Tras la pandemia de COVID-19 la economía de todo el mundo tuvo una caída, y la de México no fue la excepción. A partir de este 2021, con la aplicación de vacunas, las actividades comerciales comenzaron a revivir, sin embargo, durante el periodo intermedio muchos tuvieron que cerrar sus negocios.
De acuerdo con datos de la encuesta sobre el impacto económico generado por COVID-19 en la empresas (Ecovid-IE), las mayores afectaciones de empresarios de micros, pequeñas y medianas empresas (Pymes) fueron: disminución de ingresos, baja demanda y en menor medida escasez de insumos. Por otro lado, tras la pandemia aumentaron las ventas por internet, oferta de nuevos bienes o servicios y hubo cambios en la adopción de turnos de trabajo.
Es decir, para salir a flote muchas empresas tuvieron que adaptarse a las nuevas modalidades que estuvieron a su alcance, siendo la principal fuente de apoyo la venta por internet.
El nuevo panorama
Gracias a los nuevos métodos de comercio y a la reapertura gradual de actividades, el segundo trimestre del 2021 México ha destacado por haber alcanzado los niveles económicos pre pandemia, reveló el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés).
Los negocios han comenzado a funcionar como antes del confinamiento por lo que, ahora que están tomando vuelo, buscarán crecer, renovarse o encontrar nuevas posibilidades para establecerse en el mercado.
Debido a que aún quedan estragos de la pandemia, reflejados en los recursos que ganan ahora en comparación con el mismo periodo del 2019, adquirir un apoyo para lograr una recuperación más rápida es la opción.
Inclusión financiera
Un factor importante para reducir la pobreza e impulsar la prosperidad es la inclusión financiera, con la cual personas físicas y empresas pueden tener acceso a transacciones, pagos, ahorros, crédito y productos financieros prestados, asequibles que satisfagan sus necesidades.
Según el Banco Mundial, el acceso a servicios financieros facilita la vida cotidiana y ayuda a planificar desde los objetivos a largo plazo hasta las emergencias imprevistas. “Es más probable que, en calidad de titulares de cuentas, las personas usen otros servicios financieros, como créditos y seguros, para iniciar y ampliar negocios, invertir en educación o salud, gestionar riesgos y sortear crisis financieras, todo lo cual puede mejorar su calidad general de vida”.
En ese sentido, para que familias de mexicanos y mexicanas puedan mejorar su contexto tras la pandemia, acceder a un servicio financiero como un crédito adecuado a sus necesidades para impulsar su negocio puede ser la alternativa.
Entre las opciones se encuentra la banca tradicional en la cual hay múltiples requisitos como tener un historial crediticio prolijo, o los programas federales como el Crédito a la Palabra, los cuales han demostrado ser insuficientes al brindar un monto de 25,000 pesos que, según las Pymes, no solventan pagos de nómina o rentas. Finalmente se encuentran servicios financieros como iBAN Online que cuenta con diferentes modalidades y préstamos.
De acuerdo al sitio del organismo, ofrecen flexibilidad al evaluar el buró de crédito, solicitud gratis en línea, desde el 1.5% de interés así como diferentes esquemas de préstamos por hasta 25 millones de pesos.
Cabe recordar que, según la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) que para lograr la recuperación económica es necesario el fortalecimiento del mercado interno, empleo y empresa, fomento y facilitación de inversión.
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