Eduardo Césarman, socio fundador del Baby’O, discoteca que terminó en ruinas tras registrarse un incendio en su interior, habló en entrevista con Carlos Alazraki para dar a conocer su plan de acción a futuro.
En una mesa de opinión para Atypical Te Ve, Césarman, junto a Javier Lozano y Federico Reyes Heroles, señaló que después del sismo del pasado 7 de septiembre la fachada del lugar quedó dañado, pero respecto al incendio todo fue adentro. “El lugar estaba asegurado, pero no para esto”, sentenció.
De igual forma, declaró que el ambiente de violencia en Guerrero ha mermado la actividad nocturna en bares y restaurantes. “Se están viviendo tiempos difíciles así como en 2011, cuando las discotecas tenían solamente 20 personas”.
El empresario reveló que lograron levantar la imagen de la zona y del lugar gracias a su acción de sumarse al programa “Habla bien de Aca”.
Césarman explicó que todavía “no es el momento de abrir”, pero ha recibido propuestas para recaudar dinero y poder abrir la discoteca.
“Por la gente que trabaja ahí me encantaría volver a abrir, esa es la realidad, por mi, no tanto, pero si tengo un compromiso moral con toda mi familia de 46 años. Necesitamos meditarlo un poco más con lo que está muy caliente esto, quisiera tomar una decisión más razonada”, dijo.
También compartió que después del atentado se reunió con la presidenta municipal de Acapulco, Abelina López, quien le manifestó que veían un caso aislado, por lo que considera que en la actualidad no hay garantías para volver.
“Nos pegó de cerca algo que no queríamos ver. Si nos vamos de Acapulco y dejamos de hablar bien, vamos a dejar que el crimen entre libremente”, expresó.
El paradisiaco destino de Acapulco tiene una historia de legendarias fiestas que dan cuenta de la agitada vida nocturna en la que vibraron generaciones quienes hicieron de la costa mexicana un sinónimo de fiesta de alto nivel.
El Baby’O fue fundado en 1976 por Eduardo Cesarman y Rafael Villafañe, cuya visión convirtió a este centro en una de las discotheques más importantes del mundo en aquella época - tales como el Studio 54 en Nueva York, el cual fungía como su principal competencia.
El nombre del inmueble fue inspirado en la canción de Dean Martin, “Baby-O”. Su lema: “Solo hay un Acapulco, sólo hay un Baby’ O”; su política: nadie sale de la fiesta hasta después de las 06:00 de la mañana.
El Baby O’ se consolidó como “la discoteca más exclusiva de México”, tanto así que se impuso un selectivo dress code casual-formal que rompía el tradicional outfit playeros-fiesteros de sandalias, bermudas y playeras.
De esa manera, esta discoteca impuso un concepto único que definió a cierto sector de fiesteros en Acapulco, convirtiéndose también en el escenario donde se dieron cita importantes personajes de la escena mexicana e internacional tales como Bono, Julio Iglesias, Elizabeth Taylor, Michael Jordan o Silvester Stallone.
Asimismo, el Baby’ O fue por excelencia en la segunda casa para el cantante mexicano, Luis Miguel, siempre enamorado de Acapulco; incluso se sabe que “El Sol” tenía camaradería con el personal de meseros y bar tenders del lugar, así como un espacio asignado exclusivamente a él.
De acuerdo a lo que narra el personal del famoso club, a principio de la década de los 80 Luis Rey llevaba a su pequeño hijo, entonces niño Luis Miguel, a sus noches de juerga en el legendario lugar, por lo que al ir creciendo, el intérprete de La media vuelta consideró el inmueble como un espacio tan familiar, que lo sintió como “su segunda casa”, según palabras de Cesarman, el fundador.
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