Por casi un mes, nadie supo que al segundo hijo de una pareja que vivía en la comunidad de San José de Gracia, Guanajuato, su padre lo había dejado morir y enterrado en el patio de la casa. Durante casi tres semanas nadie supo de él, hasta que un funcionario del DIF notó su ausencia y pidió el apoyo de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Guanajuato.
Los efectivos de la FGEG detuvieron al progenitor del menor. La fiscalía informó el lunes en un comunicado que obtuvo vinculación a proceso penal contra el padre, identificado como Juan Diego “N”, por el delito de homicidio en razón de parentesco al impedir que el niño recibiera la atención médica adecuada para salvar su vida.
Los hechos ocurrieron la tarde del pasado 8 de octubre, cuando Juan Diego y su pareja se encontraban en su domicilio ubicado en la calle 16 de septiembre, en compañía de sus tres hijos (de cuatro, dos y un año de edad). Aquella tarde, según los reportes, el menor de 2 años comenzó a sufrir convulsiones, y alrededor de las 18:00 horas su condición se agravó por falta de oxígeno. Su madre, alarmada, se dispuso a llevarlo al hospital, pero Juan Diego se lo habría impedido, recurriendo incluso a la violencia para no dejarlos salir de la casa.
De acuerdo con la acusación, recabada por un agente del Ministerio Público, y citada por el periódico AM, se supo que Juan Diego impidió a su mujer llevar al niño al hospital para que lo atendieran. Las autoridades a cargo del caso descubrieron que la madre intentó llevarse a todos sus hijos con ella, pero el padre se interpuso y terminó agrediendo físicamente a dos miembros de la familia.
Según los reportes de la prensa local, uno de ellos fue la madre y el otro el menor de dos años al que le costaba respirar. Los vecinos habrían intentado interceder en el pleito familiar, pero Juan Diego presuntamente se los impidió. El menor terminó falleciendo en el lugar y su cuerpo fue ocultado durante 18 días en una maleta que fue enterrada en el patio trasero, de acuerdo con los datos reportados por la fiscalía local.
“Ya se va morir, ya déjalo. De todos modos no es mío. Luego te hago otro”, expresó el acusado, según lo asentado en la investigación.
Los padres ya contaban con antecedentes de acusaciones por violencia familiar. El pasado 26 de octubre un funcionario del DIF que acudió a la casa para supervisar a los menores notó que uno de ellos faltaba. Las explicaciones que dieron los dos adultos fueron inconexas, el padre decía que el niño estaba con una de sus abuelas en la comunidad de Xoconostle, y la madre les dijo que su hijo se encontraba en San José de Gracia, con su padre.
Posteriormente, y ante las sospechas, el DIF se puso en contacto con personal de la FGEG y eventualmente se descubrió el paradero del cuerpo del menor. En un primer momento, Juan Diego les dijo que el niño había muerto y que ellos no habían querido involucrar a las autoridades. La fiscalía describió al detenido como una persona que padecía una situación patológica de rechazo contra los menores con los que vivía, específicamente contra el fallecido.
Las autoridades apuntaron que Juan Diego abusaba y maltrataba al menor porque estaba convencido de que éste no era su hijo. Por esa misma razón sospechan que lo dejó morir la tarde que empezó a sufrir convulsiones. La FGEG informó que vinculó a proceso a Juan Diego por el delito de homicidio en razón de parentesco o relación familiar.
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