Hernán Cortés es reconocido porque conquistó el Imperio mexica y gracias a esto llegó a tener todo la riqueza y poder en su etapa en Nueva España; sin embargo, algunas situaciones en su vida se complicaron hasta que llegó a quedar solo y sin dinero.
En 1518 Cortés lideró un grupo de españoles que le ayudarían a conquistar las tierras mexicas. Como gran conocedor del mundo indígena, pues estuvo ocho años en Cuba donde se relaciono con pueblos de la isla, supo elaborar una estrategia para llevar a cabo su plan de conquista.
Hernán tenía una ventaja ya que existían divisiones entre los pueblos nativos de las tierras aztecas y eso lo beneficiaría a él. En 1519, cuando arribaron a la gran Tenochtitlan, los españoles fueron recibidos con regalos y entre ellos jóvenes indígenas, una de ellas fue pieza fundamental para el conquistador.
La Malinche o Marina, como la bautizaron los españoles, fue una mujer indígena que hablaba náhuatl, maya y español. Ella le ayudó a Cortés a comunicarse con los grupos indígenas y a ser intérprete en las negociaciones que tenía con Moctezuma.
Ya en 1521 Cortés pudo culminar con la conquista. En el proceso murió casi 90% de los indígenas tras las distintas confrontaciones y gracias a eso obtuvo el poder y la riqueza de lo que ahora sería Nueva España. Ya con la caída de Tenochtitlan, Cortés empezó a construir el primer imperio colonial estableciéndose en Coyoacán.
Al parecer todo iba muy bien en su vida. Logró su objetivo y ahora gozaba de la riqueza que le dejó la conquista, pues hasta tenía a los propios indígenas de sus esclavos; no obstante, decidió ir a Europa y cuando regresó fue cuando todo empezó a complicarse.
En su regreso a Nueva España tenía un juicio de residencia para someterlo a una revisión de su papel como gobernante con cargos en su contra. Se decidió destituirlo como dirigente y él fue al continente europeo para hablar con el rey y aclarar todo.
Él tenía expectativas altas en su llegada a España, pues pensó que sería recibido como un héroe tras su conquista; sin embargo, no obtuvo lo que esperaba.
Como consuelo el emperador Carlos V le otorgó los títulos de Capitán General de la Nueva España y Marqués del Valle de Oaxaca pero sin ninguna función para gobernar.
En su regreso a Nueva España fue acusado de haber matado a su primera esposa, Catalina Suárez. Ella murió en 1522 en su casa en Coyoacán, se fue a dormir la noche del 1 de noviembre y al día siguiente fue encontrada muerta en su propia cama.
La mamá de Catalina responsabilizó años después a Cortés. Él solo se encargó de pagar una indemnización pero estas acusaciones lo siguieron por el resto de su vida.
En 1530 realizó algunas expediciones al norte de Nueva España y regresó a Europa para que le fueran retribuidos sus beneficios pero no lo logró. Casado de no tener el reconocimiento de la corona decidió seguir luchando pero fue cayendo cada vez más.
Cortés empezó a tener problemas con las autoridades de España y le prohibieron regresar al imperio que él había formado en Nueva España. Con el paso del tiempo se fue quedando sin dinero, pues no estaba en Coyoacán con toda la riqueza a su alcance.
Sin poder regresar se tuvo que refugiar en la casa de uno de sus pocos amigos en Castilleja de la Cuesta y sin atenciones de la nobleza. Sin familia, sin dinero y en el olvido falleció el 2 de diciembre de 1547.
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