El político miembro de Morena, Alfredo Ramírez Bedolla, que aplastó al PRI y PAN en las elecciones del pasado 6 de junio, rindió protesta este viernes para convertirse en el nuevo gobernador de Michoacán.
El desencanto del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y del gobierno de Silvano Aureoles (2015-2021) fueron factores determinantes para aupar a este abogado al poder.
Luego de que hace tres meses los michoacanos le dieran en las urnas la espalda a los partidos de oposición, Ramírez Bedolla se convirtió este 1 de octubre en la principal figura de un estado sobrepasado por la violencia criminal.
“No habrá lugar para derroches ni excesos a costa de las necesidades no satisfechas de la gente. No podemos traicionar la confianza que nos han dado, por eso los convoco a trabajar teniendo siempre presente que el bienestar colectivo es garantía de prosperidad individual”, señaló el mandatario estatal.
Un día antes de la toma de protesta, Ramírez Bedolla presentó a los funcionarios que integrarán su gabinete:
-Carlos Torres Piña, Secretaría de Gobernación
-Brenda Fraga, Secretaría del Migrante
-Alfredo Anaya Orozco, Secretaría de Desarrollo Económico
-Gabriel Molina Aguilar, Secretaría de cultura
-Cuauhtémoc Rodríguez, Secretaría de Desarrollo Social
-Gladyz Butanda, Secretaría de Desarrollo Urbano
-Elias Ibarra Torres, Secretaría de Salud
-José Alfredo Ortega Reyes, Secretaría de Seguridad Pública
-Sandra . Rangel, Secretaría del Desarrollo Social
-Luis Navarro, Secretaría de Finanzas y Administración
-Tamara Sosa, Secretaría de la Mujer
-Roberto E. Monroy, Secretaría de Turismo
-Yarabí Ávila, Secretaría de Educación
Las críticas contra Ramírez Bedolla se han multiplicado desde el mismo momento de su victoria. A unos días de su toma de su investidura, el ex presidente Felipe Calderón señaló que el crimen organizado había intervenido en la elección de Michoacán. Advirtió que la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tenía la oportunidad de anular la gubernatura de Ramírez Bedolla.
Michoacán, uno de los territorios más importantes del país, atraviesa un mal momento principalmente en los números de la violencia. De acuerdo con las cifras oficiales, en 2015, cuando Aureoles recibió el estado se cometían 2.1 homicidios dolosos por día y lo dejó con 5.9 asesinatos.
En 2015, el promedio diario de delitos denunciados fue de 84.6 por ciento; mientras que en lo que va de este año fue de 128.4 por ciento.
El entonces gobernador de la entidad, Silvano Aureoles, explicó la violencia en la región como el acoso de células delincuenciales que operan del lado de Jalisco (al oeste del país), pero que quieren entrar en disputa con algunos actores o personajes de los municipios vecinos.
El límite entre Jalisco y Michoacán es considerado como la zona cero del narcotráfico en el centro del país. La zona —con una extensión de 563 kilómetros— es identificada por el fenómeno de “pueblos fantasmas”, pues muchos de los que nacen ahí abandonan el sitio, debido a la violencia desatada por la delincuencia y la falta de oportunidades para los jóvenes.
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