“El impacto del medio ambiente en el progreso humano fue un tema cercano al corazón de mi querido difunto esposo”, fueron las palabras con las que la reina Elizabeth II recordaba a su occisa pareja, el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo.
En el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2021 (COP26), en Glasgow, la monarca exhortó - a través de un video - a seguir incentivando la preservación del Planeta Tierra con las nuevas generaciones; tal cual lo habría hecho, dijo, Felipe con Charles (hijo) y William (nieto).
Durante el discurso, una fotografía al fondo evocaba la memoria del ex duque: con la mirada al cielo y asombro en su rostro, se observa al príncipe apreciando a las miles de mariposas monarcas que volaban a su alrededor en uno de los santuarios más importantes de la especie, ubicado en Michoacán, México.
El 2021 se acerca a su final; con noviembre recién iniciado y los fríos a la vuelta de la esquina en Estados Unidos y Canadá, los primeros ejemplares de mariposas monarcas ya comienzan a arribar a los grandes santuarios de Michoacán.
Este 1 de noviembre (en el día de los Santos Inocentes), se registró la llegada de millones de lepidópteros a los cálidos y comfortables bosques de oyameles del santuario “El Campanario”, lugar que concentra hasta el 40% de los ejemplares en México.
En la cultura mexicana estas mariposas son conocidas por representar “el alma de los muertos”, razón por las que son incluídas en los adornos y celebraciones del Día de Muertos, y por la que su llegada el pasado lunes simbolizó “la bienvenida de los niños fallecidos”.
No obstante, aún con la presumible importancia de este animal para México, la tala ilegal de los árboles y el excesivo uso de pesticidas han colaborado a la destrucción de su hábitat en el que se reproduce, lo que amenaza su preservación y sobrevivencia.
Es así que uno de los esfuerzos para su consevación, que resaltó la Familia Real en su Instagram, corrió por parte del Duque Felipe, pues, mencionan, el monarca habría apoyado los esfuerzos de un grupo conservacionista en México para la protección de la mariposa monarca en 1988, cuando presidía el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Sin embargo, la realidad para las y los activistas que hacen frente directo con las problemáticas/mafias/obstáculos que atentan la biodiversidad de la tierra azteca es diferente: tan sólo en 2020, se registraron 30 asesinatos de defensores de la tierra y el ambiente, un aumento del 67% en comparación con el 2019.
Entre las víctimas de la delincuencia, se enlista a Homero Gómez González, el gran defensor de la mariposa monarca en México, cuyo cuerpo fue encontrado el 30 de enero del 2020 en uno de los santuarios que había rescatado de su destrucción. Sin duda, uno de los mayores golpes para la preservación de la mariposa.
Y es que el amor y respeto que el ambientalista guardaba se vio rebasado por grupos criminales (algunos coludidos con policías municipales) que extraían de manera ilegal recursos de los bosques de oyameles y quienes ya lo habían amenazado anteriormente.
Es así que Homero desapareció el 13 de enero del año pasado. Ante la noticia, se organizaron diversas cuadrillas para las labores búsqueda y apertura de carpetas de investigación. Tras esta declaración, la familia sufrió un intento de extorsión por falsos secuestradores.
A pesar que la Fiscalía General del Estado (FGE) había declarado en un primer momento que el cuerpo no presentaba señas de golpes o torturas, horas después afirmó que Homero había sufrido un traumatismo craneoencefálico antes de morir ahogado.
Hasta el momento, no se ha dado con los responsables del lamentable homicidio y, lo que podría ser aún peor, el caso de Homero no será el último que se reporte. Aún con los esfuerzos del Gobierno, para julio de 2021, México registró 28 asesinatos de ambientalistas y líderes indígenas, y 90 agresiones perpetradas en 65 ataques distintos.
La delincuencia organizada, el desinterés de la sociedad por el medio ambiente y la impunidad han cimentado esta violencia que atenta en contra de las y los guardianes que protegen a la naturaleza de los intereses ilícitos-lucrativos: un escenario que deja inoperante el apoyo del Príncipe Felipe y dibuja con lejanía el legado que la monarca Elizabeth II exhortó a realizar con sus sublimes enunciados en la COP26.
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