El horror de las fosas clandestinas en Veracruz no deja de estar presente. Y es que el Colectivo Solecito informó haber encontrado al menos 10 cuerpos en nuevas fosas localizadas en la comunidad Arbolillo, en el municipio de Alvarado.
De acuerdo con la agrupación, el hallazgo ocurrió a inicios del mes pasado en áreas cercanas a la laguna de Alvarado, por lo que los cuerpos encontrados ya fueron recuperados por el personal de la dirección de Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado (FGE).
Rosalía Castro Toss, integrante del Colectivo, aseguró a e-consulta Veracruz que desde noviembre de 2019, el grupo ha encontrado 65 cuerpos enterrados de manera clandestina en las fosas de Arbolillo y cerca de 5,000 restos humanos a lo largo de dos años de búsqueda.
Las primeras fosas clandestinas de Arbolillo fueron descubiertas el 31 de marzo de 2017, pero fue hasta noviembre de 2019 cuando el Colectivo ingresó al predio para supervisar el trabajo de búsqueda realizado por la FGE entre 2016 y 2018.
Madres buscadoras, revictimizadas
De acuerdo con las propias cifras del gobierno, en México hay 90,148 personas en calidad de desaparecidas o no localizadas, por lo que el trabajo de los colectivos, principalmente integrados por madres y padres buscadores, se ha vuelto esencial pero lleno de riesgos, debido a que muchos de ellos han sido víctimas de desaparición o incluso, asesinados.
El caso más reciente ocurrió en Sonora, cuando Francisca Leticia Álvarez Rivera, integrante del Colectivo Madres Buscadoras de Sonora, fue privada de su libertad por encapuchados, el pasado fin de semana.
Francisca, de 48 años de edad y quien busca a su hijo Alice Alfredo Rousse Álvarez (desaparecido el 27 de julio de 2000 y a su esposo Francisco Félix Castillo, desaparecido el 17 de agosto de 2020), fue “levantada” el sábado 30 de octubre cuando un comando integrado por al menos seis hombres, entró a su casa, le robaron varias pertenencias y se la llevaron.
Aunque fue liberada a las 10:40 horas del domingo 31, durante su cautiverio fue golpeada y torturada con un soplete en una de sus piernas.
La sonorense le contó a El Universal que durante ese lapso, le exigían una tarjeta bancaria de su esposo desaparecido y posteriormente, le exigieron que dejara de buscar a su hijo, pero ella se rehúsa, ya que, asegura, las autoridades estatales no hacen nada, mientras que ella ya tiene los datos -gracias a un anónimo- el lugar en donde se encontrarían los restos de su hijo.
Tras ser liberada y atendida por sus heridas, Francisca irá a un refugio del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de los Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación.
El caso de Francisca no es el único en contra de una madre buscadora en Sonora. El pasado mes de julio, Aranza Ramos, integrante del mismo colectivo, fue asesinada en el Ejido de Ortiz, en el valle de Guaymas, Sonora. Desde diciembre de 2020 buscaba a su esposo Brayan Omar Celaya, desaparecido en la misma localidad.
El asesinato de Aranza, de 28 años de edad (calificado como feminicidio), ocurrió a las 23:30 horas del jueves 15 de julio cuando fue agredida con proyectiles de arma de fuego por personas que llegaron a su domicilio y la mataron.
Aranza, quien tenía una niña de poco más de un año de edad, había sido alertada y amenazada que detuviera sus búsquedas porque acabarían con su vida.
Días después, Ceci Patricia Flores Armenta, líder y fundadora de Madres Buscadoras de Sonora, fue alertada en un mensaje de Facebook: le aseguraron que ella sería la siguiente en ser asesinada.
Ceci busca a sus dos hijos: Alejandro, quien fue privado de la libertad el 30 de octubre del 2015, en Los Mochis, Sinaloa y a Marco Antonio, levantado por hombres armados el 4 de mayo del 2019.
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