A escasos días de que se reactivaran los cruces terrestres en la frontera de México con los Estados Unidos, autoridades federales detuvieron a tres traficantes presuntamente vinculados con el Cártel de Sinaloa en el Aeropuerto Internacional de Chicago con 80 de kilos de cocaína.
En un comunicado de prensa emitido por la oficina del fiscal federal del Distrito Norte de Illinois, los agentes federales señalaron que las drogas fueron transportadas en cinco maletas desde México en un avión privado Bombardier Challenger 600.
Los detenidos fueron identificados como Sebastian Vázquez Gámez, un joven mexicano que recién había cumplido 30 años, con domicilio en Toluca de Lerdo y Rodrigo Alexis Jiménez Pérez, de Columbus, Indiana.
De acuerdo con la denuncia federal, agentes encubiertos de la DEA esperaron que el pasado 3 de noviembre aterrizara un avión Bombardier CL-600. Los agentes observaron a Vázquez-Gámez y a otros ayudar a un empleado del aeropuerto a descargar maletas del avión. Las maletas parecían estar “cargadas significativamente”, sostuvo la denuncia.
Vázquez Gámez y sus acompañantes caminaron de prisa a un lujoso hangar construido para aeronaves privadas, seguidos por el empleado que cargaba sus maletas. Apenas 17 minutos después de haber aterrizado una ostentosa camioneta negra Lincoln Navigator modelo 2020 llegó por ellos.
Los tres detenidos echaron las maletas a la cajuela y salieron por una puerta discreta que usan famosos y políticos. El conductor y sus acompañantes se dirigieron a la costa de Chicago, sin saber que detrás de ellos iban varios agentes de la DEA vestidos de civiles.
La camioneta ingresó a un hotel ubicado sobre la cuadra 100 de East Chestnut Street en el vecindario de Gold Coast. Esa misma noche, los funcionarios vieron a Vázquez-Gámez y a otra persona cargando las maletas en una Toyota Highlander blanca conducida por Jiménez-Pérez.
Poco antes de las 9:30 pm, los agentes detuvieron el vehículo en la cuadra 500 de North Rush Street, al norte del centro de la ciudad. Hallaron las maletas y, al inspeccionarlas, vieron que estaban llenas de alrededor de 80 paquetes en forma de ladrillo “que parecían consistentes con ladrillos de kilogramos de sustancias controladas”.
Los agentes estadounidenses detuvieron a Vázquez-Gámez y lo llevaron de regreso a su habitación de hotel, donde encontraron otros 20 paquetes en forma de ladrillo en su equipaje. Los agentes realizaron una prueba de campo que resultó como “presunto positivo” de cocaína, alegó la denuncia.
Después de arrestar a Jiménez-Pérez, los agentes descubrieron comunicaciones de Facebook Messenger entre él y un sujeto identificado como Sergio Iván Blas, de 39 años, residente de Indianapolis, y quien la DEA cree que es parte del Cártel de Sinaloa.
En los días siguientes fue arrestado en en Indianápolis y en su automóvil los agentes hallaron alrededor de USD 6,000 en efectivo y una libreta de contabilidad. Se sabe que también tiene un negocio de comida mexicana presuntamente para lavar dinero y esconder cocaína.
Esta semana se espera que Jiménez-Pérez y Vázquez-Gámez comparezcan en la corte de Chicago.
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