Decenas de migrantes de una caravana que se dirige a la capital mexicana y efectivos de la Guardia Nacional chocaron el jueves en el sur del país, cerca del lugar donde la semana pasada murió un cubano por los disparos de esa policía militarizada, según uno de los líderes del grupo e imágenes de redes sociales.
La caravana, formada en su mayoría por mujeres y niños de Centroamérica, reinició su recorrido a pie el lunes en el municipio Pijijiapan, en el estado Chiapas, donde permaneció dos días debido al cansancio y a las enfermedades padecidas por algunos de sus miembros durante el largo y duro trayecto.
“Hay dos migrantes heridos, fueron muy golpeados. Los agentes intentaron encapsularlos con sus escudos. Se llevaron al menos cuatro camiones (buses) con personas de la caravana que se habían quedado rezagados”, dijo a Reuters por teléfono Luis García, uno de los líderes de la marcha.
“Todo fue un caos, no se vale que las autoridades sigan actuando de esta forma, aún así y con toda esta represión no vamos a parar”, advirtió.
Imágenes difundidas en redes sociales mostraron a migrantes lanzando piedras y golpeando con palos a la Guardia Nacional (GN), mientras los uniformados, ataviados con cascos, se protegían con escudos. A uno de los policías que fue atacado le quitaron sus pertenencias cuando estaba tendido en el suelo.
En otros videos compartidos con Reuters se observa como varios migrantes eran detenidos por funcionarios del Instituto Nacional de Migración (INM), que no respondieron de inmediato a solicitudes de información de Reuters sobre el incidente, como tampoco lo hizo la GN.
Cerca de esa misma zona, un migrante cubano murió la semana pasada después de que efectivos de la policía militarizada dispararon contra un grupo en el que había otras 10 personas originarias de la isla caribeña y otras tres procedentes de Ghana.
Este sería el primer enfrentamiento registrado desde que inició la caravana el 23 de octubre, en Tapachula, ciudad de Chiapas fronteriza con Guatemala, situada a poco más de 150 kilómetros de donde ocurrió el choque el jueves.
Hasta este miércoles, la caravana con miles de migrantes que viaja desde hace más de diez días por el sureste de México había decidido tomarse un descanso en el municipio de Pijijiapan y evaluar un posible cambio de ruta.
Para este jueves, el grupo -conformado por unas 4.000 personas, en su mayoría centroamericanos y haitianos- esperaban retomar el camino y llegar desde Pijijiapan hasta la comunidad de Gustavo López Gutiérrez, a 26 kilómetros de distancia.
El siguiente paso en la ruta sería el municipio de Tonalá, que les queda todavía a unos 80 kilómetros. La caravana tenía previsto avanzar hacia el sureño estado de Oaxaca por la costa de Chiapas, y posteriormente avanzar hasta la Ciudad de México -todavía a casi 1.000 kilómetros- para regularizar ahí su estancia en el país.
Pero ahora evaluaban cambiar su ruta y llegar hasta la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, capital del suroriental estado de Chiapas, tras haber caminado unos 130 kilómetros en 12 días desde Tapachula hasta Pijijiapan.
Luis Rey García Villagrán, activista del Centro de Dignificación Humana, aseveró que están pidiendo la solidaridad de personas que puedan proporcionar autobuses para poder seguir este trayecto.
Todo ello porque las personas de la caravana están cansadas. “Hombres, mujeres y niños”, dijo el activista a medios.
En Tuxtla Gutiérrez se pretende estudiar de nuevo la situación, pues muchos migrantes están exhaustos. Y dijo tener constancia de que en Oaxaca se busca frenar la caravana con un operativo, por eso buscan cambiar de dirección.
”Vamos a caminar a Tonalá y vamos a ver hasta donde llegamos. Estoy sorprendido de la fortaleza de las mujeres y niños, porque estamos avanzando”, subrayó.
Con información de Reuters y EFE
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