Se acerca Día de Muertos y un ingrediente milenario comienza a tomar relevancia en los platillos de la época: la calabaza de castilla. Esa color naranja vibrante, con sus respectivas pepitas y que suele ir preparado en muchas presentaciones. Sin embargo, más allá de su sabor, tiene una historia muy interesante y a continuación te la contamos.
De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el nombre de esta calabaza se suele atribuirse a tiempos posteriores de la Conquista. Cuando los españoles llevaron este ingrediente a Europa y se la dieron a probar a la Reina Isabel de Castilla.
A su majestad le gustó tanto el sabor que decidió nombrarla en su honor y desde entonces conservó el nombre no sólo en el viejo continente, sino también en México. Pero, para aquellos curiosos que no han probado esta producto, puede decirse que tiene un sabor neutral que le permite ser un buen complemento de platillos dulces o salados.
Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, esta es una de las especies de calabazas más importantes y diversas de las que se cultivan en México. Se caracterizan por tener una cáscara muy gruesa que contrasta con una pulpa color naranja y pepitas al interior.
Se tiene registro que esta calabaza fue la primer planta cultivada en Mesoamérirca y era ampliamente valorada en la cultura prehispánica debido a sus pepitas, ya que son una increíble fuente de proteínas y no se echan a perder fácilmente.
Generalmente, los brotes tiernos se pueden comer como quelites, en sopas o guisados; las flores se preparan en sopas, quesadillas o cremas. Mientras que los frutos tiernos se comen como verdura en guisos caldos o sopas.
No obstante, aunque la calabaza de castilla se utiliza a lo largo del año en diversas formas, en Día de Muertos toma una importante relevancia ya que se prepara en tacha o dulce. Asimismo, de la pulpa se suelen hacer atoles, aguas frescas y repostería.
Respecto a las pepitas, se asan o cosen y se utilizan en guisos, tamales, dulces o adorno para otros alimentos. Como si esto no fuera suficiente, se tiene el conocimiento que este ingrediente tiene un alto contenido nutricional, ya que es rica en proteínas, ácidos grasos, omega 3, fibra, vitaminas Ay C, hierro, potasio, magnesio y zinc. Después de conocer la versatilidad de este producto, ¿Te animarías a prepararlo para estas fechas?
Receta dulce de calabaza
El dulce de calabaza es uno de los postres tradicionales que no pueden faltar en casa en estas fechas tan importantes, pues el altar de Día de Muertos no está completo sin este manjar. Aquí te decimos cómo prepararlo.
Se dice que los muertos regresan a nuestro mundo porque aman el sabor de la buena comida, por tal motivo es que se llevan consigo este gusto y también su aroma.
Para la receta necesitas:
1 calabaza de castilla
100 gramos o cuatro cucharadas de cal blanca
500 gramos o cuatro conos pequeños de piloncillo
150 gramos de azúcar morena
30 gramos de canela en barra
10 clavos de olor
3 estrellas de anís
Preparación:
-Lo primero que debe hacerse es cortar la calabaza en pequeños trozos de entre 10 centímetros de largo por cinco de ancho
-se introducirán los pedazos en una cacerola con agua y se agregará a cal. Posteriormente, dejaremos reposar la cacerola con los trozos de calabaza durante un lapso de 2 horas.
-Para la miel, en un recipiente colocaremos 5 tazas más de agua y las llevaremos al fuego para que hiervan. Cuando el agua esté lo suficientemente caliente, meteremos en la olla los 500 gramos de piloncillo, 150 gramos de azúcar morena y los 30 gramos de barritas de canela
-Luego de este paso, tendremos cuidado para envolver en un paño los clavos de olor, formando una especie de saco y las 3 estrellas de anís y colocarlas en la olla con el resto de los ingredientes para el jarabe.
-Ya que la miel tome textura de espesor ligero, se bajará el fuego y se agregarán los trozos de calabaza. Debe dejarse tres horas así para que se cumpla el tiempo de cocción y después estará listo para degustarse.
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