En la Ciudad de México, hay un número inigualable de esculturas y obras de arte repartidas en diferentes puntos. Una de las obras más significativas, e incluso más icónicas de la Ciudad de México, es el conocido como “Caballito” o Cabeza de caballo, ubicado en la intersección que forman importantes avenidas como Paseo de la Reforma, Bucareli y Juárez, en el centro histórico de la capital.
El autor de esa obra es un escultor llamado Enrique Carbajal, quien se hace llamar Sebastián. El sobrenombre viene de una ocasión, en 1965, cuando estudiaba en la Academia de San Carlos, en la Ciudad de México. Una ocasión se quedó dormido en su clase de pintura, por lo que su maestro lo toma de modelo, como un Sebastián de Botticelli. Un par de años más tarde, en una cena ofrecida por los republicanos españoles a Luis Echeverría Álvarez, a la que Carbajal fue invitado como artista joven, el poeta Carlos Pellicer, quien también estaba en la cena, se le acercó y le dijo: usted parece salido de Sebastián Botticelli. Poco después, una periodista de origen francés lo describió como un Sebastián de Mantegna. Tras tantas señales, Carbajal decide ponerse el sobrenombre de Sebastián.
Carbajal nació un 16 de noviembre de 1947 en Ciudad Camargo, en Chihuahua. Según la página de la Secretaría de Educación Pública (SEP) del Gobierno Federal, Sebastián es considerado el escultor contemporáneo mexicano con mayor presencia a nivel internacional.
En la década de los sesentas, Sebastián inició el desarrollo de un lenguaje escultórico propio de característica constructiva. La creación de sus estructuras transformables entre ellas, sus obras de interacción Leonardo4, Durero4 y Brancusi4, por señalar algunas, constituyen un ejemplo inigualable de un arte en el cual la participación del espectador es sustancial.
De manera individual, el escultor mexicano ha presentado más de 190 exposiciones en diversas ciudades del mundo, tanto de pequeño y medio formato, como importantes exhibiciones urbanas de grandes dimensiones, como ha sido el caso en Francia, España, Alemania, Italia, Egipto, América del Sur, Estados Unidos de Norte América y México.
A lo largo de su trayectoria, ha recibido numerosos premios como: Perteneció al Sistema Nacional de Creadores (FONCA); recibió el premio “Superior Prize” del Hakone Open Aire Museum de Japón; el premio “Bronce” de la ABC Ashi Broadcasting Corporation de Osaka; el premio de la Trienal Internacional Gráfica de Noruega y el “Gran Premio de Oro” del Concurso ORC-City de Osaka, Japón; en 1998 recibe, por segunda ocasión, el premio “Kinki Nippon Railway” en la trienal de escultura de Osaka, siendo el único artista en ser reconocido más de cinco veces en estos certámenes; en 1999, recibe la “Medaille de la Ville de Paris” en la capital francesa; en 2002 su escultura Arco de la Paz recibe el premio de excelencia en el Simposium y exhibición internacional de China de escultura Urbana en la ciudad de Beijing.
También ganó diversos concursos para crear distintas esculturas en distintas ciudades de Japón, entre las que destacan: rco Fénix (Sakai, 1993), Tsuru (Kadoma, 1995), Migración (Tokio, 1997), Excelsitud (Kansai, 2002), Esfera Vida (Osaka, 2003).
Sin embargo, en México es en donde tiene la mayor parte de sus esculturas. Algunas de ellas son: Cabeza de Caballo, conocida como El Caballito de Sebastián, ubicada en el Paseo de la Reforma; la Puerta de Chihuahua, La Puerta del Sol y El Árbol de la Vida en Chihuahua; en Monterrey, N.L., La Puerta de Monterrey y La Fuente de los Lirios; La Puerta Saturnina y La Antorcha Olimpia 2000 en Aguascalientes; en Tabasco, Escalera Cósmica; en Morelos, La Flor del Desarrollo; en Baja California Los Arcos del Tercer Milenio; en Jalisco, Flor del Desarrollo II; Puerta del Camino Real, Limonero, Pez Vela, en Nayarit, entre otros; en Colima, La Puerta de México; en Tamaulipas, Araucaria; en Xalapa, Águila del Bicentenario; en Cd. Victoria, Los Caminos de la Justicia hacia el siglo XXII, El Coyote Hambriento, en Nezahualcóyotl, Estado de México, y el Guerrero Chimalli, en Chimalhuacán, Estado de México.
También, varias ciudades en Latinoamérica cuentan con obras de su autoría, como Georgetown, La Habana, Montevideo, Buenos Aires y Brasilia, Belmopan, Bogotá, entre otras.
Sebastián ha estado en polémica en diversas ocasiones por sus esculturas y el costo de ellas. Una de esas ocasiones fue cuando construyó el Guerrero Chimalli, una colosal escultura de 60 metros de altura, que se colocó en Chimalhuacán, Estado de México, en diciembre de 2014.
El coloso, que es visible desde cualquier punto del municipio en el que se encuentra, tuvo un costo de 30 millones de pesos, pero el mismo artista declaró que lo dio a un costo bajo, pues su valor era mayor. Sobre algunas críticas que desató la obra, el escultor de origen chihuahuense aseguró que estaba acostumbrado, pues ha hecho todo tipo de obras bajo la controversia. Incluso, llegó de declarar en una entrevista para el medio Animal Político, que la Torre Eiffel, en Francia, tenía una historia similar.
En 2012, antes de que se colocara la colosal escultura, el gobernador de ese entonces del Estado de México, Eruviel Ávila, declaró que el escudo que portaba la escultura en la mano derecha, protegería a los habitantes del municipio de la pobreza.
SEGUIR LEYENDO: