Según la PGR, el Grande trabajaba bajo el amparo del subprocurador Humberto Reséndiz, y tenía bajo su servicio a las policías municipales de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo.
En esos años también libró una batalla sangrienta contra Los Zetas, quienes secuestraron y ejecutaron a su primera esposa. Aquel hecho desató una ola de violencia nunca antes vista en Durango y Coahuila. Una investigación vinculó al “Grande” con el asesinato de dos agentes federales y un empresario.
De acuerdo con los reportes oficiales, Enrique Villarreal fue reclutado por los hermanos Beltrán Leyva en 2006, el mismo año en el que inició la llamada “Guerra contra el narcotráfico”, y en poco tiempo se convertiría en uno de los líderes del cártel.
En 2007, aparecieron en Ciudad de México las cabezas de dos empleados que trabajaban en una empresa de almacenamiento de carga aérea. Habían perdido medio tonelada de cocaína y “El Grande” se las cobró de esa manera.
Un miércoles 16 de diciembre fue abatido Arturo Beltrán Leyva durante un enfrentamiento con la Marina mexicana en una zona de lujo en el municipio de Cuernavaca, Morelos.
De acuerdo con la periodista Anabel Hernández, quien tuvo acceso a las declaraciones de el Grande, el narcotraficante reveló que Genaro García Luna y su “compadre” Luis Cárdenas Palomino, colaboraban para el Cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva cuando ambos estaban en la Secretaría de Seguridad Pública Federal durante el sexenio de Felipe Calderón.
En EEUU fue admitido como testigo colaborador, y gracias la información que entregó al Departamento de Justicia, hoy se encuentra de nuevo en las calles.
Una nota periodística citada por el escritor Héctor de Mauleón señala que fue visto por última vez en una parte de Houston.
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