Hasta hace poco, la imagen era la de un lago seco, no había mariposas ni abejas, mucho menos aves que tomaran agua. Hoy, la imagen está lejos de aquel lugar que se evaporó con el fin de construir uno de los aeropuertos más grandes de México.
La edificación para el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que inició durante la pasada administración de Enrique Peña Nieto (2012-2018), es ahora (de nuevo) un lago que se formó en Texcoco, Estado de México, desde hace siglos.
El espacio ecológico que la Cuarta Transformación defendió a ciegas desde que llegó al poder, repite la imagen que cientos de abuelos contaron a sus nietos. Como prueba, el secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Román Meyer, compartió una fotografía con la descripción “Cuando la naturaleza retoma su lugar”.
De acuerdo con la foto, la antigua cede del aeropuerto presentaba un encharcamiento de aproximadamente 20 centímetros. El diputado federal por Morena, Miguel Torruco Garza, fue uno de los primeros en apoyar a Meyer.
La publicación también alzó voces en contra: “Como en dos bocas, nadamas que Dos Bocas fue un manglar destruido con cientos de especies, y Texcoco un valle árido y sin vida. Aplaudes a ambos?”, escribió un usuario en Twitter.
En octubre de 2018, el todavía electo presidente Andrés Manuel López Obrador, decidió la cancelación de las obras del NAIM tras una consulta popular. Seis meses despuñes, anunció la suspensión del proyecto, que ya llevaba un avance del 30 por ciento.
Una de las principales razones de López Obrador para dar marcha atrás a la nueva terminal era la destrucción del Lago de Texcoco. En su lugar, López Obrador pidió la contrucción del aeropuerto Felipe Ángeles en Santa Lucía, Edomex.
Hace tres semanas, durante su conferencia de prensa el mandatario federal aseguró que “ nadie, niguna empresa está obligando a usar la terminal”.
“A nadie se está obligando, esa es una gran mentira, a nadie se obliga… nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho”, expresó.
Durante su conferencia matutina realizada en el Salón Tesorería de Palacio Nacional, López Obrador aclaró que las limitaciones de los vuelos en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) a 61 operaciones por hora se remontan al año 2014 con la intención de saturarlo y poder construir el aeropuerto de Texcoco.
“¿Saben cómo surgen las limitaciones de los vuelos? Esa medida la tomaron como advertencia en 2014… Y tiene un antecedente que es importante que se conozca… Se hace para reforzar la construcción del aeropuerto de Texcoco, casi al mismo tiempo se cierra el aeropuerto de Toluca… diría que de manera intencional se saturó el Aeropuerto de la Ciudad de México para justificar la construcción del nuevo aeropuerto de Texcoco. Ese es el antecedente”, aseveró.
“¿Cómo de repente dejaron de llegar vuelos a Toluca? Para justificar la construcción del Aeropuerto de Texcoco, para justificar el atraco, el robo, la corrupción; pero en ese entonces la complicidad era total, absoluta de los medios”, dijo.
Refutó las notas periodísticas en donde se señala que se está presionando a las aerolíneas para que operen en el aeropuerto de Santa Lucía, en específico, la columna publicada recientemente por la politóloga Denise Dresser, quien aseguró que las aerolíneas están siendo presionadas.
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