Un comandante fue asesinado y tres agentes más resultaron heridos luego de una emboscada en que participaron miembros del crimen organizado en Zamora, Michoacán.
De acuerdo con reportes locales, los efectivos municipales fueron atacados mientras patrullaban por la colonia Libertad. Aunque inicialmente se había informado de cuatro elementos heridos, horas más tarde se confirmó que el mando de la corporación falleció.
Este último fue identificado como Miguel Ángel Hernández Vázquez y aunque repelió la balacera, cayó en cumplimento de su deber.
Los lesionados fueron enviados a un hospital para su valoración médica, pero no se ha actualizado en qué condición se encuentran, si ya están fuera de peligro o por el contrario, entraron en etapa crítica.
Tras cometer el crimen, los presuntos sicarios escaparon sin que la Secretaría de Seguridad Pública haya informado de acciones que lleven al paradero y eventual arresto de agresores.
Militares y más policías acudieron en apoyo, resguardaron el área y escoltaron el traslado de los heridos bajo un fuerte dispositivo de seguridad.
Cabe destacar que en Zamora se ha registrado presencia de Cárteles Unidos, pero la zona también es asediada por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En agosto pasado, agentes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Fiscalía General del Estado de Michoacán (FGE) detuvieron a Jesús G., también ha sido señalado como uno de los principales generadores de violencia en Zamora. Este sujeto, conocido como el Nopal, fue ubicado por sus presuntas operaciones de lugarteniente para Cárteles Unidos.
Luego de que personal militar efectuara el arresto, se supo que este sujeto tenía una orden de aprehensión vigente por el delito de homicidio.
Al notar la presencia de las autoridades, el Nopal intentó escapar por la parte trasera de un predio agrícola, pero finalmente fue detenido.
Posteriormente quedó a disposición de la Representación Social de la Federación en las oficinas de la Subdelegación de la Fiscalía General de la República, para continuar con las pesquisas respectivas.
La ola de violencia en Zamora, como en el resto de Michoacán, mostró su rostro de terror tres meses antes de la detención del Nopal. En mayo, las autoridades del estado reportaron el hallazgo de cinco personas asesinadas y descuartizadas, cuyos restos fueron depositados en bolsas de plástico.
Según reportes de la Fiscalía local, los cadáveres de cinco hombres mutilados estaban sobre una brecha de terracería ubicada en la comunidad de Tierras Blancas del municipio de Zamora. Por lo cual fueron requeridos agentes de la Unidad Especializada en la Escena del Crimen.
“Una vez en el lugar, el equipo multidisciplinario llevó a cabo las primeras diligencias y realizó el levantamiento y traslado al Servicio Médico Forense de los ahora occisos, quienes presentaron mutilaciones. La FGE continúa con los actos de investigación que permitan establecer las circunstancias en las que sucedieron los hechos”, comunicó la dependencia.
De diciembre de 2019 a noviembre de 2020, Zamora fue considerado como el municipio más violento de Michoacán, situación que se mantiene, según informes de la Secretaría de Seguridad. Esta demarcación se localiza cerca de los límites con Jalisco, al suroeste de Guadalajara.
La región es disputada a remanentes de cárteles extintos y que al paso de los años han cambiado de nombre, pero no han sido erradicados de regiones como la costa y frontera con Jalisco. Para hacer frente a las ambiciones del CJNG, las células michoacanas se han conjuntado en Cárteles Unidos, que conjuntó a los Viagras, Cártel de Tepalcatepec, la Nueva Familia Michoacana, Caballeros Templarios y los Blancos de Troya.
Algunas de estas facciones simulan ser una especie de policía comunitaria para legitimar retenes, armamento, vigilancia nocturna y rechazo de la autoridad. Sin embargo, pretenden resistir el asedio del CJNG y no perder la plaza para seguir con ilícitos como el narcomenudeo, la fabricación de droga y extorsiones a productores de limón y aguacate.
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