Hace un par de días nuestro presidente dijo que “El neoliberalismo alentó el feminismo y el ecologismo”. Inmediatamente la prensa conservadora dijo que Andrés Manuel López Obrador estaba en contra de que los conservadores impulsen “nuevos derechos”, como los derechos civiles de las mujeres o la protección del planeta.
Sobre el tema, cabe resaltar que en principio no se trata de derechos nuevos. La lucha por los derechos civiles de las mujeres se remonta al siglo XIX, y ha sido una larga lucha en la cual se ha tratado de concientizar a las naciones de que somos la misma especie, y por lo tanto nuestro género de nacimiento no debe limitar la garantía de nuestros derechos humanos, políticos, sociales y culturales.
Quienes critican a nuestro presidente, lo acusan de conservador y argumentan que no conoce las exigencias de los sectores al no entender el significado de los movimientos. Nosotros, por el contrario, encontramos en las palabras del presidente un profundo y crítico conocimiento sobre el origen, reivindicaciones y formas de expresión de estas ideologías políticas.
Hay que reconocerlo, el neoliberalismo diseñó narrativas eficientes que crearon la ilusión de representar la solución a los problemas de nuestra patria y en realidad funcionaron para beneficiar a la política neoliberal y como sostiene Andrés Manuel, “poder saquear a sus anchas”.
Un ejemplo, es la contradicción entre los grupos “feministas” de derecha que se oponen a la despenalización del aborto. Los legisladores de la izquierda mexicana tenemos presente que nuestro sistema político es laico, y nos debemos a ese modelo político. Por eso es importante que todos recordemos que en México hoy las mujeres pueden decidir qué hacer en la relación con su propio cuerpo, empezando por una adecuada educación sexual y planificación familiar para hombres y mujeres, gracias al trabajo de muchos años de las fuerzas de izquierda en nuestro país. La derecha siempre se opuso.
El tema de la despenalización implica educación, información y planificación, tal como está en nuestras leyes. De modo que ciertas campañas de “feminismos” además de que son contrarios a los derechos civiles ya establecidos en nuestras leyes, terminan reivindicando prácticas golpistas y politiquería partidista.
Nuestro presidente también habló de los ecologistas neoliberales. En países como México, hoy estamos haciendo un enorme esfuerzo para llevar la electricidad a pueblos y comunidades rurales que no tienen energía eléctrica. El proyecto Internet para Todos, va entrelazado con ese objetivo. La energía hidroeléctrica que tiene a su alcance el estado mexicano es ecológica y barata. En países como Islandia las plantas hidroeléctricas y geotérmicas son las tecnologías de vanguardia para un modelo sustentable y ecológico. De manera que el discurso “ecologista” de los neoliberales, peca de una gran contradicción.
Me refiero a un grupo de mucho poder económico que actualmente tiene el 60% de los contratos para ser el proveedor de electricidad en México. Este grupo ha creado una gran campaña en contra de nuestro gobierno bajo la premisa de que no somos ecologistas.
Nos señalan como un gobierno que está en contra de la ecología. Pero ese grupo de poder económico radica en países que tienen resuelta la infraestructura eléctrica de todos sus territorios desde hace 100 años. Esas infraestructuras eléctricas las construyeron para crear industrialización en esos países, gran parte de las materias primas se extrajeron de África y Latinoamérica durante el periodo del colonialismo, y duró casi todo el siglo XX.
Nos culpan de que contaminamos desde países donde todos sus ciudadanos están conectados al Internet, tienen grandes industrias y la mayoría toma su energía de la energía nuclear. ¿Qué vamos a hacer con todos esos desechos radioactivos? ¿Eso no es parte del problema global de contaminación?
El neoliberalismo ha conformado sus justificaciones con gran eficiencia. Tiene historias muy buenas sobre lo filántropos o preocupados que están por los demás así como por las otras especies. Reivindican luchas y derechos que ni siquiera entienden, por eso algunos medios ultraconservadores, hasta se atreven a decir que los derechos civiles de las mujeres son derechos nuevos, como si se hubieran inventado el pasado 8 de marzo. Los grandes capitales en el discurso “defienden” al medio ambiente, mañosamente, sin afectar a los capitales que han depredado los recursos naturales de nuestro planeta.
Pero en todas sus reivindicaciones hay profundas contradicciones de origen. Son narrativas poderosas, que afectan principalmente a las masas despolitizadas. Afortunadamente, y como dice nuestro presidente, ahora la gente está muy despierta, muy informada, y se dan cuenta del despropósito de esas expresiones y campañas, que no son más que otra cara del neoliberalismo para no atacar de fondo el origen de los problemas: la desigualdad.
Primero hay que acabar con la desigualdad para poder construir un futuro común como humanidad a partir de un proyecto ecosistémico en el cual la prioridad sea una vida próspera y en equilibrio con el entorno, con las sociedades, con el resto de los sistemas vivientes y con nuestro planeta.
*Senador de la República por el Estado de Zacatecas, en representación del partido Morena
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