Malintzin o Malinalli, mejor conocida como la Malinche, nació entre los años de 1501 y 1504. Ella fue una mujer indígena de origen chontal del poblado de Painala. Gracias a que sabía hablar náhuatl, maya y español pudo ayudar a Hernán Cortés en su plan de conquista.
Ella hablaba náhuatl porque era lengua de sus padres; maya porque era la lengua de sus primeros amos y el español porque antes de Cortés habían llegado varios españoles junto con Colón que anduvieron por la península de Yucatán y se quedaron por unos años recorriendo las tierras aztecas.
Nació en una familia de clase alta en la sociedad mexica y tenía privilegios; sin embargo, cuando su papá falleció su vida dio un giro inesperado y terminó siendo esclava para otros indígenas.
La Malinche pasó los primeros años de su vida en Coatzacoalcos, en el estado de Veracruz; sin embargo, cuando su papá murió su mamá contrajo matrimonio con otro indígena y decidieron venderla a unos otros indígenas que la condujeron a Tabasco.
A finales de marzo de 1519 Hernán Cortés derrotó al ejército Potonchán en la batalla de Centla. Los pueblos mesoamericanos tenían la costumbre de regalar obsequios a los vencedores y así fue con los españoles.
Cortés y su ejército recibieron de regalos oro, alimentos y 20 mujeres indígenas que sirvieron como esclavas. Entre estas mujeres estaba la Malinche y su destino sería quedarse a lado de Hernán, quien no sabía que tiempo después ella sería una pieza fundamental para llevar a cabo su conquista con éxito.
El conquistador español mandó a bautizar a todas las mujeres que habían recibido y la Malinche fue bautizada con el nombre de Marina. Ellas como esclavas tenían que prepararles la comida y tener relaciones sexuales con ellos.
La relación de la Malinche y Hernán Cortés fue más allá, pues tiempo después ella le ayudaría a ser su intérprete ya que sabía varias lenguas y él necesitaba a alguien que le tradujera sus negociaciones con los indígenas y con Moctezuma.
Cuando los españoles exploraron las tierras de Veracruz empezaron a recibir visitas de embajadores de varios pueblos indígenas con la finalidad de tener información de los recién llegados. La Malinche empezó como traductora y le ayudó a Cortés a que tuviera negociaciones que le beneficiaron a él.
Jerónimo de Aguilar, quien era el traductor de maya y español durante la expedición, perdió su puesto porque desconocía las diferentes lenguas de las tierras aztecas. Así fue como la Malinche empezó a ser intérprete personal de Hernán Cortés al traducir las conversaciones de maya y náhuatl al español.
Tiempo después, la relación entre Cortés y la Malinche daría un paso más con la llegada de su primogénito. Martín Cortés, primer hijo mestizo del español, nació en 1523.
Una vez consumada la conquista Hernán Cortés dio por terminada su relación con la Malinche, pues mandaría traer a su primera esposa, Catalina Suárez, desde Cuba hasta las tierras de Nueva España.
Hernán Cortés se asentó en Coyoacán y su esposa vivió con él poco tiempo, ya que a los meses de su llegada fue encontrada muerta en su propia cama. Incluso Cortés fue acusado de haberla matada pero nunca se confirmó.
Por su parte, cuando la Malinche acompañó a Hernán Cortés en su viaje de conquista por Honduras se organizó una boda y se casó con Juan Jaramillo, otro conquistador, con la finalidad de que no quedara sola. Al poco tiempo, ella y Jaramillo tuvieron una hija, María Jaramillo.
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