
Un grupo de investigadores españoles del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas de Valencia ganó uno de los premios Ig Nobel 2021, por el estudio publicado en la revista Scientific Reports sobre las bacterias que hay en los chicles que terminan en el suelo.
Los autores buscaron caracterizar la composición bacteriana del chicle y emplearon técnicas de cultivo y metagenómica, es decir, análisis del ADN completo.
Para este fin, utilizaron muestras de chicles de cinco países distintos que fueron recogidos directamente del suelo, en total, analizaron diez muestras de España, Francia, Grecia, Turquía y Singapur. Las muestras fueron despegadas del suelo con una espátula estéril y se guardaron en el laboratorio a -80 ⁰C hasta su análisis.

Otro de los objetivos fue estudiar cómo evoluciona y cambia la población bacteriana de chicles que han permanecido durante tres meses en el suelo.
Esto fue posible gracias a una voluntaria de 36 años que se encontraba en buen estado de salud que se dedicó a mascar chicle durante 30 minutos.
Uno de los chicles mascado fue utilizado como control de microbiota oral, otros doce se colocaron en el suelo al aire libre y se orientaron hacia el sol a mediados de junio.
Posteriormente se recogía uno de los chicles durante doce semanas, se extrajo ADN y se secuenció (metagenómica del 16S rRNA).
Por otra parte, a los investigadores también les interesaba estudiar la capacidad de degradar diferentes ingredientes de los chicles por bacterias aisladas del chicle.
De esta forma, emplearon dos tipos de chicles sin azúcar y con ellos prepararon un suplemento nutritivo que se añadía al medio de cultivo, para posteriormente analizar cómo algunas bacterias del chicle eran capaces de degradarlo.
La conclusión fue que aunque había diferencias entre las muestras, algunos géneros bacterianos se encontraron en todas las muestras, como el biofilm típico rico en bacterias como Sphingomonas, Kocuria, Deinococcus, Blastococcus, entre otros.

Asimismo, muchas bacterias eran ambientales resistentes a la radiación y necesitan poca disponibilidad de agua, además de que soportan variaciones de temperatura y el estrés oxidativo.
Sobre el estudio del proceso de colonización bacteriana (ver cómo evoluciona la composición bacteriana una vez que el chicle se arroja al suelo), la muestra control (la que se había mascado durante 30 minutos y directamente se había analizado sin tirarse al suelo) resultó ser similar a la microbiota oral típica de la boca con bacterias como Rothia, Haemophilus, Corynebacterium, Veillonella, Actinomyces, entre otras.
La bacteria que predominó en todas las muestras fue Streptococcus, que al principio suponía más del 25 por ciento, pero luego fue disminuyendo con el tiempo, hasta alcanzar el mínimo a la novena semana.
En cuanto al análisis de la degradación de los componentes del chicle, primero cultivaron muestras, aislaron algunas colonias bacterianas y las caracterizaron por secuenciación de su ADN.
Después, repararon un medio de cultivo mínimo al que le añadieron un extracto obtenido de los chicles comerciales.
Finalmente, analizaron si alguna de las bacterias aisladas era capaz de degradar los componentes del chicle y concluyeron que varias de ellas eran capaces de hacerlo.
Específicamente, una cepa del género Curtobacterium, fue capaz de degradar casi la totalidad de los ingredientes del chicle que se habían analizado.
En conclusión, los autores agregaron que esta bacteria podría ser utilizada para emplear estrategias de biorremediación para remover los residuos de los chicles que contaminan el pavimento.
¿Qué son los premios IG Nobel?
Los premios Ig Nobel son una parodia del Nobel y son entregados cada año en los primeros días de octubre para reconocer los logros de diez grupos de científicos quienes “primero hacen reír a la gente y luego la hacen pensar”.
La entrega se realiza en una ceremonia en el Sanders Theatre, de la Universidad de Harvard en Estados Unidos.

Ig Nobel es en realidad un juego con la palabra en inglés ignoble, que en español se traduce como “innoble”.
Y aunque parezca que estos premios sólo son una parodia tienen todo el rigor científico, pues en el año 2000 Andre Geim ganó el Ig Nobel por hacer levitar una rana con imanes. Diez años después, ganó el Nobel de Física, por sus estudios sobre el grafeno.
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