Al no poder predecir los temblores, la población de la Ciudad de México y otras zonas sísmicas debe estar preparada para enfrentar este fenómeno natural y resguardar su vida.
La Brigada de Rescate Topos Tlaltelolco, A.C., una asociación civil sin fines de lucro integrada por voluntarios que prestan sus servicios de rescate, presentó 10 consejos sobre qué hacer antes, durante y después de un terremoto.
Antes del sismo
1. Los Topos recomiendan verificar los fusibles e interruptores del hogar. Además, identificar los cables de alta tensión en sitios frecuentes para saber dónde colocarse en caso de un temblor.
2. Revisar si hay fugas de gas: las flamas de la estufa deben ser de un color azul claro. Si no, probablemente existe una fuga.
3. En caso de un derrumbe, sería catastrófico si existe una inundación y un problema eléctrico, por lo que hay que evitar fugas de agua.
4. Se deben fijar con seguridad los elementos y objetos que se encuentren colgados en la pared: para que, en caso de sismo, no caigan encima de las personas.
5. Tener lista una cartilla familiar para facilitar la ayuda y búsqueda de parientes y seres queridos.
6. Tener preparada una mochila de supervivencia: que ayude a ser autosuficiente por 72 horas. Debe incluir alimentos, agua, botiquín de primeros auxilios, y documentos importantes.
Durante el sismo
A partir de que suena la alarma sísmica se tienen alrededor de 60 segundos para prepararse y resguardarse. Durante ese tiempo se debe:
7. Cerrar el paso del gas, la corriente eléctrica y las llaves de agua.
8. Si uno se encuentra a bordo de un vehículo se debe detener, descender y alejarse de edificios y transformadores de energía eléctrica.
9. Los Topos no recomiendan evacuar desde un segundo piso.
Después del sismo
10. Si el sismo afectó inmuebles y uno desea auxiliar, los Topos sugieren vestir con botas de casquillo y pantalón y camisa larga. Los escombros son peligrosos y se busca evitar más heridos. Por ejemplo, los tenis se resbalan.
Qué fueron las luces que se vieron en el cielo durante el sismo de 7.1 en la CDMX
Las luces que iluminaron el cielo de la Ciudad de México durante el sismo de 7.1 grados del pasado 7 de septiembre son un fenómeno natural producto de la carga electromagnética que provocan las rocas al colapsarse en el movimiento telúrico.
Su nombre es “luces de terremoto”, conocidas como EQL por sus siglas en inglés, son un fenómeno que se ha observado antes o después de un sismo. De acuerdo con información del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el fenómeno lumínico se produce por el choque de las capas tectónicas, las cuales generan una carga eléctrica.
Las ondas electromagnéticas ionizan el aire, al llegar a las nubes chocan con las cargas eléctricas y producen los destellos.
Rocas de la corteza terrestre como el basalto y el gabro tienen pequeñas imperfecciones en sus cristales. Cuando una onda sísmica golpea la fricción libera cargas eléctricas de estas rocas.
Las cargas se juntan y salen disparadas a la superficie a gran velocidad. Manifestándose en el aire en forma de descargas eléctricas y luz. Se cree que solo el 0.5% de los sismos en el mundo producen estas luces.
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