La titular de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas, Karla Quintana, confirmó el hallazgo de un nuevo centro de exterminio en las inmediaciones de la carretera Monterrey-Nuevo Laredo, también conocida como “La Carretera de la Muerte”.
“Es un predio de importantes dimensiones, donde lo que encontramos y confirmamos fue la presencia de un crematorio clandestino de importantes dimensiones, donde se encuentran además diferentes indicios de restos óseos calcinados”, detalló Quintana durante su intervención en el programa Así las Cosas de la periodista Gabriela Warkentin.
“A primera vista se podría decir que es un crematorio que ha sido utilizado durante varios años y que seguía operando hasta hace poco en las zonas aledañas de Nuevo Laredo”, agregó.
De acuerdo con el columnista Héctor de Mauleón, a lo largo del 2021 las autoridades de Tamaulipas han reportado 77 desapariciones en el tramo de 219 kilómetros que comprende la carretera Monterrey-Nuevo Laredo, de las cuales solo 18 personas fueron encontradas con vida, y lo único que dijeron es que hombres armados los obligaron a detenerse en la carretera y se llevaron sus vehículos.
Entre los desaparecidos hay 31 choferes de tráiler, 32 conductores de autos particulares, ocho choferes de empresas privadas, tres conductores de Didi, dos de Uber y un taxista. La mayor parte de las víctimas fueron hombres de entre 18 y 40 años de edad, y eran oriundas de Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila, Estado de México, San Luis Potosí y Veracruz.
Una de las víctimas declaró que un grupo de hombres armados la secuestraron en esa carretera, y luego la llevaron a una habitación en la que otras personas eran torturadas e interrogadas.
El pasado 3 de junio desapareció en dicho tramo José de Jesús Gómez, residente de Irving, Texas. También desapareció Gladys Pérez Sánchez, quien viajaba con sus dos hijos de nueve y 16 años de edad rumbo a Salinas de Hidalgo, en Laredo, Texas.
De camino de Monterrey a Nuevo Laredo, Jesús Castro, conductor de la aplicación de movilidad, Didi, dejó de tener comunicación con sus familiares. Su rastro desapareció en la colonia Ajidores, cerca de donde desapareció un chofer de tráiler identificado como Jesús Flores, el pasado 15 de mayo.
En esa misma zona desapareció Juan Pérez Hernández, quien viajaba con sus sobrinos de 16 y 20 años de edad, al igual que Javier Toto Cagal, quien iba acompañado por tres compañeros de trabajo y cuyo rastro se perdió el pasado 3 de junio en esa carretera.
Las primeras investigaciones de las autoridades mexicanas confirmaron que en realidad, las desapariciones son obras del crimen organizado, y de la encarnizada lucha que se libra en el estado entre bandas rivales. Y es que se trata de una región en la que el Cártel del Noreste (CDN) ha desatado una sangrienta pugna con el Cártel del Golfo y su nuevo aliado, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Por un lado, las autoridades han adjudicado las desapariciones a grupos criminales que estarían detrás de los “polleros” encargados de transportar migrantes hacia la frontera. Otra hipótesis es la presunta búsqueda de comandos vinculados al CJNG que se han aproximado al norte para llevar a cabo la disputa por el territorio.
La Guardia Nacional (GN) y otras fuerzas federales han intentado resguardar los 219 kilómetros de la carretera, pero las desapariciones continúan reportándose.
“No hay manera en este momento de confirmar ni afirmar que se trate de las mismas personas que han sido reportadas como desaparecidas en esta carretera en los últimos años. Es algo que se tendrá que confirmar de manera pericial”, explicó Quintana, al hablar sobre el último hallazgo de un crematorio clandestino en las inmediaciones del kilómetro 26.
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