Por qué es mentira que Santa Anna vendió la mitad de México y qué pasó en verdad

Se perdió territorio mexicano por una invasión por parte de los estadounidenses y se hizo formal con la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo

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Santa Anna nació en Xalapa,
Santa Anna nació en Xalapa, Veracruz, el 21 de febrero de 1795. (Foto: Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México)

A través de los años se ha creído que Antonio López de Santa Anna vendió parte del territorio mexicano por intereses económicos; sin embargo, la historia ha estado mal contada o se ha interpretado de distintas formas. Una de las razones por las que México perdió la mitad de su territorio fue por una guerra invasiva de los estadounidenses.

Santa Anna ocupó la presidencia de la República Mexicana en seis ocasiones (1833-1855) y durante una de ellas México se vio obligado a cederle hasta el 55% del territorio nacional a Estados Unidos.

En 1848 se firmó el Tratado de Guadalupe Hidalgo entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América donde se perdieron aproximadamente 2.4 millones de kilómetros cuadrados de territorio mexicano; sin embargo, Santa Anna no vendió nada ya que estaba otra persona en su cargo.

Entrada a México del general
Entrada a México del general Winfield Scott con su ejército. (Foto: Archivo General de la Nación)

¿Cómo empezó todo?

En 1846 el territorio mexicano fue invadido por estadounidenses que buscaban guerra para apropiarse de Texas, pues un año antes Estados Unidos lo había anexado a su territorio y este estado aceptó su nueva condición. Esta guerra intervencionista hizo que las relaciones diplomáticas se perdieran entre México y Estados Unidos.

Para 1847 Ricardo Barroso Agramont, abogado y político mexicano, fue electo Diputado al Congreso General por el Estado de México. En este mismo año fue nombrado Presidente Substituto de la República ya que López de Santa Anna había salido al Departamento de Veracruz para combatir a los estadounidenses y lo dejó a él en su cargo.

El Ejército de Estados Unidos entró a la capital del país a principios de noviembre de 1847 sin dejarle muchas opciones a México. Pedro María Anaya estaba como Presidente Interino y tenía que elegir entre seguir luchando o llegar a un acuerdo con el país invasor.

"Uno de los objetivos logrados
"Uno de los objetivos logrados por los delegados plenipotenciarios de México fue conseguir el respeto a las garantías de los ciudadanos mexicanos en los territorios perdidos, pues una de las preocupaciones era la posible pérdida de su libertad, al ser permitida la esclavitud en los Estados Unidos de América", detalló un escrito del Archivo General de la Nación. (Foto: Instituto Nacional de Antropología e Historia)

Esta guerra duró casi dos años y culminó con las negociaciones de paz el 22 de noviembre de 1847 cuando Pedro María Anaya le ordenó a los comisionados Bernardo Couto, Miguel Aristáin y Luis Cuevas entrar en pláticas con Nicolás Trist, comisionado de Paz de los Estados Unidos, y arreglar un acuerdo que le convenga a ambos países; no obstante, México no pudo lograr mucho.

Fin de la guerra

Oficialmente se dio fin a esta guerra el 2 de febrero de 1848 cuando se firmó el Tratado de Guadalupe Hidalgo, también conocido como el Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo Definitivo entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América.

Con la firma en ese documento México daba por perdido grandes extensiones de territorio al norte del país, incluyendo partes que hoy en día son Arizona, California, Nuevo México, Texas, Colorado, Nevada, y Utah. Este Tratado de Guadalupe Hidalgo está elaborado de 24 artículos. Algunos de ellos son:

Artículo I: “Habrá paz firme y universal entre la República mexicana y los Estados Unidos de América, y entre sus respectivos países, territorios, ciudades, villas y pueblos, sin excepción de lugares o personas”.

El Archivo General de la
El Archivo General de la Nación (AGN) resguarda un ejemplar del Tratado y varios documentos relacionados con la intervención norteamericana en México, 1846-1848. (Foto: Archivo General de la Nación)

Artículo V: “La línea divisoria entre las dos Repúblicas comenzará en el golfo de México, tres leguas fuera de tierra frente a la desembocadura del río Grande, llamado por otro nombre río Bravo del Norte”.

Artículo VIII: “Los mexicanos establecidos hoy en territorios pertenecientes antes a México y que quedan para lo futuro dentro de los límites señalados por el presente Tratado a los Estados Unidos, podrán permanecer en donde ahora habitan; o trasladarse en cualquier tiempo a la República mexicana, conservando en los indicados territorios los bienes que poseen”.

Finalmente, lo que sí se sabe en términos económicos es que Estados Unidos le pagó a México 15 millones de pesos en consideración por la extensión adquirida y acordó pagar las deudas que el gobierno mexicano le debía a ciudadanos estadounidenses.

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