Capilla de Manzanares: en donde está el recinto religioso más pequeño de la CDMX

La pequeña capilla, ubicada en el barrio de La Merced, mide apenas nueve metros de largo por cuatro de ancho y solo caben 20 personas sentadas

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La capilla se encuentra en el barrio de la Merced, en el Centro Histórico. Foto: Facebook
La capilla se encuentra en el barrio de la Merced, en el Centro Histórico. Foto: Facebook

En la Ciudad de México, hay cientos de inmuebles que guardan miles de historias y que tienen muchos años, incluso siglos, de estar de pie. En la capital, hay edificaciones que incluso datan de la época de la conquista de México por parte de los españoles (1521-1821). Muchas de estas edificaciones son iglesias o capillas.

Hay una de estas que es considerada la más pequeña de la capital, y resalta por tener dimensiones muy reducidas, pues mide apenas nueve metros de largo por cuatro de ancho. Su nombre original es Capilla del Señor de la Humildad, aunque se le conoce popularmente como la Iglesia de los Manzanares, por estar situada en una calle que lleva el mismo nombre. Al tratarse de una edificación pequeña, es común que su público principal sean niños y adolecentes, pues les llama la atención sus características tan peculiares.

Hay varias versiones sobre su origen, aunque en realidad, se desconoce cual sea el verdadero. Una de ellas es que se trata de una de las siete capillas que Hernán Cortés mandó a construir en el siglo XVI, en los alrededores del centro de la Nueva España, para comenzar la evangelización de la población. Se presume que está es la única que ha sobrevivido al paso de los casi 500 años de su existencia, a mitad de una calle en pleno Centro Histórico.

Otras versiones señalan que fue construida en el Siglo XVI, otros que a finales del Siglo XVIII. También se dice que es un monumento a manera de exvoto, es decir, un ofrecimiento de algún particular por un milagro recibido, pues las dimensiones son son las de una iglesia normal.

No se sabe, con exactitud, cual es el origen de la capilla. Foto: Facebook
No se sabe, con exactitud, cual es el origen de la capilla. Foto: Facebook

La fachada ha sufrido algunas modificaciones, por el hecho de que en sus calles aledañas transitan cientos de automóviles. Sin embargo, pese a estos cambios de estructura, aún prevalece en la estética de la ermita el estilo barroco chuguirreguesco del siglo XVIII del atrio, el campanario y otros detalles arquitectónicos.

La festividad más importante que se lleva a cabo en el lugar se celebra el 6 de agosto, el día del Santo que funciona como patrono del lugar. Durante dicho festejo, vecinos de la zona organizan una misa, y posteriormente, una fiesta en donde los niños se disfrazan para dar vida a pasajes bíblicos.

La Iglesia de Manzanares es un lugar que desde hace siglos ha colmado a los habitantes del centro con paz y tranquilidad, al ser el espacio religioso más visitado de la zona. Es sin duda un claro ejemplo de la arquitectura religiosa que permea la ciudad, especialmente el territorio con más tradición e historia de la misma: el Centro Histórico.

La capilla está ubicada exactamente en en la calle Manzanares casi equina con Eje 1 Oriente Circunvalación, en el barrio de La Merced, y solo se pueden entrar 20 personas sentadas y algunas pocas más paradas, y no porque esté prohibido que entren, sino porque no caben más.

Al interior de la capilla apenas caben 20 personas. Foto: Facebook
Al interior de la capilla apenas caben 20 personas. Foto: Facebook

En el interior, apenas hay seis bancas en donde caben 3 personas en cada una. Lauro E. Rosell, autor del libro Iglesias y Conventos Coloniales, afirma que “es la más pequeña de la capital...y el único ejemplo de esta índole que existe en nuestro México querido”.

El interior del coro es muy pequeño, y a pesar de ello se encuentra un órgano de principios del siglo XX. Para su acceso, se tiene que atravesar la pequeña sacristía, que tiene una estrecha escalera adornada con azulejos de talavera, desde donde también se tocan las campanas que llaman a misa.

En el lugar no hay un sacerdote fijo que ofrezca misa todos los días, pues los vecinos son los que organizan todo y llaman al padre, sobre todo el 6 de agosto, el día de la fiesta patronal.

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