La familia F de los billetes emitidos por el Banco de México (Banxico) presentó a Nezahualcóyotl impreso en papel algodón de 134 milímetros por 66 milímetros el 9 de agosto de 2010
En su anverso destaca, en colores predominantes amarillo y rojo, una viñeta del glifo estilizado de Nezahualcóyotl, junto a una representación de un acueducto del Templo Mayor de la plaza central de México-Tenochtitlán.
En su anverso vemos a la efigie de Nezahualcóyotl, acompañada de una alegoría a los versos del siguiente poema, también impreso en el billete:
“Amo el canto del Zenzontle, pájaro de 400 voces, amo el color del jade y el enervante perfume de las flores; pero amo más a mi hermano el hombre”, y finaliza con el nombre “Nezahualcóyotl”, atribuyéndole así la autoría.
El poema referido en el texto formó parte de los billetes desde su aparición, pero no fue hasta la familia F cuando apareció el nombre del supuesto autor por debajo, atribuyéndole así el escrito.
Algunas de sus características de seguridad son los relieves sensibles al tacto, elemento que cambia de color, hilo 3D, marca de agua, registro perfecto, textos microimpresos, fondos lineales, y fluorescencia.
El supuesto poema de Nezahualcóyotl
Patrick Johansson, autor del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, escribió para la app “Nezahualcóyotl” (disponible en iPad) que algunos de los fragmentos de poemas atribuidos a Nezahualcóyotl son “de origen incierto”.
Entre ellos, destaca el apartado Textos famosos de atribución incierta a Nezahualóyotl, está “Centzontótotl” o bien, “El Cenzontle”, mismo que fue impreso en el billete de 100 y que, a consideración de Johansson, “ha dado una imagen ambigua del rey-poeta” junto a otros fragmentos.
Su historia se remonta a su versión en náhuatl, y varias pistas, entre ellas algunas consideraciones tanto lingüísticas como discursivas e ideológicas, indicarían que no es de su autoría.
Dicha versión es la siguiente:
Centzontótotl icuíc
Nehuatl nictlazotla in centzontototl icuicauh, nehuatl nictlazotla in chalchihuitl itlapaliz ihuan in ahuiacmeh xochtmeh; zan oc cenca noicniuhtzin in tlacatl, Nehuatl nictlazotla.
En primer lugar, el autor de origen francés reveló que se trata de una versión moderna, pues hay términos influenciados por el español dentro del poema.
Tal es el caso de pluralizar el término “xóchitl” o “flor”, lo que no sucedía en el náhuatl prehispánico; o bien, el término “icuicauh”, puesto que el término para “su canto” es “icuíc”.
Otra pista es que el adjetivo “no tiene concordancia numérica con el sustantivo que califica”, puesto que “la locución nominal ahuiacmeh xochtmeh es errónea”, y en su forma prehispánica se escribiría “ahuicaxochitl”:
Además, el término “ihuan” o “con” habría sido “utilizado desde la época colonial con el sentido de ‘y’”, lo que no corresponde con la gramática del náhuatl prehispánico.
Por otra parte, destaca detalles como que “la repetición del pronombre personal nehuatl es moderna”.
Pero la parte más importante, rescatada de la app por el semanario Proceso en el número 1917, es que la expresión verbal “nictlazotla” o “yo amo”, no aparecería en textos antiguos.
Es decir, que la frase “nocniuhtzin in tacatl, nehuatl nictlazotla” no correspondería a la retórica indígena prehispánica.
“Los antiguos mexicanos empleaban formas metafóricas y perifrásticas para expresar el amor y la admiración que tenían por algo o por alguien”, destaca Johansson.
Y continúa: “El amor al prójimo es una idea cristiana que no corresponde a la epísteme indígena prehispánica”.
Sin embargo, Banxico nunca ha respondido a estos señalamientos, mientras que la página oficial del Gobierno de México sostiene que “el rey poeta expresó en su obra su extraordinario amor a la naturaleza y a la humanidad”.
La historia del billete de 100 pesos
El primer billete de 100 pesos que existió con la imagen de Nezahualcóyotl, vio la luz el 3 de octubre de 1994, mismo que atendió al cambio de unidad monetaria en México. Formó parte de la entonces llamada familia C.
El siguiente billete de cien pesos con la imagen de Nezahualcóyotl fue impreso en el año 1996 (1 de enero) sobre papel de algodón de 155 milímetros por 66 milímetros, exactamente igual a su antecesor.
En su anverso se podía ver al mencionado Neza junto a una viñeta que representa la figura del Tlatoani; mientras en su reverso destaca la escultura de Xochipilli, dios de la flor y el canto; a la izquierda, una escultura de Xiuhcoátl o serpiente de fuego.
En 2001 (15 de octubre), el billete se renovó junto con la familia D1, aunque no tuvo mayores cambios, excepto pequeños detalles del diseño, hasta 2005 (19 de diciembre), cuando a la misma se le añadió una marca perceptible al tacto. Sin embargo, los cuatro impresos ya están en proceso de retiro.
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