Matamoros regresó este viernes a su peor escenario con la muerte de, al menos tres sicarios y un civil, además de cuatro detenidos, resultado de distintos enfrentamientos entre miembros del Cártel del Golfo y personal militar.
Durante la noche hasta la madruga de hoy, la psicosis se apoderó de la localidad del estado de Tamaulipas, que vivió una velada cargada de tensión con esporádicos tiroteos y agresiones a militares.
Como es habitual, los primeros registros se dieron a través de redes sociales, y luego en un comunicado emitido por el Grupo de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz del estado, en el que se explicó parte de lo sucedido.
Se informó que mientras personal militar y policías estatales realizaban labores de vigilancia, fueron agredidos por los tripulantes de varios vehículos, a los cuales les marcaron el alto.
Los presuntos criminales iniciaron un intercambio de disparos que derivó en varios minutos. Para evitar la llegada de refuerzos policíacos, los sicarios lanzaron poncha llantas y bloquearon 15 puntos distintos de la ciudad, incluyendo los accesos a carreteras que conectan a Matamoros con Nuevo Progreso y Valle Hermoso, así como quema de tres vehículos.
Las autoridades advirtieron que hay indicios de que, posiblemente, uno de los muertos era Ariel Treviño Peña, Javier Enrique Hernández Gutiérrez y/o Francisco Hernández Martínez, alias el Tigre, identificado como jefe de halcones y líder de la facción Escorpiones del Cártel del Golfo, así como jefe de plaza de Nuevo Progreso. El Tigre era considerado objetivo prioritario para la justicia de Tamaulipas y de Estados Unidos.
Ariel Treviño estaba entre los más buscados y por su captura se ofrecía una recompensa por parte de la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas. También estaba en la lista de la Campaña de Seguridad y Prosperidad que tienen en conjunto el gobierno de Tamaulipas y siete agencias federales de Estados Unidos.
La escenografía final de la batalla fueron miles de casquillos, pocha llantas, vehículos ardiendo sobre el pavimento, así como un vehículo con blindaje asegurado, 4 armas largas una de ellas calibre 50 y cargadores.
En las redes sociales han sido una de las pocas opciones que les quedan a los tamaulipecos para comunicarse con cierta seguridad, publicaron fotografías de los narcobloqueos y los sicarios abatidos.
Este nuevo enfrentamiento se da después de una controvertida guerra interna entre las facciones del Cártel del Golfo: los Escorpiones y los Metros.
Tamaulipas, acostumbrado a vivir entre balaceras, en 2017 padeció una época sangrienta, con la ejecución de Julián Manuel Loisa Salinas, alias el Comandante Toro, líder del Cártel del Golfo, abatido por la Marina.
El Comandante Toro huía por sexta vez de un operativo diseñado para detenerlo. En esa ocasión no logró escapar. La camioneta en que viajaba se impactó contra un árbol: él descendió abriendo fuego contra los marinos. Lo acribillaron en el acto.
Su muerte desató dos días de caos y violencia extrema en Reynosa. Sus hombres quemaron comercios, automóviles, autobuses, camiones de carga. Se registraron 32 bloqueos en la ciudad. El mismo Cártel del Golfo hizo circular audios en los que ordenaba un toque de queda a los habitantes.
Tras la ejecución del cabecilla criminal, el mando fue asumido por Jesús García, el Güero Jessi, lo que provocó un descontento en el cártel de las drogas. Entonces, se recrudecieron los enfrentamientos entre las facciones del Cártel del Golfo: Los Metros, Los Escorpiones y Los Ciclones.
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