Cuando los conquistadores españoles, liderados por Hernán Cortés, llegaron a México, tenían ideas religiosas católicas muy marcadas. Sin embargo, al ver a los dioses y templos de los aztecas, los relacionaron con seres extraños e incluso con demonios.
En ese tiempo, el tema arqueológico como fuente de inspiración artística fue prácticamente suprimido tras la derrota de los aztecas por parte de los españoles, al menos en temas religiosos. Los españoles relacionaron fuertemente a las viejas urbes deshabitadas y las bulliciosas ciudades que acababan de vencer por la fuerza de las armas.
De manera prácticamente automática, los ancestros de los indígenas recién sometidos fueron también clasificados como paganos o infieles, y sus vestigios materiales fueron equiparados a aquellos de romanos y árabes que tachonaban la península ibérica.
Con esta visión, los templos y palacios arruinados de los mesoamericanos fueron asimilados fácilmente como viejas mezquitas y sus imágenes escultóricas como antiguos “fetiches de cultos satánicos”, más aún si los sitios arqueológicos donde se encontraban seguían funcionando como santuarios de manera clandestina.
Esta demonización explica la invisibilidad del mundo prehispánico en la pintura, el grabado, la escultura, y la arquitectura del mundo católico novohispano. Aunque hay algunas excepciones como el óleo del académico criollo Francisco Eduardo Tresguerras (1759-1833), el cual confronta la “hechizante hermosura” de Nuestra Señora del Pueblito con la derruida pirámide de El Cerrito, tenida como “origen deplorable de Idolatrías, manantial lastimoso de supersticiones y muladar abominable de Ídolos”. Pero con tal proximidad no se corre ningún riesgo, pues el edificio religioso de época tolteca aparece soterrado por el escombro y la vegetación, mimetizado en una eminencia natural.
La religión católica luego de la conquista
Fue en 1527 cuando la Iglesia Católica Romana se estableció en México, donde se crearon las diócesis de Tlaxcala y México. La Arquidiócesis de México fue creada como diócesis en 1530 y pasó a ser una arquidiócesis en 1546. Durante la época virreinal en México (1527-1810), también hubieron otras nueve diócesis en el país.
Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía (IA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), declaró para la página UNAM Global que el tema de la religió es un tema que casi no se ha tocado, y si en realidad hay indígenas puros en el país.
Ella cree que no hay indígenas puros en México, pues todos somos una mezcla de razas. “Todos somos una mezcla de muchas razas, por supuesto la indígena y la española, pero también está la árabe, la siria e incluso la negra, quienes fueron traídos como esclavos a América”.
La investigadora dijo que, respecto al tópico de la religión, si decidiéramos ser como nuestros ancestros y retomar nuestras raíces mexicanas ¿tendríamos que renunciar a la religión y retomar a nuestros dioses antiguos? “Quizás deberíamos preguntarnos si nos gusta la religión católica tal y como está, o si quisiéramos modificarla en algo, por ejemplo, a las mujeres ¿nos gusta que nos digan que somos menos que los hombres? o ¿nos gusta pensar que es bueno sufrir?”.
Dijo que la religión católica tiene elementos maravillosos, como la compasión, la esperanza, y ayudar al prójimo, además de el arte pues “es maravilloso dentro de la religión no sólo en el catolicismo, sino también en los pueblos mesoamericanos”.
Declaró que hay que reflexionar si la religión que los españoles trajeron e impusieron en el país valió la pena. “Deberíamos reflexionar si debemos pedir perdón a los indígenas por tenerlos en condiciones deplorables, o efectivamente mirar hacia ellos. No se vale tanta pobreza en México, pero también tenemos que pensar si la religión que nos trajeron valió la pena”, concluyó.
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