El callejón del diablo es una solitaria calle de Mixcoac, localidad al sur de la Ciudad de México. Quienes han transitado por ahí cuentan que tiene una vibra muy fúnebre y, aunque hoy en día no suele ser concurrida, en sus mejores tiempos era angosta calle llena de árboles y sin nada de espíritus o apariciones.
En la Ciudad de México, una de las urbes más grandes que existen en el mundo, se alojan diversas leyendas terroríficas que nos han puesto los pelos de punta y nos han hecho dudar sobre la seguridad de pasearse por ella, casi siempre de noche, como es costumbre en estos relatos.
Al ser una zona muy grande en territorio, esconde secretos entre sus calles, muchos de estos los conocemos y los relacionamos con lugares más concurridos como Xochimilco, que es la casa de la famosa Llorona. En este caso, la arquitectura de la ciudad da para atractivos edificios históricos y calles olvidadas por dios, hablamos entonces de lugares como el callejón del diablo.
Los relatos como son las leyendas nos transmiten versiones de una historia sobre lo que algún día pasó, pero como van de boca en boca, se transforman y dan lugar a más aristas de una sola narrativa. Por ejemplo, del callejón del diablo existen algunas versiones populares.
Una de estas variantes cuenta que Satanás se pasea y se producen ruidos extraños cuando uno transita por ahí, otras versiones dictan que se aparece una sombra muy peculiar detrás de un árbol y la más popular que circula entre los vecinos de Mixcoac dice que el diablo aparece para robarle el alma a quien lo reta.
Por supuesto, estas historias se han distorsionado y cada que se pasan de generación en generación, resultan con detalles diferentes pero, en esencia, la historia se mantiene.
Justo en el corazón de la colonia Mixcoac, este callejón angosto donde apenas cabe un carro, el diablo pisa para asustar a quien se le ponga enfrente, según los habitantes de la localidad.
Las personas que dicen haber tenido una experiencia terrorífica en este callejón son demasiadas como para pedirle credibilidad a la leyenda. Hay vecinos que aseguran que el diablo se aparece para robar el alma de quienes se quieren hacer los valientes al caminar por ahí.
La historia dice que el origen de esta leyenda fue cuando un joven pactó con el mismo demonio, pero no se puede confiar en una figura como esta y el resultado fue una maldición para que aquel sujeto no pudiera cumplir su trato con Satanás, es decir, todo fue una trampa para llevarse su alma.
Otro de los relatos más conocidos de este rincón es el de un hombre que no quiso creer todos los rumores que se decían sobre este callejón y para demostrarlo se atrevió a caminar por ahí. Pero al dar unos pasos sobre esta calle, se percató de una sombra muy particular detrás de un árbol. Sin darle importancia, continuó su camino.
El terror comenzó cuando la sombra poco a poco se hizo más grande que nuestro personaje y este al tratar de escapar, vio una horrible criatura que reía de manera infernal. Corrió pero no logró huir ni encontrar la salida.
Otros testimonios dicen que Satán se le apareció a un hombre ebrio que al creer que el diablo lo atacaría, se defendió y al ver la figura al frente suyo se aterrorizó, pues se trataba del demonio. Intentó huir pero sintió que el piso se hundía. Así, quienes pasan por ahí, dicen sentir una presencia que los persigue o los observa, asegurando que algo malo habita en dicho callejón.
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