Rosario Robles ha estado encerrada en el penal de Santa Martha Acatitla desde agosto de 2019. Ella es ex secretaria de gabinete, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto en México (2012-2018). Una investigación periodística arrojó su presunta responsabilidad en una trama de triangulación de fondos entre universidades y dependencias federales a través de empresas fantasma. De lo que se le acusa nada se ha comprobado. Pero la justicia ha decido mantenerla en prisión para evitar el riesgo de fuga. Robles está segura de que todo es una venganza política en su contra. Y ahora ha decidido alzar la voz, a través de entrevistas con periodistas mexicanos, para reclamar y exhibir la injusticia de la que dice ser víctima.
Uno de los espacios fue el liderado por el periodista Ciro Gómez Leyva, para Radio Fórmula. La entrevista se hizo esta domingo para ser transmitida este lunes. En esa charla, la exfuncionaria lo dijo claro y directo: “Esto es una venganza”.
Rosario Robles apuntó en distintas ocasiones a la injusticia e irregularidad que le parece el hecho de que en la “Estafa Maestra” –la investigación realizada por el portal mexicano Animal Político, misma que asegura Robles carece de sustento legal en sus señalamientos– hay una serie de implicados porque se supone involucra varias universidades y dependencias, pero solo es ella quien está encerrada al día de hoy por esas revelaciones.
“Por qué si se habló de la triangulación de recursos en ocho universidades, con varias dependencias, hacia empresas fantasma, por qué soy la única encarcelada”, reclama una frustrada Robles, al tiempo que insistió en su inocencia, asegurando que, hasta ahora, no hay un solo elemento comprado para acusarla. “Hasta el día de hoy, soy inocente, nadie me ha acusado, no tengo ninguna sentencia en mi contra”.
La exfuncionaria se presentó voluntariamente a declarar en una audiencia, por tales acusaciones, el 13 de agosto de 2019. Posteriormente su encarcelada con el argumento de prisión preventiva. Desde entonces, ella y su defensa han reclamado de diversas maneras que no se agotaron todos los recursos legales posibles que se deben optar antes de la prisión preventiva, que señalan, es el último de todos.
Entonces en abril de 2020 se tenía que revisar nuevamente su caso. Pero como ya han denunciado también, pese a que para esa fecha ya se había desestimado acusaciones en las que se le atribuían propiedades y dinero que no comprobó, Robles siguió en prisión.
Solicitó un amparo y le fue otorgado y por eso el pasado 20 de octubre se le realizó una audiencia que a todas luces parecía ser el fin de su encarcelamiento. “Iba yo muy feliz. Me había despedido aquí de todo el mundo. Desde que empecé a oír la argumentación del juez, me empecé a dar cuenta de hacia dónde iba”, le dijo Robles al periodista Héctor de Mauleón. Pero el juez Ganther Alejandro Villar decidió no darle su libertad por un “elevado riesgo de fuga”.
“Si me hubiera querido fugar para que me presentó el día de la audiencia, evidentemente no se busca aquí justicia (...) Si ya un amparo no es un instrumento para defendernos en este país: qué nos queda, por es uso mi voz”, dijo la exfuncionaria a Gómez Leyva. “Hay criterios (de justicia) para unos y hay criterios para otros”.
Por otro lado, se dijo enardecida por el silencio que dice los actuales dirigentes del partido del formaba parte, el Revolucionario Institucional, están guardando, mostrándose incluso sorprendida de que la bancada panista ha salido más en su defensa.
“Me enardece el silencio ominoso de algunos, de los actuales dirigentes del PRI, ominoso porque saben que esto es una farsa. Porque no es cierto que hubo esa triangulación de recursos”, señaló.
Pero en algo sigue firme: no delatará a nadie porque, asegura, estaría mintiendo. “No voy a salir de aquí con mentiras, no voy a acusar a otros de cosas que no son ciertas”, dijo respecto a acusar a otros miembros del gabinete del que formaba parte, como el secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, o el mismo expresidente Enrique Peña Nieto. “Ellos quisieran que firmará algo para involucrar a otros y eso no lo voy a hacer”.
“Esto es una venganza”, dijo convencida Robles, “el presidente dice, y yo le tomo la palabra, que de su parte no es”, pero al mismo tiempo se cuestiona: “Si no es venganza de él, ¿entonces de quién es? (...) Si no es venganza, por qué a otros no les ha aplicado la misma medida”, señala convencida que en parte, detrás de su encarcelamiento “hay un tema de resentimiento brutal, de parte de todo el gabinete (actual)”.
Robles usó como referencia lo dicho por el ahora canciller Marcelo Ebrard respecto a su relación con el accidente de la Línea 12, construida cuando el era el gobernante de la Ciudad de México, cuando se limitó a decir que el era el jefe de gobierno y no le tocaba estar al pendiente de los tornillos. “Yo era la secretaria de Estado, tampoco me tocaba estar viendo los tornillos”.
A Héctor de Mauleón, Rosario Robles también le dijo que si alguien la conocía bien era el propio presidente actual y que el sabe que ella no es culpable de nada: “El Presidente sabe que yo soy inocente, sabe que no tengo un peso mal habido. Hay poca gente que me conoce bien en la política, una de ellas se llama Andrés Manuel López Obrador”.
Por lo pronto dice que no desistirá y seguirá su proceso, ya que aún le queda algo de esperanza en las instituciones de justicia mexicanas, por el juez que sí le concedió el amparo. “No estoy derrotada, estoy triste, estoy frustrada”.
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