“Es un grave error”: empresarios de EEUU en México se pronuncian en contra de la reforma eléctrica

La reforma eléctrica del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha levantado bastante polémica en el sector empresarial, tanto dentro como fuera del país. Los líderes de compañías estadounidenses en México, por ejemplo, es uno de los sectores que ya ha hecho un llamado a las autoridades, en busca de proteger sus intereses.

Larry Rubin, presidente de The American Society, la comunidad americana en México, es quien representa los intereses de la iniciativa privada estadounidense en territorio mexicano. A nombre de sus connacionales emitió un comunicado en el que se pronunció en contra de la iniciativa energética de la actual administración.

“La reforma energética que se pretende discutir y aprobar en la Cámara de Diputados es un grave error para México, ya que perjudica ante todo a las mexicanas y mexicanas que quieren un mejor futuro”, inicia dicho texto, “aplaudimos que se quiera escuchar a todas y todos, sin embargo, esperamos que esta reflexión ayude a entender la gravedad en caso de aprobarse, pues el sector energético genera recursos a la Federación, trae empleos bien remunerados, aumenta la inversión extranjera e impacta de manera positiva a las MyPymes”.

Asimismo, el representante social de EEUU en México, insistió en que ambos países deben caminar juntos en miras de procurar beneficios para la iniciativa privada y la inversión extranjera, lo que eventualmente se traduce en “beneficios cuantificables a los mexicanos”, subrayando que eso incluye precios más baratos para sus energéticos.

“No quitaremos el dedo del renglón y expresamos nuestra grave preocupación por las limitantes que significa la reforma, ya que excluye a las empresas estadounidenses y viola las normas Estados Unidos-México-Canadá acordadas en el TMEC (USMCA)”, señala el comunicado, “las empresas paraestatales no han podido invertir en este costosísimo sector y se requiere echar mano y trabajar hombro a hombro de los recursos privados para seguir desarrollando el sector”.

En tanto, el embajador de los Estados Unidos (EEUU) en México, Ken Salazar, informó que este miércoles 3 de noviembre se reunió con algunas autoridades del Gobierno de México para hablar sobre la reforma eléctrica que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Por medio de sus redes sociales, el diplomático aseveró que EEUU tiene “serias preocupaciones” sobre la iniciativa que está próxima a discutirse en ambas cámaras del Congreso de la Unión mexicano; sin embargo, indicó que se comprometieron los dos gobiernos a continuar con el diálogo sobre el “crítico asunto”.

“Sostuve hoy importantes reuniones con @GobiernoMX para hablar sobre reforma energética. Quiero aprender más sobre el ímpetu de esta reforma constitucional. Expresé serias preocupaciones de #EEUU.Nos comprometimos a continuar el diálogo sobre este crítico asunto los próximos días”, redactó en su cuenta oficial de Twitter.

Antes de su ingreso a Palacio Nacional, el demócrata fue cuestionado por los medios de comunicación presentes sobre el nombre de las personas con las que se iba a reunir; sin embargo, no respondió a las preguntas al respecto.

En cambio, aseguró que buscará que ambas naciones trabajen en pro del desarrollo de los pueblos, ya que esa es la principal prioridad del gobierno que él representa.

La reforma eléctrica de AMLO ha generado polémica más allá de las fronteras mexicanas, especialmente al interior del Congreso de los Estados Unidos. El pasado 19 de octubre trascendió que un grupo de congresistas se dijeron “gravemente consternados”, ya que consideraron graves los cambios en el andamiaje jurídico por medio de una misiva a Salazar.

Una de sus mayores preocupaciones es la “discriminación” que la propuesta establece contra los empresarios, especialmente contra los productores de energía estadounidense, ya que, a su parecer, solo se favorece a las empresas estatales mexicanas.

Tanto demócratas como republicanos advirtieron que en caso de ser aprobada la reforma, se estaría dañando la relación entre EEUU y México, así como una violación directa al tratado de libre comercio (T-MEC).

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