El martes causó polémica una noticia que dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en la que confirmó que el Pico de Orizaba, considerado el más alto del país y el tercero más alto de América, ya no pertenecía a Veracruz, sino a Puebla. A pesar de que esto se informó desde el pasado 24 de septiembre, fue ayer cuando se hizo viral la noticia.
Las faldas del volcán actualmente inactivo - según Conanp - abarca más demarcaciones de Puebla (Tlachichuca, Atzitzintla y Chalchicomula de Sesma) que de su vecino, Veracruz (Calcahualco y La Perla).
Por esa razón, la base de datos del “Registro de Nombres Geográficos Continentales, Insulares y de las Formas del Relieve Submarino con Fines Estadísticos y Geográficos” del Instituto arroja que, en términos territoriales, el atractivo pertenece a Puebla.
La noticia dio de que hablar en redes sociales y causó memes. Sin embargo, esta no es la primera vez que algún lugar o territorio causa polémica por no saber a qué lado de alguna ciudad pertenece. Eso ocurrió al norte del país, con el territorio conocido como El Chamizal, con el que hubo disputa con los Estados Unidos por saber a quien le pertenecía.
Sin embargo, el expresidente del país vecino John F. Kennedy cedió el territorio a México en la década de los años 60 del siglo pasado.
En 1962, Kennedy visitó la Ciudad de México y fue recibido por miles de personas en un gran desfile acompañado de Adolfo López Mateos, presidente de México en aquel entonces. De una charla entre ambos presidentes, y “vecinos”, surgió la idea de terminar con una vieja rencilla que llevaba más de un siglo en disputa: la de determinar a quién pertenecía el territorio fronterizo conocido como El Chamizal, de 177 hectáreas.
Y es que en el contexto de la Guerra Fría que se vivía entre Estados Unidos y la Unión Soviética, al vecino del norte no le convenía tener problemas, y menos con la nación con la que comparte frontera. Fue así que se dio la única devolución de territorio que México ha obtenido de Estados Unidos, después de la Guerra con la que despojó a nuestro país del 55% de su superficie en 1848.
A pesar de que ese pequeño territorio es de 1,77 km2 de los más de 2 millones perdidos, el gobierno mexicano lo ha considerado el mayor logro de la diplomacia mexicana.
Origen del problema
México y su vecino del norte, Estados Unidos, se enfrentaron en una guerra a mediados del siglo XIX, que desembocó en la entrega de más de la mitad del territorio a su vecino del norte. El nuevo límite entre México y el estado estadounidense de Texas era el Río Bravo, también conocido como Río Grande, y no el río Nueces, como históricamente correspondía.
Sin embargo, para 1864 una gran inundación natural alteró el cauce del Río Bravo, y se desplazó unos metros al sur, lo que dejó una zona de tierras agrícolas mexicanas del lado contrario. El dueño de ese terreno era un hombre llamado Pedro García, quien reclamó al gobierno estadounidense que le devolvieran su propiedad, pero su demanda fue ignorada y habitantes del Paso, Texas, comenzaron a instalarse ahí.
También, al lado derecho del terreno de García, había una península de territorio mexicano la cual se convirtió en enclave tras una nueva inundación ocurrida en 1897. Así, ya no solo era el Chamizal, sino la isla de Córdoba lo que estaba perdiendo México por lo que el gobierno del país decidió reclamar a EEUU, sin embargo, también fueron ignorados.
Debido a que no hubo buenos resultados tras el reclamo de Pedro García, hubo una mediación de la Comisión Internacional de Límites de Agua. Este último emitió un veredicto a favor de México en 1911 pero EEUU no lo aceptó por varias razones, pues desfavorecía a los habitantes asentados en El Chamizal, superficie que ya era parte del caserío del centro de El Paso, Texas, además de que México tuvo dos presidentes en el periodo del arbitraje: Porfirio Díaz al inicio del juicio internacional, y Francisco León de la Barra tras estallar la Revolución Mexicana que derrocó a Díaz.
Durante mucho tiempo, en el que estuvo el desacuerdo de ambas naciones, parecía que los habitantes de ese espacio vivían en “tierra de nadie”, sin embargo, por estar al norte del río Bravo, los habitantes siguieron su vida como si fueran estadounidenses por mucho tiempo.
Fue hasta 1963 que los presidente López Mateos y Kennedy abrieron diálogo sobre el territorio. Los estudios para llegar a una conclusión tardaron meses, pero finalmente se determinó que el territorio pertenecía a México. La solución no fue sencilla, pues unas 5,000 personas vivían en el territorio, y para devolverle el terreno a México debían dejar sus hogares.
Ambos países llegaron al acuerdo de pagar mutuamente a los afectados, y construir un canal pluvial que dividió la Isla de Córdova en dos áreas, la más grande para México.
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