Hay un viejo refrán que dice: “cuando el río suena, agua lleva”. Y al día de hoy, esas aguas suenan fuerte al señalar la próxima salida de Manuel Bartlett de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en medio del intenso debate en la arena política por la iniciativa de reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador.
No son pocos los analistas que señalan el relevo de Bartlett Díaz de la CFE, a pesar de que él fue el artífice de la polémica iniciativa que busca reformar los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, con la finalidad de dejar en manos de la Comisión Federal el 54% del mercado eléctrico y a quien el presidente ha defendido a capa y espada ante los múltiples señalamientos de corrupción.
Las presiones parecen provenir del partido al que Manuel Bartlett perteneció por décadas: el PRI.
Y es que el Partido Revolucionario Institucional se ha convertido en el organismo sobre el que estaría recayendo el peso político-electoral de una posible aprobación de la reforma constitucional, por lo que estaría buscando poner a uno de ellos al frente de la CFE y el elegido parece ser Alejandro Murat.
<b>Tiempo de definiciones</b>
La coacción sobre el partido proviene del mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, quien públicamente ha dicho que el PRI debe “definirse” si apoyará al pueblo mexicano (aprobando la iniciativa de reforma) o a las empresas privadas.
Durante su conferencia mañanera del miércoles 5 de octubre, López Obrador aseguró:
“Ahora que presentamos la iniciativa, el PRI tiene una oportunidad para definirse. Va a seguir con el salinismo como política o va a retomar el camino del presidente Cárdenas, del presidente Adolfo López Mateos, el camino que trazaron estos dos grandes presidentes de México. Es un momento definitorio, vamos a ver qué resuelven”, soltó.
Al ser cuestionado por las discrepancias entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el Revolucionario Institucional (PRI) - luego que éste reconociera la posible apertura a negociar la propuesta - el mandatario expresó que esta iniciativa definirá “de qué lado de la historia” estarán.
“Cada partido debe asumir su postura, es la oportunidad de definirnos (...) Si estamos porque se conserven como empresas públicas Pemex y la CFE, o queremos desaparecerlas como se ha intentado sobre el periodo neoliberal para que el mercado de las gasolinas de la energía eléctrica quede en manos de particulares. De empresas extranjeras”, aseguró.
Al día siguiente, volvió a presionar al partido tricolor al señalar: “Entonces los legisladores van ahora a manifestar si están a favor del pueblo, del consumidor, de los usuarios, o están a favor de las empresas, de los grupos de intereses creados”.
Incluso dijo que los legisladores no pueden llamarse representantes populares cuando votan en contra de los intereses de la gente.
“Es interesante todo esto que está aconteciendo, entonces vamos a esperar y vamos a que prevalezca siempre el interés general y ser respetuosos de todos, nada más que cada quien asuma su responsabilidad”, señaló.
La respuesta llegó pronto. A pesar de que en un inicio el PRI había planteado evaluar la iniciativa de reforma, tras el apremio de López Obrador, el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, aseguró que a su partido nadie lo presiona.
“Nosotros tenemos el tiempo y el momento, y al PRI nadie lo presiona, como les dejé muy claro. Nosotros vamos a discutir, tenemos que escuchar todas las voces, y en su momento el Partido Revolucionario Institucional con sus legisladores emitirá su voto”, dijo Alejandro Moreno, mejor conocido como “Alito”.
Cada vez es más evidente que, debido a que el partido de López Obrador (Morena) no cuenta con la mayoría calificada en el Congreso de la Unión para sacar adelante sus tres reformas pendientes, el Jefe del Ejecutivo federal está buscando dividir a la oposición, en específico a la alianza “Va por México”, integrada por el PRI, PAN y PRD.
El “cortejo” de López Obrador al Revolucionario Institucional comenzó justo después de la jornada electoral del 6 de junio, en la que aunque Morena ganó 9 gubernaturas de las 15 que estaban en juego, así como la mayoría simple en la Cámara de Diputados. Sin embargo, no le alcanzó para obtener la mayoría calificada que necesita el gobierno de la 4T.
El 8 de junio, dos días después de la jornada electoral, el mandatario federal soltó en su conferencia matutina que para lograr la mayoría en la Cámara de Diputados se podrían llegar a acuerdos con el PRI.
“Si se quisiera tener mayoría calificada, se podría lograr un acuerdo con legisladores del PRI, o de cualquier otro partido, pero no se necesitan muchos para la reforma constitucional”, sostuvo.
La exlíder del PRI, Dulce María Sauri, advirtió que los dichos del presidente habían sido -en lenguaje beisbolero- “una bola ensalivada”, pero aseguró, el PRI no sería el traidor.
“Pudo haber mencionado a cualquiera de los otros partidos que formamos parte de la oposición, pero escogió al PRI, como una manera de hacer sombra sobre el partido, sobre el logro importante que tuvo la Alianza opositora”, argumentó.
“Somos un partido que lucha y tiene muy claro que la confianza que le dio la sociedad mexicana al PRI, en una coalición opositora, es para hacer valer la pluralidad, la diversidad y la democracia en el país. No somos judas”, aseveró.
