Hace ya más de dos décadas que escuchamos esos conceptos como globalización, la aldea global, y la promesa de intercambiar bienes y servicios con todo el mundo. El internet y el comercio electrónico vinieron a reforzar estas ideas, todo estaba preparado para tomar ventajas de las nuevas condiciones mundiales.
Desafortunadamente, en México no se tomó ventaja de dichas condiciones, debido a una política internacional neoliberal que se limitó establecer relación primordialmente con los Estados Unidos.
Con la llegada de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, desde el 1 de diciembre de 2018 se estableció cuál sería la política exterior que asumiría nuestro gobierno: la libre autodeterminación de los pueblos y el respeto mutuo, serían el lugar común en el que nuestro país se conduciría a nivel internacional.
No obstante, más allá de la libre autodeterminación de los pueblos, la gran interrogante ha sido ¿cómo lograr que México aproveche el contexto internacional para fortalecer su comercio? y por ende las condiciones de sus habitantes. No es una tarea fácil.
En ese sentido es importante reflexionar sobre ¿cuál es la situación que actualmente vivimos? A diferencia de tiempos pasados, donde Estados Unidos era la potencia hegemónica ante la cual todo giraba, y desde la que se llegaron a tomar decisiones unilaterales para el destino de las naciones de América Latina. Hoy en día, la geopolítica latinoamericana tiene una configuración compleja y multilateral.
Lo cierto es que evidentemente la República Popular de China es un nuevo gran jugador. China actualmente posee un PIB superior al de los Estados Unidos, y su producción de bienes llega a todo el mundo.
Nuestro presidente, bajo este nuevo contexto mundial diseñó una estrategia, basada en el principio de multilateralidad, respeto y colaboración no sólo entre Estados Unidos y China, sino con todas las enormes potencias mundiales, pero desde la construcción de una integración regional latinoamericana.
Andrés Manuel desde la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), convocó a una integración regional. El primer pronunciamiento sobre esta convocatoria se dio en el Castillo de Chapultepec, y en la segunda reunión, con una gran audiencia de presidentes latinoamericanos en Palacio Nacional. Los invitó a crear una región económica latinoamericana, para fomentar relaciones comerciales entre nuestros países y convertirnos en una sola voz que sea escuchada y tomada en cuenta por las grandes potencias.
Nuestro presidente extendió dicha invitación a los Estados Unidos de Norteamérica, para unirnos como continente. Pero también dejó en claro, que la CELAC tiene la puerta abierta para socios estratégicos como la República Popular de China.
La estrategia funcionó: en tan solo un par de meses, nos convertimos en el centro de atención mundial. Como prueba de ello, el presidente Joe Biden envió una carta al gobierno de nuestro presidente, donde resalta el interés de Estados Unidos por dejar atrás una actitud de bloqueo, optando por la inversión de recursos para atacar las causas que originan la migración hacia los Estados Unidos.
Ante la inminente asociación de la CELAC con la República Popular de China; finalmente Estados Unidos de Norteamérica accedió a la cooperación multilateral. Un hito en la historia de las relaciones internacionales de nuestro continente, sin duda. Bajo la óptica de bienestar social de México para detener los flujos migratorios desde Centroamérica, sólo se puede lograr mediante la adopción de programas estrella de este gobierno, como el programa sembrando vida y jóvenes construyendo el futuro. Multilateralismo.
Los retos del nuevo modelo multilateral, apenas empiezan.
Hace un año veíamos la relación de Estados Unidos y China enfrascada en una guerra comercial, pero hace una semana empezaron a negociar un nuevo tratado comercial.
¿Qué nos depara el futuro? no lo sabemos.
Lo que sí sabemos es que México no puede seguir caminando sin estar obligado a actuar bajo las órdenes de un país extranjero. Nuestra nación debe caminar junto con América Latina como un sólo bloque comercial.
Desde luego respetando la forma en que cada país se organiza, antes que nada respeto absoluto a la autodeterminación de los pueblos. Tal vez con aliados estratégicos como la República Popular de China y Estados Unidos de Norteamérica en una zona comercial del tamaño del continente americano, resulta apetecible para cualquier mercado. Sin duda, nos permitirá tener voz en las decisiones internacionales.
La estrategia que conduce nuestro presidente en materia de política internacional, nos llevará a un futuro más próspero. El simple hecho de que hoy podamos negociar como iguales y elegir con quién asociarnos, nos coloca en una circunstancia distinta a la de otros tiempos. Esta nueva mayoría de edad global, nos permitirá llegar a un orden mundial donde la prosperidad supere a la vieja separación mundial del trabajo que tanto daño hizo al devenir de la humanidad.
*Senador de la República por el Estado de Zacatecas, en representación del partido Morena
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