“Quien pretenda dividir a la oposición con un bloque importante es porque ni quiere al país y porque quiere hacerle juego al Gobierno”, se posicionó el presidente del PRI, Alejandro Moreno, ante las insinuaciones de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) respecto a la reforma eléctrica.
Sin embargo, la opinión del PRI ha ido cambiando con los meses debido a la tensión entre la coalición con “Va por México”, quienes en un principio se oponían a Obrador.
Las confrontaciones empezaron cuando MORENA cedió puestos en San Lázaro al Partido Revolucionario Institucional (PRI), en lugar del Partido Acción Nacional (PAN), poniendo como primeros diputados a miembros del Revolucionario, depositando toda confianza en Rubén Moreira. Este sería el punto número uno por el cual el gobierno de AMLO necesitaría de su lado a este partido.
En la Cámara de Diputados también se acordó dar a los priístas la comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, que tenía Movimiento Ciudadano en la pasada Legislatura.
“Cada quien tiene que asumir su postura. El PRI tiene una oportunidad para definirse, ¿va a seguir con el salinismo como política o va a retomar el camino del presidente Cárdenas? (...). Es una oportunidad histórica para el PRI de definición”, dijo el presidente en la mañanera de ayer, haciendo referencia a tomar partido en la reforma eléctrica.
En este sentido, AMLO dio a entender que el salinismo fue un período cuestionable, en el que se privatizaron un sinfín de empresas públicas. Por el contrario, pretende que el PRI se induzca a otro modelo económico.
Lo anterior explicaría por qué el presidente de la República ha buscado incansablemente aliar al PRI con MORENA, pues así sería mucho más sencillo llegar a sus ideales y poner en práctica la reforma eléctrica, que consiste en fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), con el fin de que usuarios domésticos no paguen más por el servicio de luz que las grandes corporaciones.
Desde el pasado junio, tras las elecciones intermedias, el mandatario aseguró que se podría negociar con el partido para así lograr la mayoría calificada necesaria para aprobar sus propuestas de reformas constitucionales.
En esta nueva iniciativa del presidente, se buscará que la CFE tenga el 54 por ciento del mercado y el 46 por ciento restante se conserve para las empresas particulares.
Por otro lado, la Cámara de Diputados ha dejado en claro que, de no aprobarse esta propuesta, el gobierno de México ha de recurrir a otros métodos para impulsar los cambios necesarios para contribuir a la mejora del sistema eléctrico nacional.
“Si se decide apoyar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que es una empresa pública, vamos a tener la garantía de no aumentar las tarifas, de que no va a haber apagones. Los legisladores van a manifestar si están a favor del pueblo, del consumidor, del usuario, o están a favor de las empresas y de los grupos de intereses creados”, afirmó AMLO.
Por tal motivo, los legisladores del PRI deben deben definir el sitio en el que se mantendrán respecto a estos ajustes, pues “no hay para dónde hacerse” comentó López Obrador. “Estar a favor de las empresas extranjeras que reciben subsidio puede llevar al país a una crisis de apagones o de aumento en las tarifas, como está sucediendo en España últimamente”.
Hay que aceptar que la propuesta de Andrés Manuel López Obrador tiene un buen fundamento, sin embargo, no se ha mostrado cómo ha de ejecutarse de ser aprobada por el Congreso. Además, ha sido fuertemente criticada por organizaciones del sector ambientalista, quienes han argumentado que la idea del mandatario mexicano recae en la posibilidad de volver al modelo de un monopolio.
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