“Divide y vencerás y, la primera parte para las divisiones es sembrar las sospechas; podemos decirle bola ensalivada y beso del diablo, pero el hecho es que va a sembrar sospechas y esto de ninguna manera podemos permitirlo quienes somos priístas (...)”, señaló.
Sin embargo, el partido parece haber olvidado lo dicho por la expresidenta del tricolor.
Y es que varios personajes priistas han sido señalados de corrupción y otros delitos federales. El mismo Alejandro Moreno estaba siendo investigado por la Fiscalía General de la República (FGR) debido a diversas operaciones inmobiliarias irregulares. Pero al parecer - señaló el columnista Mario Maldonado- esos expedientes han “desaparecido” de la Fiscalía y de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).
Un priista al frente de la CFE en los tiempos de la 4T
En medio de esta vorágine política, un priista de importante peso estaría gestionando la “evaluación” de la iniciativa de reforma de López Obrador: Alejandro Murat, cuyo nombre suena fuerte para suceder a Manuel Bartlett en la Comisión Federal de Electricidad.
Alejandro Murat Hinojosa, gobernador de Oaxaca, es tal vez, uno de los priistas más cercanos a Andrés Manuel López Obrador. Y es que en las múltiples visitas que el presidente ha realizado a aquel estado -uno de los más pobres del país- el mandatario federal no para en elogios para el joven gobernador.
El pasado 4 de octubre, Alejandro Murat acompañó a López Obrador al puerto de Veracruz, en donde se realizó el desfile naval conmemorativo de los 200 años de la Armada de México. Al día siguiente se vio al priista desayunando con la secretaria de Energía, Rocío Nahle, en el tradicional café La Parroquia.
Acto seguido, Murat Hinojosa hizo un llamado a los legisladores de su partido para analizar la reforma eléctrica profundamente, para “enriquecerla” con propuestas y de ser necesario, aprobarla, porque se trata de “beneficiar al pueblo”.
“Yo soy un gobernador consistente y lo he dejado claro, porque he creído que la mejor ruta para avanzar y salir de los grandes problemas es dialogando y a partir de ahí se puede construir nuevas realidades”, dijo.
“Nosotros en lo personal no somos sumisos a ningún partido político, nos debemos al pueblo de México y es en el marco de eso que debemos de tomar las decisiones, las decisiones deben ser en beneficio de las mexicanas y los mexicanos”, aseveró.
Al ser cuestionado si se debía dar “un voto de confianza al Presidente en la reforma eléctrica”, Murat Hinojosa respondió:
“Lo que estoy señalando es que se le dé la oportunidad, que presente sus argumentos y en función a eso, podamos hacer una evaluación de frente a la nación para enriquecer la reforma, no en cuestión de intereses, si no en funciones al tema técnico y en función a ello tomar las decisiones”. “Y yo como gobernador acataré y respetaré las determinaciones que asuma mi partido, que comparto”, enfatizó.
Fue entonces que comenzaron los “rumores” de la llegada de Alejandro Murat a la CFE. De inmediato se prendieron los focos rojos en la arena política debido a que esta posibilidad podría ocasionar una ruptura en el interior del tricolor, ya que podría acarrear una nueva desbandada hacia Morena.
En un intento por acallar los rumores, el pasado 8 de octubre, Andrés Manuel López Obrador desmintió que el PRI esté presionando al gobierno para remover a Manuel Bartlett de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para imponer a Murat a cambio de aprobar la reforma eléctrica.
“(...) No hay ninguna negociación, no hay moneda de cambio. No lo hemos hecho y no lo haremos. Aquí cada quien tiene que asumir su responsabilidad. Los legisladores tienen que representar al pueblo y eso va a contar con toda la información”, aseguró.
La noche del 11 de octubre, se difundió una fotografía entre Jesús Zambrano Grijalva, líder nacional del PRD con sus homólogos panista Marko Cortés y el priista Alejandro Moreno, con integrantes del grupo opositor denominado “Sí por México”, entre ellos los empresarios Claudio X. González y Gustavo de Hoyos. También estuvieron presentes otros actores políticos de peso como Rubén Moreira coordinador de los priistas en la Cámara de Diputados; Jorge Romero, coordinador de los diputados panistas, así como el legislador panista, Santiago Creel.
Al término de la reunión, Claudio X González y Gustavo de Hoyos aseguraron en su cuenta de Twitter que la alianza opositora estaba firme. Lo mismo aseguró al día siguiente el líder perredista quien enfatizó que la coalición “Va Por México”, se mantendrá hasta el 2024, pese a los embates de la reforma eléctrica impulsada por el Presidente Andrés López Obrador.
El miércoles 13 de octubre, López Obrador reaccionó con fuerza. Durante su conferencia mañanera calificó la reunión como “una promiscuidad política nunca vista”, enfatizó.
“Una vergüenza imagínense, lo que pensaría el general Lázaro Cárdenas; Adolfo López Mateos incluso Manuel Gómez Morín, Manuel Clouthier Maquío. ¿Qué es esto? Deveras, una promiscuidad política nunca vista, pero todo esto es por los billullos”, subrayó.
“Ahora están juntos, unidos, ya fuera máscaras y al servicio de los potentados”, sentenció.
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