El lunes se conmemoraron los 200 años de la consumación de la Independencia de México, que se dio el 27 de septiembre de 1821, cuando el Ejército Trigarante, encabezado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, entró triunfante a la Ciudad de México, firmando al día siguiente el Acta de Independencia.
Luego de por fin consumarse la Independencia del país, de España, Iturbide fue designado emperador, bajo el nombre de Agustín I.
El mal manejo del imperio obligó a Iturbide a dejar el poder en 1823 y exiliarse en Europa. Un año después volvió, pero fue detenido y fusilado.
Poco se sabe de donde fue la residencia del primer emperador que tuvo México luego de su Independencia. El lugar en el que vivió Iturbide aún existe, y se encuentra en el número 17 de lo que hoy se conoce como la calle de Francisco I. Madero, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Aquel viejo edificio, alguna vez sirvió de residencia para el emperador Agustín de Iturbide, y justo por eso es conocido como el Palacio de Iturbide.
El inmueble es conocido como una de las muestras más sobresalientes de la arquitectura virreinal del siglo XVIII, por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ya que mezcla características del estilo arquitectónico denominado barroco con los materiales que se producían en el país, como el tezontle y la cantera de chiluca.
El edificio fue concluido en 1875, según la página oficial del Fomento Cultural Banamex A.C., al que pertenece el inmueble. El proyecto de la edificación fue ideado por el arquitecto Francisco Guerrero y Torres, para el matrimonio de María Ana de Berrio y Pedro Moncada.
Para 1813 el hijo del matrimonio Moncada, Juan Nepomuceno Moncada prestó el palacio a Félix María Calleja, quien recibió en el sitio el nombramiento como Virrey de la Nueva España y en 1821 también alojó a Juan O´Donojú.
Durante 18 meses, el lugar fue hogar del emperador Agustín de Iturbide, época en la que se le conoció como el Palacio de Iturbide. En un libro que tiene el mismo nombre, se dice que las numerosas modificaciones que tuvo durante los siglos XIX y XX acabaron por “desconfigurarlo”, ya que posteriormente pasó a albergar oficinas gubernamentales, un colegio y un hotel.
A partir del fallecimiento de Juan Nepomuceno Moncada, en 1850, el edificio cambió de propietarios y con ello vino una nueva época para el inmueble: ser un hotel. La ubicación le permitió hospedar a grandes celebridades, pues estaba a la “vuelta” del Gran Teatro Nacional, en el cruce de las actuales calles de 5 de mayo y Bolívar. En este trabajaban las compañías extranjeras más importantes de aquella época.
En el libro del Palacio de Iturbide también se describe que también en el hotel se hospedaron las grandes divas y cantantes de las óperas que deleitaban hasta el “desmayo” a los visitantes. Algunas de estas celebridades fueron las actrices Carolina Civili, Paola Marie, la mezzosoprano Giudita Galazzi o el torero Luis Mazzantini, por mencionar algunos ejemplos.
Para 1899, siendo propiedad de la familia Iturbide, que solo llevaba ese apellido pero no tenía nada que ver con el emperador, el Palacio tuvo una remodelación bajo el liderazgo del renombrado arquitecto Emilio Dondé, quien le añadió un billar, un bar y una cafetería.
Con el paso de los años, el cine fue apoderándose del entretenimiento y esta zona del Centro Histórico empezó a tener mayor oferta de hospedaje, por lo que en la década de 1930 el Hotel de Iturbide fue clausurado.
Para 1964, el Banco Nacional de México adquirió el inmueble y contrató a tres arquitectos para que trabajaran en su restauración: Ricardo Legorreta, Gonzalo Garita y Ricardo de Robina. Ocho años más tarde terminaron las remodelaciones y se centraron principalmente en la desaparición de las áreas no originales, a excepción de aquellas funcionales para el inmueble, como la cubierta del patio, el tercer piso, tapancos, ciertos arcos de la planta baja, la escalera y un elevador.
A partir de 1972 el Palacio de Iturbide abrió sus puertas como sede de Financiera Citibanamex y Fomento Cultural Banamex, A. C.; en 2004, se reinauguró como “Palacio de Cultura Citibanamex – Palacio de Iturbide” con el objetivo de alojar exposiciones y actividades artísticas gratuitas.
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