Durante el fin de semana, el partido ultraderechista Vox registró una iniciativa ante el Congreso Español demandando al gobierno mexicano la organización de homenajes a la figura de Hernán Cortés. A 500 años desde la conquista de Tenochtitlan y en vísperas de la reivindicación de las resistencias indígenas por parte del gobierno mexicano, la petición de adecantamiento del sepulcro de Cortés ha causado polémica en redes. No obstante, no es la primera vez que los restos de Cortés causan controversia.
A pesar de su petición por ser enterrado en Nueva España, su cuerpo fue trasladado de Sevilla a tierras mexicanas nueve años después de su muerte en el año de 1547, luego de haber fallecido a causa de pleuresía, inflamación de los tejidos que recubren el aparato respiratorio. Inicialmente su deseo fue ser enterrado en una parroquia en Coyoacán, cuya edificación nunca se llevó a cabo.
En 1556 los restos del conquistador fueron transportados a la iglesia de San Francisco de Texcoco, donde permanecieron hasta 1794, año en el que fueron transportados a la iglesia de Jesús Nazareno, misma que Cortés fundó en 1528. Hasta el día de hoy, los restos de Hernán cortés se encuentran en este templo ubicado en la calle de República del Salvador 119.
Berenice Bravo, investigadora de tiempo completo de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), indica que “por el movimiento de Independencia y el sentimiento antiespañol se temía que sus retos estuvieran amenazados, así que fueron escondidos”.
Durante la revolución mexicana, por temor al secuestro de los restos de Cortés, el empresario conservador Lucas Alamán junto con el duque de Monteleón sacaron de allí los huesos para salvaguardarlos en un lugar secreto. Posteriormente a esto, Lucas Alemán y Monteleón perecieron a manos de los revolucionarios, dejando los restos del conquistador enterrados en la casa de la familia de Lucas Alamán. Fue hasta después de que el descontento y sentimiento antiespañol disminuyera cuando los restos de Hernán fueron regresados a su lugar actual en la Iglesia de Jesús Nazareno.
A casi 500 años de la muerte de Hernán Cortés, la polémica sobre los restos del conquistador se hizo presente el pasado domingo en redes, luego de que el partido de Santiago Abascal buscara el adecentamiento de su sepulcro, despertando así un sentimiento de descontento hacia el proceso de colonización y genocidio, resultado de la llegada de tropas españolas en el año de 1521.
Vox admite que “la presencia española en América, sobre todo en su fase más temprana, no estuvo exenta de abusos”
Durante la presentación de la iniciativa, el partido de ultra derecha rescató que “se considera absolutamente necesario que las instituciones competentes fomenten, divulguen, promuevan y enaltezcan figuras y hechos importantes de la historia patria, ya que un pueblo que no conoce su historia está condenado a desaparecer”
Por su parte, la reivindicación a los 500 años de la resistencia indígena como una forma de divulgación y enaltecimiento de figuras ha sido importante en la agenda política de la actual administración, poniendo en marcha diversas acciones como lo es el renombramiento de la calle de Puente de Alvarado a México-Tenochtitlan, la instalación de la maqueta monumental del Templo Mayor de México Tenochtitlan y la futura escultura de una mujer indígena “Tlali”.
A dos años de la XIX Feria internacional del libro en el Zócalo (FIL Zócalo) 2019 en la que el filósofo Enrique Dussel fue participe, recordamos su intervención sobre el acontecimiento de la conquista “Estamos justo a 500 años de tomar conciencia del acontecimiento de la Conquista que empezó hace medio milenio en México. Sin embargo, aún en las escuelas se enseña qué España nos trajo civilización y no piensan en la destrucción de la cultura que había”.
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